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Este miércoles se emite el octavo episodio de Rocío, contar la verdad para seguir viva, que se ha adelantado dos horas en Mitele Plus, y uno de los primeros temas que se han abordado ha sido la controvertida historia entorno a la herencia de Rocío Jurado. El 27 de junio de 2006 se producía la apertura de testamento para la cual se reunieron en el chalé de La Moraleja, solo unos días después del fallecimiento del artista, José Ortega Cano, Gloria y Amador Mohedano con sus respectivas parejas, José Antonio y Rosa Benito, el albacea y la protagonista de la serie documental. "Los que teníamos que estar", aseguraba Rocío Carrasco de lo que se retractaba segundos después para aclarar que "tampoco es los que teníamos que estar porque tendría que estar su hermano, su hermana, su marido y yo".
© GtresonlineRocío Jurado había preparado el testamento junto a su amiga, vecina y abogada, Ana, el día que anunció ante la prensa la enfermedad que sufría, preparándose ante lo peor que terminaría pasando casi dos años después de firmar el documento. En el nuevo episodio, su hija confirma que "a Gloria le deja una finca, a Amador otra y a mí me deja de heredera universal". Proseguía confirmando que ella hasta ese día no había tenido ninguna intención de saber qué era lo que su madre había decidido dejarle en herencia. La exmujer de Antonio David se pronuncia también sobre la decisión de la cantante de no dejar nada a sus nietos, Rocío y David Flores. "Era su última voluntad. Así se llama, ¿no? Acto de últimas voluntades, porque ella considera que no debe dejárselo", afirmaba con rotundidad.
El testamento fue el hecho con el que se inició el declive de la relación con su familia y afirma que todo "termina explotando". "Termina cada uno por un sitio. Bueno, algunos muchos juntos y otros por nuestro camino. Al final lo que hacen es unirse a la persona que más daño le ha hecho a su hermana en vida, a su mujer, a su sobrina y a la hija de tu mujer", sentenciaba refiriéndose a la figura de su exmarido.
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© GtresonlineLa lucha por la herencia
Como mandaba la ley, un tercio del total correspondía de manera equitativa a sus hijos, Rocío José Fernando y Gloria Camila. Otro tercio, que también sirve para los hijos pero puede otorgarse de manera desigual, sería para entregado en usufructo a Ortega Cano, y el tercero repartido entre el resto de sus herederos. A su viudo le legaba su parte de 'Yerbabuena', la ganadería de Sevilla; Los Naranjos' era para sus dos hermanos, a los que añadía también la casa de Chipiona para Gloria; una nave industrial para Amador y sus hijos "dentro del matrimonio"; y otra para el sobrino de la cantante, Fernando Mohedano. A Juan de la Rosa, su leal amigo y secretario, el chalé adosado en el que vivía (en el mismo pueblo de Cádiz de donde era ella) y algunas joyas. Rocío Carrasco fue nombrada heredera universal, lo que significa que en ella recaían los derechos de todas sus canciones, un apartamento en Miami, la mitad de otro apartamento en la misma ciudad que compró con José Ortega Cano, una finca entre Chipiona y Rota, y las joyas de la cantante.
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Sin embargo, no fue hasta cuatro años después que terminó la lucha por el testamento, puesto que Amador y Gloria no estaban de acuerdo con el precio de tasación de la finca que habían recibido. Entonces se especulaba con la posibilidad de que los dos hermanos tuvieran intención de impugnar el documento, tal y como publicaba ¡HOLA! en la época. "El primero era muy claro al respecto: 'Nunca hemos pensado eso. Lo único es que mi hermana y yo pagaremos los impuestos estipulados por la ley. Si no nos ponemos de acuerdo, iremos hasta el final. Nosotros queremos lo que Rocío nos ha dejado y vamos a luchar por ello, por mis hijos. Gracias a Dios, nuestra vida ya está resuelta'."
