clara lago© RAFA GALLAR

Clara Lago se estrena como empresaria: descubrimos su negocio vegano

La actriz nos habla de su nueva faceta, de cómo cambió su vida hace cuatro años y de sus próximas iniciativas a favor del medioambiente


3 de mayo de 2021 - 18:41 CEST

Regresó de Argentina hace unas semanas después de pasar cinco meses rodando una serie que sigue siendo todo un misterio. “Puedo hablar muy poco porque me tienen silenciada de momento, pero sí puedo decir que he es el proyecto más exigente y gratificante al que nunca me haya enfrentado”, nos dice Clara Lago, cuyo radical cambio de imagen se debe a su papel. Acaba de estrenar la película Crónica de una tormenta y en mayo la podremos ver en la segunda temporada de El Vecino. Pero la actriz, además, se ha metido a empresaria y nos habla de su negocio vegano, Be Clever, Be Vegan, y como surgió la idea de crearlo junto a una de sus mejores amigas. Con Clara hablamos también de su llegada al veganismo hace cuatro años y qué inspiró su cambio de vida.

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© RAFA GALLAR

-Películas, series, la Fundación Ochotumbao, tus maratones benéficos, etc... no paras ¿Con qué nos vas a sorprender?

-La gente tiene esa sensación de ‘no paras’ y, a ver, de rodar si paro. No ruedo tan seguido pero es verdad que me gusta mantenerme activa y en cosas que no tienen nada que ver con mi profesión como la Fundación Ochotumbao; me gusta mucho poder apoyar más presencialmente las iniciativas cuando no estoy rodando, ahí seguimos y muy feliz porque es algo que me reporta muchísima alegría. Estrenamos ahora Crónica de una tormenta, como hablábamos, y en breve también se estrena la segunda temporada de El vecino. ¡Y ahora me he metido a empresaria! Me ha dado por ahí -ríe- y he montado una empresa de comida vegana, de catering y menús semanales a domicilio, con una de mis mejores amigas, Lorena Izquierdo. Se llama Be Clever, Be Vegan, el obrador está en Barcelona pero podemos distribuir a toda España.

-¿Y cómo surge esta idea de crear la empresa en un momento tan complicado?

-Además te diré que pude hacerlo por una casualidad de la vida. Me iba a Argentina a mediados de octubre y me retrasaron el vuelo una semana, por algo del visado y de la Covid. Y en esos días extra fue cuando hicimos todo, los estatutos, el objeto social, el banco... y yo me pude ir dejando todo medio hecho para que Lorena, mi socia, pudiera ir trabajando y montando todo. Aún no está del todo, pero en ello estamos.

© GettyImages

-¿Y qué te dicen los tuyos, la gente que te quiere y te rodea, de esta aventura?

-Pues ha tenido mucha aceptación. La aventura de Be Clever, Be Vegan, sobre todo a la gente que conoce el mundo empresarial, les parece una idea muy buena, y también a aquellos que comparten conmigo la filosofía del veganismo más allá de esa parte empresarial. En realidad, yo me meto a hacer esto porque es algo en lo que creo mucho, y lo hago junto a una persona a la que quiero muchísimo, y es como qué maravilla poder ayudar también. Y ojalá que vaya genial.

-¿Cómo, cuando y por qué te hiciste vegana?

-Fue hace poco más de cuatro años. Hice el salto directamente, no pasé por el vegetarianismo, pero sí venía de ser una comedora bastante responsable. Sí tenía conciencia de que la manera de producir y el consumo de carne, lácteos, etc... no es sostenible y que detrás de eso hay mucho maltrato animal. Hasta ese momento yo ya iba reduciendo y sobre todo fijándome mucho en la procedencia de esos productos. Solo comía carne que supiera que venía de una granja o bien de ganadería extensiva... es que ni siquiera comía carne roja. Jamón bellota sí, eso tengo que reconocerlo -ríe-. O pescado solo con pesca de anzuelo, nunca de arrastre, pollo de corral... Ya venía un poco de esa línea.

-¿Pero hay algo que te hace cambiar de la noche a la mañana entonces?

-Vi el documental Cowspiracy, en Netflix, y de repente me dio la vuelta la cabeza. Y a veces me dicen ‘permítete esto de vez en cuando...’ pero realmente cuando te haces vegano porque algo te hace clic, ya no te compensa. No se trata de estar conteniéndote como cuando haces un dieta para perder un par de kilos pero te encantaría comerte un trozo de tarta. No es así en esto. Es como que de repente hay algo que te cambia, cambia tu percepción y ya no te compensa. También he sido omnívora muchos más años que vegana y tampoco puedo decir “jamás volveré a comer...”. A día de hoy creo que no, pero porque lo siento así.

© RAFA GALLAR

-Aprovechas tus aficiones, como el deporte, para llevarlas también al terreno benéfico, maratones solidarios de spinning, por ejemplo ¿cuál es tu próxima batalla a este respecto?

-Específicamente hablando de los maratones solidarios de spinning estábamos planeando hacer uno pero claro, con todo el tema de la Covid no sabemos si podremos. Pero en general, la filosofía de fundación es apoyar iniciativas muy diversas, aunque a mi el tema que más me toca es el medioambiental, porque además me parece la causa más difícil, es la menos tangible y para hacer grandes cambios hace falta una concienciación y una revolución del sistema tan enorme que incluso resulta complicado buscar proyectos específicos y con los que la gente empatice. Pero lo siento como lo más urgente y eso abarca muchas cosas... Desde reforestación, regeneración de los mares, la sostenibilidad general, cómo producimos, la comida, la ropa... Ahora tengo un par de acciones, una de ellas con una marca de ropa para apoyar un proyecto de Arrels Marines con la posidonia para la conservación de los océanos. Y también educar, por eso el tema medioambiental y el veganismo... al final todo está relacionado con eso. Y al ver Cowspiracy me paso algo, como si viera al planeta Tierra como nuestra madre... De hecho escribí un cuento para un libro que sacamos con la fundación que se llamaba Madre Tierra sobre el daño que hace el ser humano al planeta, que es quien nos da todo.