Este mes de abril, concretamente el día 13, es importante para la familia Thyssen puesto que es cuando el Barón Thyssen, Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, hubiese cumplido cien años. Con ese recuerdo muy presente se ha producido un reencuentro protagonizado por la Baronesa, Borja Thyssen, Blanca Cuesta y Francesca Thyssen. Ha sido precisamente esta última, nacida del tercer matrimonio del aristócrata, el que mantuvo con Fiona Campbell-Walter, quien ha compartido una pincelada de esta cita que tuvo como telón de fondo un lugar muy significativo para todos ellos: el Museo Nacional Thyssen Bornemisza. "Hoy ha sido otro día familiar muy especial [...] Este es posiblemente el mejor regalo que podemos hacerle a mi padre en su centenario, que todos nos esforcemos por llevarnos mejor, nuestras contribuciones al museo sean posibles y apreciadas por muchos", ha comenzado a decir desde esta pinacoteca que ha organizado actividades como conferencias o conciertos con motivo del centenario del Barón.
-Borja Thyssen sigue firme los pasos de su madre
Francesa, que está al frente de la fundación Thyssen Bornemisza Art Contemporary, ha explicado que tanto ella como la viuda de su padre, su hermano y su cuñada han conocido "el nuevo y enorme proyecto que Guillermo Solana -director artístico- tiene de remodelar la mayor parte del museo, incluida la maravillosa colección de Tita que todos rezamos para que permanezca en el museo". También ha elogiado la generosidad de la Baronesa Thyssen, cuya contribución, dice, ha sido y siempre será la mayor. Además, ha indicado que contar con el apoyo de Borja "es fundamental". Por último, ha adelantado que esta pinacoteca reabrirá sus puertas "pronto" con unas instalaciones nuevas que pondrán de manifiesto la característica única por la que destaca esta colección. "Es la colección privada más grande del mundo, creada por los miembros de una sola familia. (¡Dicen que después de la Reina de Inglaterra, y puedo vivir con eso!)", explica.
El día que Heini, como le llamaban cariñosamente, hubiese soplado las cien velas, su hija Francesca compartía una foto de ellos dos juntos bailando y le dedicaba unas bonitas palabras: "Mi querido papá, ¡feliz centenario! Sé que si estuviéramos celebrando este día juntos, lo haríamos exactamente así. Fuiste la luz que brilló en mi vida y sigues siendo mi inspiración. ¡Con toda la generosidad que mostraste a este mundo, y todo el valor que demostraste para hacer realidad lo imposible, diste a todos los que te rodeaban la sensación de que importaban, y de que teníamos algo que aportar a todos los maravillosos escenarios que creaste a tu alrededor! ¡Te echo mucho de menos, y espero que estés orgulloso de mí, desde el cielo que ahora ocupas! Te quiero mucho".
Una nuevo capítulo en la vida de Francesca
Parece que ha comenzado una nueva etapa para Francesca marcada por el buen entendimiento familiar tras un tiempo de distanciamiento. De hecho, la exmujer del archiduque Carlos de Habsburgo-Lorena, con quien tuvo tres hijos, contaba hace solo unas semanas que había vuelto a encontrarse con su hermano Lorne tras un largo tiempo. "No he visto a mi hermano Lorne desde hace años. ¡Es genial ponerse al día! ¡Te quiero! Chessy!", indicaba junto a una foto de los dos tomada en la ciudad suiza de Rougemont, donde ella tiene una casa. Ambos son hijos del tercer matrimonio del Barón Thyssen, quien tuvo también otros hijos: Georg Heinrich (nacido de su relación con la princesa Teresa de Lippe), Alexander (hijo de Liane Denise Shorto) y Borja, al que adoptó legalmente durante su relación con Carmen Cervera.
El homenaje personal de Tita
Ahora que se han cumplido cien años del nacimiento del Barón, considerado como uno de los más importantes mecenas y coleccionistas de arte del siglo XX, la Baronesa le ha rendido tributo en ¡HOLA! En nuestras páginas ha explicado cómo vivió esta fecha señalada en la que, "para estar más cerca de él", hizo un pastel de cumpleaños con las velas de la edad que tenía cuando se conocieron. En los diecisiete años que pasaron juntos, Carmen Cervera recuerda que uno de los placeres conjuntos era charlar durante horas con música de fondo y que, en ocasiones, Heini y ella hacían una pausa en esa conversación para bailar canciones como las de Frank Sinatra u otros temas románticos.