“Por el momento, no me veo en pareja. Carlos aún está muy presente y dejó el listón muy alto en mi corazón”, nos decía Esther Doña en marzo, en el primer aniversario del fallecimiento de su marido, Carlos Falcó. “No me siento preparada para enamorarme en este momento. Se lo dejo al destino, Cupido o quien sea, pero, por ahora, no hay nada de nada y si, en algún momento, ocurriera, la primera sorprendida sería yo”, añadía entonces la marquesa viuda de Griñón.
Un mes más tarde, el destino ha hecho que Esther se reencuentre con un viejo amigo. “Ayer lo pasé genial en la presentación del nuevo híbrido de McLaren, en Madrid”, escribió ella en sus redes: “Y fue toda una experiencia conocerlo a través de la gran afición por los coches de alta gama de mi querido amigo Juan Garcés”.
La publicación de esa fotografía ha desatado rumores, pero, según ha podido saber ¡HOLA!, Esther y Juan son solo amigos. Él es un exitoso ejecutivo, divorciado y padre de dos hijos que ya son mayores de edad. Tal y como ha podido saber ¡HOLA!, la marquesa y el empresario se conocen desde hace más de quince años y, recientemente, se han reencontrado y han retomado su amistad.
Hace unos días, compartieron un divertido almuerzo. A la salida del restaurante, se pudo ver cómo él tendía el brazo por detrás de la espalda de Esther. Luego disfrutaron de un agradable paseo por las calles de Madrid. Durante toda la tarde no pararon de mostrar su sintonía entre risas y miradas de complicidad.
Se llama Juan Garcés Pérez, es un exitoso ejecutivo, divorciado y padre de dos hijos
“La verdad es que, como esto siga así, me voy a quedar sin amigos”, nos decía Esther en marzo, quejándose de que la intenten relacionar con algunos de los amigos que la han apoyado en estos meses. “Creo que intimida ser la viuda de un gran hombre como Carlos , un señor con todas las palabras, un noble no solo por sus títulos, sino también por sus actuaciones y valores. Eso sí que crea respeto”, reconocía entonces.
Tal y como reveló Esther a ¡HOLA!, no está buscando volver a enamorarse, pero tampoco cierra la puerta. Como nos decía en su día, ese era también el deseo del marqués de Griñón: “Carlos me decía: ‘El día que ya no esté en este en este mundo, lo primero que haré será buscarte una pareja. Estoy tan feliz contigo que otro hombre debería experimentar lo que yo siento’”.