Juegos salvajes... con feroces regañinas
A los cachorros siempre les gusta estar jugando, y en el caso de los leones, estos juegos les sirven para ir desarrollando su instinto para la caza. Sin embargo, muchas veces superan los límites, como en el caso de este atrevido leoncito, que no supo medir su fuerza. Fue a darle un susto por la espalda a su padre, que no se tomó muy bien el mordisco de su hijo, al que tuvo que sacar los dientes para dejarle claro quién manda en la selva.
Divertidas cosquillas de elefante entre hermanos
Más tranquilos son los juegos de las crías de elefante: ellos no se muerden, les gusta correr y también hacerse cosquillas con la trompa, como se puede apreciar en las imágenes que acompañan a estas líneas, tomadas en Sudáfrica, donde el hermano mayor de la manada se divierte haciendo reír al más pequeño. Los elefantes tienen un concepto muy humano de familia y, aunque estén sin verse durante años, nunca olvidan sus lazos de sangre.