Los últimos meses no han sido sencillos para la infanta Elena. A la atípica situación que vive el mundo por la pandemia se une la distancia que la mantuvo alejada de su padre, don Juan Carlos. En agosto del año pasado, el rey emérito transmitió a su hijo, el rey Felipe, su decisión de marcharse de España. Pocas semanas después el Palacio de la Zarzuela comunicó que el Monarca se encontraba, desde el 3 de agosto, en los Emiratos Árabes Unidos. Desde entonces, y siempre que ha sido posible, la infanta Elena ha viajado para visitar a su padre, la última vez a finales de marzo. Un acercamiento que, seguro, alegra mucho a la hermana de Felipe VI, quien siempre ha mostrado una gran complicidad con su padre. Pero hay otro motivo que ha dibujado más de una sonrisa en el rostro de la Infanta.
El pasado fin de semana la infanta Elena participó en el concurso de saltos que tuvo lugar en el RACE. Un evento que congregó a infinidad de rostros conocidos y en el que también participaron Margarita Vargas y su hija, Eugenia. En varias fotografías tomadas durante la competición se puede ver que la hermana del rey no solo sigue siendo una magnífica amazona, si no que este deporte consigue hacerle sonreír.
El mundo ecuestre es, desde hace muchos años, una de las grandes pasiones de la Infanta. Por eso, siempre que ha sido posible, la hemos visto disfrutando de la hípica, tanto en el papel de espectadora como a lomos de su caballo. Una afición que le viene de niña y que la ha llevado a competir en más de un torneo. El pasado mes de febrero la infanta Elena participó en un concurso de saltos social celebrado en el Club de Campo Villa de Madrid, donde obtuvo muy buenas marcas.
Aunque en septiembre de 2017 la Infanta sufrió una caída mientras practicaba su deporte favorito en el picadero que hay en el Palacio de la Zarzuela y tuvo que ser operada de una fisura en la muñeca, pronto retomó su afición como jinete. En octubre de ese mismo año, y a lomos de su caballo Qant, quedó subcampeona de España de Salto amateur en el Campeonato de España Absoluto, el de Jóvenes Jinetes y el Amateur, celebrado en el Club de Campo Villa de Madrid. Allí, tal como explicaba Ecuestre.es, logró completar “un recorrido sin derribos en el que metía presión a los tres últimos participantes, obteniendo un total de 8.61 puntos”.
Qant, un caballo castrado de raza Silla francés, ha sido durante años el favorito de la Infanta, la edad del animal hace que cada vez compita menos con él. Ahora Jordano EB, un caballo nacido en 2011 que ella misma crio con una de las yeguas de su propiedad, se habría convertido en su sucesor.
Muchos expertos ven en los logros de la Infanta un gran mérito. No solo por su tesón, si no porque, desde 2014 no cuenta con un entrenador que la prepare para este tipo de competiciones, al menos de forma oficial. Hay que recordar que, durante muchos años, Manuel Malta Da Costa -uno de los mejores jinetes de la historia de Portugal, olímpico y fallecido en el 2014- fue el encargado de prepararla.