Ha sido un día inolvidable, con doble celebración y cargado de emociones y recuerdos para Elena Tablada y Javier Ungría . El pasado sábado 24 de abril, tres días después de que su hija, Camila , cumpliera su primer año de vida, la pequeña recibía las aguas bautismales en una ceremonia que tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora de La Moraleja, situada en el municipio madrileño de Alcobendas. Además, coincidencias de la vida, el día anterior, la pareja cumplía cinco años de novios, así que fue una ocasión para celebrar su amor rodeados por su familia y amigos más cercanos. “Siempre encontramos una buena razón para celebrarlo todo”, nos confiesa la empresaria y diseñadora.
Cumpliendo con las restricciones sanitarias impuestas por el coronavirus, tan solo pudieron estar acompañados por un reducido grupo de familiares y amigos íntimos, entre los que se encontraban la ex-Miss España Raquel Rodríguez y Raquel Perera , exmujer de Alejandro Sanz, con quien Elena guarda una estrecha amistad y, ahora que ella ha regresado a España, están aún más unidas. “Camila es una muñeca y se porta muy bien”, decía a las puertas de la iglesia Raquel Perera, que para la ocasión apostó por un vestido blanco que combinó con un kimono estampado en tonos pastel.
“Fue un día muy especial para todos. A pesar de que Camila ya tiene un añito, por las condiciones en las que vivimos, no habíamos podido bautizarla antes”, nos cuenta Elena
Los felices padres llegaron con Camila en brazos —Cam, como la llaman cariñosamente en casa— y con Ella, la hija mayor de Elena , que ya tiene once años. Las tres iban vestidas en tonos claros: la diseñadora, con un vestido blanco de Fernando Claro, con la espalda descubierta; Camila, también de blanco, con un diseño de Cristo Bañez, y Ella, de rosa, con un vestido de aire ‘boho’, de Joy Folie. Ambas niñas llevaban también una diadema de flores adornando su melena.
Sin los besos y abrazos que les habría gustado darse en este reencuentro, pero con una gran sonrisa que se intuye a través de las mascarillas, todos los invitados entraron en la parroquia para compartir con la pequeña este importante día. Sus padrinos de Bautismo fueron Vanessa Lozano Tablada, prima de Elena, y Abel Peña, el mejor amigo de Javier.
Durante la ceremonia, Camila, siempre risueña, estuvo muy tranquila en brazos de sus padres y sus padrinos, tan solo ‘hablaba’ —como contaron después del bautizo— con su primo Oliver, hijo de Naele Tablada (hermana de Elena) y Adrián Chamorro, con quien la pequeña se lleva tan solo unos días de diferencia.
Con su abuela en el recuerdo
Tuvieron muy presentes a quienes no pudieron estar a su lado, sobre todo, a una persona muy especial para ellos, a quien extrañan todos los días: Elena Moure , abuela de la diseñadora, que falleció el pasado mes de noviembre, a los noventa y un años, a causa del coronavirus. Ella era el alma de la familia y como una segunda madre para Elena —mi ‘madre-abuela’, la llamaba siempre— y la lleva en su corazón a cada paso que da.
Una de las mayores alegrías de Elena es que su abuela pudo conocer a Camila, con quien siempre ha resaltado que tenía una conexión especial. “Jamás vi conexión tan especial… Siempre pensé que se conocían de antes. Ahora entiendo por qué la vida me premió tanto con la llegada de Camila, ahora me doy cuenta de que es una extensión de quien se iba a ir para darme una ilusión que tanto necesitaría”, confesaba hace unos meses.
“Tuve muchos sentimientos encontrados, ya que, en esa misma iglesia, cuatro meses antes, fue la Misa por la pérdida de mi querida abuela. La energía y los sentimientos estaban a flor de piel”
Tras finalizar la ceremonia, todos pusieron rumbo al restaurante El Invernadero de los Peñotes, cercano al lugar de la ceremonia, donde festejaron tanto el bautizo como el cumpleaños. Para la ocasión, prepararon una decoración muy especial a base de globos y un original candy bar repleto de dulces con la temática del arcoíris, que tiene un especial significado para ellos: “Camila, esto es un arcoíris…, como tú, que llegaste atravesando las pequeñitas gotas de agua que podían en algún momento empañar nuestra vida. Ahora llenas mi vida de luz y de colores cada día, llueva o no. Nunca dejes de brillar de esa manera tan bonita como haces”, eran las bonitas palabras que Elena le dedicaba a su pequeña, el gran motor de su vida junto a Ella. Y es que Camila llegó a sus vidas para llenarlas de alegría, como le decía en sus redes sociales con estas sentidas palabras: “Me has regalado una felicidad que jamás imaginé, a mí y a todos los que te rodeamos; tu luz, con esos ojitos tan expresivos y esa sonrisa perpetua haciéndonos saber que la vida te maravilla”.
Hablamos con Elena
—¿Cómo habéis vivido este día tan señalado para la familia?
—Fue muy especial para todos. A pesar de que Camila ya tiene un añito, por las condiciones en las que vivimos, no habíamos podido bautizarla antes. Aun así, fue un gran motivo para juntar a todos los que queremos y tener la oportunidad de compartir un día tan emotivo.
—¿Cuál fue el momento más emocionante?
—Para mí fueron muchos sentimientos encontrados, ya que, en esa misma iglesia, cuatro meses antes, tuvo lugar una Misa por la pérdida de mi querida abuela. Así que la energía y los sentimientos estaban a flor de piel.
—El recuerdo de tu abuela está siempre muy presente en tu vida, ¿verdad?
—Sí, la verdad es que la extrañamos demasiado y lo mejor que hacemos es tenerla siempre presente en nuestros pensamientos, compartiendo tantas inolvidables anécdotas que nos regaló. Yo la tengo muy presente porque la veo todos los días en los ojos de Camila.
Estuvieron acompañados por un reducido grupo de familiares y amigos, entre los que se encontraban Raquel Rodríguez y Raquel Perera
—¿Cómo se portó Camila durante el bautizo?
—Camila, sorprendentemente, se portó increíble, a pesar de que ya tiene una edad en la que está más activa y entretenerla durante una hora de Misa se hace complicado. Lo que no le hizo tanta gracia fue el momento de ponerle el agua en la cabecita, que la giró y miró al padre como diciendo: “Ya es suficiente, ¿no?”.
—Supongo que os habrá sido difícil hacer una lista pequeña de invitados por las restricciones del coronavirus, pero ¿ha sido el bautizo que soñabais?
—La verdad es que sí, porque este tipo de eventos nos gusta pasarlo con toda la gente que queremos, así que fue duro tener que recortar, pero a todos los que no pudieron asistir los tuvimos muy presentes. Ya vendrán tiempos mejores donde podamos compartir de forma segura y sin restricciones. A pesar de eso, fue un día increíble, la decoración, los dulces, el amor…, todo.
—Además de celebrar el bautizo y el cumpleaños, también era tu aniversario con Javier.
—Fue un poco coincidencia lo de nuestro aniversario de novios, pero siempre encontramos una buena razón para celebrarlo todo. El cumpleaños de Camila fue el veintiuno de abril; nuestro aniversario, el veintitrés; el bautizo, el veinticuatro.