Carmen Lomana es una mujer con amigos muy heterogéneos y una intensa vida social. Por eso atesora un sin fin de inesperadas anécdotas con personajes muy variopintos. Si hace días informábamos de su encuentro con Camilla Parker-Bowles , en Chile y en el año en el que trágicamente falleció Lady Di, Carmen desvela ahora ¡HOLA! un divertido episodio que protagonizó junto a James Hewitt en Marbella.
Recordemos que el ex militar se hizo famoso por haber sido amante de la princesa Diana , relación extra marital que ella misma reconoció durante la impactante entrevista que concedió a la BBC en 1995. Ese mismo año, Hewitt había publicado el libro Princesa enamorada , sobre su relación sentimental con Diana y en cuyas páginas incluyó el contenido de las cartas de amor que la princesa de Gales le había escrito.
Hewitt llegó a Marbella porque le era imposible seguir viviendo en el Reino Unido, según contaba, le trataban como si fuera un delincuente”
Considerado desde entonces persona non grata, se le tachó incluso de traidor , para los británicos, el que fuera profesor de equitación de la propia Lady Di y de los príncipes William y Harry, terminó refugiándose en la Costa del Sol, donde abrió varios negocios, como nos relata la propia Carmen: “Él llegó a Marbella porque le era imposible seguir viviendo en el Reino Unido, según contaba, le trataban como si fuera un delincuente. En Marbella puso un picadero en el que daba clases de equitación y luego abrió un restaurante que era fantástico. Mucha gente iba por curiosidad, por verle, pero a parte, se comía muy bien”.
Carmen, que tiene casa en la localidad malagueña, recuerda la Nochebuena que pasaron juntos. “Yo estaba saliendo entonces con un húngaro, y me propuso que la celebramos en su casa e invitáramos a gente que estaba allí pasando la Navidad. Total que nos reunimos un grupo de amigos muy heterogéneo, de rusos, ingleses… a mi amigo se le ocurrió también que viniera Hewitt, que estaba solo. Así lo hicimos y dije: ‘Pues yo hago la cena’. Este amigo húngaro tenía la casa más maravillosa, con una cocina que aunque no te gustara cocinar te apetecía hacerlo”.
Le dije: ‘¡Qué interesante que hayas conocido a Lady Diana!’. Estábamos en un buen ambiente, entre amigos y también le solté: ‘Y su hijo, el segundo, será casualidad, pero ¡se parece tanto a ti!’”
“Cenamos, hablamos... él a mí ya me conocía porque habíamos coincidido muchas veces. Además yo también iba a su restaurante de vez en cuando. En una de esas, le comenté: ‘¡Qué interesante que hayas conocido a Lady Diana!’. Estábamos en un buen ambiente, entre amigos y también le solté: ‘ Y su hijo, el segundo, será casualidad, pero ¡se parece tanto a ti!’”, prosigue Carmen.
Pese a la reacción inicial de sorpresa que mostró el ex oficial de Caballería del Ejército británico, Carmen se atrevió a hacerle la pregunta que todo el mundo, en ese momento, quería realizar: “Le dije: ‘Pero dime la verdad, ¿es tuyo?’. Y me respondió: ‘No, Carmen, no, porque además, no coinciden las fechas’. Y es verdad porque él la conoció y estuvo con ella después de que naciera el príncipe Harry, de hecho, creo que ya tenía dos o tres años cuando su madre empezó su relación con Hewitt”. Ciertamente, la posibilidad de que el campeón de polo pelirrojo pudiese ser el padre del también pelirrojo príncipe quedó descartada tanto por Hewitt como por Diana, ya que la pareja empezó su relación en 1986 y Harry nació en 1984.
‘Pero dime la verdad, ¿es tuyo?’ , le preguntó. Igual fui un poco indiscreta, pero estábamos hablando distendidamente y no resultó incómodo”
“Igual fui un poco indiscreta -admite-, pero bueno, como estábamos en una cena, hablando distendidamente, pues no resultó incómodo. Además a él le chifló la cena, me dijo: ‘Qué maravilla, no me puedo creer que la hayas hecho tú’”, recuerda Lomana con orgullo. “Aquel año, había muerto mi madre y yo estaba hecha puré, así que prefería no pasar esa noche en familia. Entonces, preparé el menú que se hacía tradicionalmente en mi casa en Nochebuena: una sopa de rape y marisco, que en casa llamábamos sopa malagueña; besugo al horno, que es un plato muy del Norte, y pavo relleno... Odio cocinar, aunque sé cocinar y se me da bien, pero no me gusta nada”, sentencia Carmen.
–¿Cómo era él en las distancias cortas?
–Era estupendo. No me extraña nada que Lady Di se enamorase de él. Era el típico inglés pelirrojo, con pequitas, las típicas facciones anglosajonas y con un fachón, muy alto, muy delgado. Un inglés de clase, con muy buena pinta.
–Después de aquella noche, ¿volvisteis a coincidir?
–Después de esa noche sí que le vi muchas veces. Pero después se fue de Marbella, cerró su restaurante, y ya no le he vuelto a ver. Muchas veces he preguntado si alguien sabía qué había sido de él, pero nadie sabe nada. Creo que regresó a Inglaterra, pero mantiene un perfil totalmente discreto y apartado de todo.