Samantha Gilabert , una de las concursantes de la última edición de Operación Triunfo 2020 que dejó más huella en el concurso, lleva luchando contra la hipoacusia neurosensorial que padece ya muchos años. Y fue hace uno cuando hizo público este trastorno del oído que, en su caso, le ha causado la pérdida del sesenta y cinco por ciento de audición en cada uno de sus oídos desde su nacimiento. Sin embargo, esta circunstancia no le ha frenado para hacer todo lo que se propone en la vida, sobre todo luchar por convertirse en una gran cantante. “Si yo puedo cantar escuchando sólo un cuarenta por ciento, cualquier persona puede hacer lo que se proponga”, expresaba la alicantina, cuyo optimismo y naturalidad a la hora de afrontar las cosas la han convertido en una de las artistas que genera más expectación a pesar de haberse quedado a las puertas de la final.
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Abrazada al pop y, sin descartar otros estilos como la balada o el reguetón, Samantha presentaba a finales del año pasado su primer disco en solitario, “Nada”. Y ahora prepara ilusionada su gira de conciertos, mientras promociona su segundo libro de poesías, “Mi refugio”, y hace de su espontaneidad una bandera permanente a la hora de abordar su problema de audición y su relación con el también cantante Flavio, de quien se enamoró en OT.
- Samantha, has participado en Operación Triunfo, haces de jurado en un concurso de la televisión valenciana, compones, gestionas tus redes sociales, escribes. Cada vez estás metida en más cosas.
- Soy inquieta, la verdad. Me gusta estar siempre con un proyecto entre manos.
- ¿Cómo lo haces? ¿Cómo gestionas todo?
- La verdad es que bastante bien, porque cuento con la ayuda de un equipo maravilloso que me ayuda un montón.
- Dicen que quien mucho abarca, poco aprieta.
- Eso dicen. Por eso no me dejan hacer más cosas (risas).
- También has cursado la carrera de Turismo y tienes estudios de solfeo y lenguaje musical. ¿Todas esas inquietudes de dónde nacen?
- La verdad es que no lo sé. Yo creo que es de mi pasión por el trabajo. Me gusta y soy feliz con lo que hago. Conecto mucho conmigo misma.
- Háblame de Mi refugio, ¿qué te empujó a escribirlo?
- Mi refugio fue una ola de inspiración que me vino durante el año pasado, tan diferente para todos nosotros. Al salir de la Academia, ya lo tenía medio escrito y me propusieron publicarlo. Evidentemente, les dije que sí, porque me hacía mucha ilusión plasmar estos poemas en un libro.
- ¿Qué va a encontrar el lector en ellos?
- Mucho sentimiento y mucha verdad. No hay nada de ficción, lo que he escrito es porque realmente lo sentía: mi felicidad, la incertidumbre, mis miedos…
- ¿Cuáles eran tus miedos?
- Temía por mi salud y la salud de mi familia y mis amigos. No sabía qué iba a pasar, qué iba a ser de nosotros, qué iba a pasar con Operación Triunfo …
- De niña, ¿ya querías serías escritora?
- No, no, qué va. De niña quería ser cantante, dedicarme a la música, ser artista en general. Fue, durante mi adolescencia, cuando me picó la curiosidad por la poesía y empecé a escribir.
- ¿Cómo es ser una poetisa en el siglo XXI?
- Mucha gente me lo pregunta, pero yo no me considero una poetisa. Yo no soy nada más que una mujer a la que le gusta escribir poemas.
- ¿Esconden mucha verdad, te expones mucho?
- Me expongo muchísimo, porque sólo sé escribir lo que siento. Hay cosas que camuflo, no lo niego, pero otras son reales y muy crudas.
- ¿Ya se te están ocurriendo nuevas historias? ¿Piensas continuar por el camino de la escritura?
- Sí. Hay días que no escribo nada, incluso semanas, pero de repente me llega la inspiración y me tengo que poner a ello. No sé si son cosas que finalmente saldrán a la luz, pero escribir sigo escribiendo.
- Háblame de la Samantha de OT, ¿entrar en la Academia qué significaba para ti?
- Para mí era algo idílico, un sueño que creo que desea cualquier cantante español que conoce el formato. Al principio, estaba como en una nube, era todo superincreíble. Fui muy feliz y aprendí muchísimas cosas.
- ¿Te dio rabia quedarte a las puertas de la final?
- En ese momento, sí. Me dio rabia porque una semana más en la Academia era un regalo. Ahora, visto con distancia y perspectiva, pienso que tenía que pasar y ya está. No hubiese cambiado nada mi carrera.
- ¿Las cámaras te impidieron mostrar a Samantha al cien por cien?
- No, me mostré tan cual. Toda la gente que me conoce lo sabe bien. Por eso estoy superfeliz.
- ¿Cómo te describirías?
- Yo soy una persona muy feliz y me gusta mucho hacer reír a la gente, pero también tengo mis inquietudes y mis días malos como todo el mundo.
- En el video de presentación de OT, desvelaste tu problema de audición, ¿por qué decidiste hacerlo público?
- Pensé que, en un programa de música, era necesario que supieran que tengo un problema de audición. Creo que es algo que tenemos que normalizar, como el que dice que tiene miopia o lo que sea. He vivido con ello toda mi vida y para mí no ha supuesto ninguna desventaja a la hora de dedicarme a la música. La forma de superarlo es vivirlo con normalidad, esforzarse un poco más y usar audífonos. Nunca me ha afectado la hipoacusia para desarrollar mi carrera.
- ¿Es un problema de nacimiento?
- Sí, es de nacimiento y se debe a que el nervio auditivo no hace la función y no envía toda la información del sonido al cerebro.
- Volviendo a OT, no ganaste el concurso pero encontraste el amor en Flavio ¿Mejor premio imposible, no?
- Pues sí, la verdad. No me lo esperaba, pero estoy muy feliz. Los dos estamos muy contentos y nos vemos cuando encontramos un hueco en nuestros respectivos compromisos profesionales.
- ¿Haréis algún día un dueto?
- De momento, Flavio y yo no nos planteamos trabajar juntos, pero nunca se sabe. La vida es muy larga.