No pudo ser. Después de varios meses intentando superar su última crisis, Jennifer López y Álex Rodríguez han decidido poner fin a su relación de cuatro años, cuyos motivos han explicado ellos mismos: “Nos hemos dado cuenta de que somos mejores amigos y esperamos seguir siéndolo. Continuaremos trabajando juntos y apoyándonos mutuamente en nuestros negocios y proyectos compartidos. Deseamos lo mejor para nosotros y para nuestros hijos. Por respeto a ellos, el único comentario que tenemos que añadir es: gracias a todos los que han enviado palabras amables y apoyo”, señala la expareja en un comunicado conjunto. Se habían conocido en 2004, cuando ambos aún estaban casados —ella, con Marc Anthony, padre de sus mellizos, Max y Emme, de trece años, y él, con Cynthia Scurtis, madre de sus dos hijas, Natasha, de dieciséis, y Ella, de doce—, pero su noviazgo no comenzó hasta años después de sus respectivas separaciones, en 2017.
El compromiso llegó en marzo de 2019, durante un romántico viaje a Bahamas: allí, el exjugador de béisbol le pidió matrimonio a la diva del Bronx de rodillas y selló la petición con un diamante valorado en más de un millón de dólares. Una boda que la expareja fue posponiendo, primero, por los compromisos profesionales y, después, por la pandemia, y que finalmente no se celebrará. “La aplazamos dos veces. Habíamos planeado lo que queríamos hacer, no sé si seremos capaces”, señalaba Jennifer en Elle a principios de año. “Lo cancelamos, y desde entonces realmente no hemos hablado de eso. No hay prisa. Queremos hacerlo bien cuando podamos”. Meses después, la artista relataba en Allure que habían acudido a terapia de pareja. “Ha sido muy bueno. Nos pusimos manos a la obra. Hicimos terapia. Pese a los intentos de salvar su relación —parecía que habían salvado su crisis cuando Álex Rodríguez viajó hace poco a República Dominicana para visitarla mientras ella ro- daba su nueva película—, finalmente han decidido emprender caminos separados.