El octavo capítulo de la docuserie de Rocío Carrasco fue un episodio duro en el que la hija de Rocío Jurado detalló cómo fue el altercado con su hija cuando esta tenía quince años. Por expreso deseo de la protagonista del documental, sus creadores eliminaron once minutos del montaje debido a que Rocío Carrasco considera que podrían perjudicar al bienestar de su hija. Rocío Flores pidió, durante su intervención en el programa de Ana Rosa Quintana, que se emitiera el metraje entero pues lo quería escuchar. No se hizo así y, al principio del capítulo, Carlota Corredera explicó por qué se habían eliminado estos minutos e hizo un ofrecimiento a Rocío Flores.
La versión de Rocío Flores sobre la agresión a su madre
“¿Es necesario contar las veces que la cabeza de Rocío fue golpeada contra la pared? ¿La descripción detallada de las horas previas a su ingreso en el hospital con múltiples lesiones? Nosotros, no, y ella, tampoco” explicó con respecto a cuáles fueron los motivos por los que se tomó la determinación de hacer un corte. La presentadora envió un mensaje a Rocío Flores después. “Ojalá lo que se cuenta esta noche ayude a construir un futuro distinto entre las dos y en cualquier caso y me dirijo a ti Rocío Flores: si quieres ver los fragmentos eliminados, nos tienes a tu disposición para mostrártelos en la más absoluta intimidad” dijo.
Una petición de Rocío Carrasco
César Toral, uno de los editores de Rocío, contar la verdad para seguir viva, también se refirió a la decisión de eliminar este fragmento del documental. “En el relato que está haciendo Rocío Carrasco hemos escuchado cosas muy fuertes, cosas muy duras, pero nunca como las que vamos a escuchar este miércoles. Tanto es así que no todo lo que nos ha contado Rocío Carrasco va a salir en antena. Hemos eliminado 11 minutos y 38 segundos de ese relato escalofriante, de los detalles más duros, más difíciles de esa historia". Puntualizó que la modificación se llevó a cabo “por expreso deseo de Rocío Carrasco”.
Fueron varios los recuerdos que explicó Rocío Carrasco que reflejaban cómo se fue complicando la relación con su hija. Señaló que la situación llegó a un punto de no retorno el 27 de julio de 2012: "Ese día 27 yo me levanto por la mañana para levantarla para ir al cursillo, ella me había dicho días anteriores que estaba mal del estómago, que no iba bien al baño. Entonces ella ese día quiere desayunar una nectarina y yo lo único que hago es decirle: 'Ro, como estás mal del estómago tómate unas ciruelas, que te va a hacer bien para el problema que tienes'. Y ahí me desafía y se guarda la nectarina. Y al ir a coger la nectarina que ella se había guardado me cruza la cara, de lado a lado. Yo no me creía lo que estaba pasando y entonces empieza a pegarme, pero mientras ella me pega va gritando: 'No me pegues'".