Estas últimas semanas han sido especialmente intensas para Sara Carbonero . No hay que olvidar que, hace poco más de un mes, la periodista se separó de Iker Casillas, tras once años de relación, casi cinco de casados y dos niños en común. Pese a que Sara y el portero estuvieron luchando hasta el último momento para salvar su matrimonio, ambos tomaron la decisión de anunciar su separación el 12 de marzo, en medio de la tormenta mediática. Fue la aparición de unos comprometidos audios de Iker y varios testimonios lo que puso en jaque a la pareja. El resultado fue que terminaran dando por concluida su historia de amor. Aunque la periodista y el portero han trabajado juntos para seguir con su compromiso de ser familia, todo por el bien de los pequeños Martín y Lucas , es verdad que esta decisión, como es de entender, no ha sido fácil. Más bien, todo lo contrario.
La periodista disfrutó de unas merecidas vacaciones en la paradisíaca isla de La Graciosa, al norte de Lanzarote
Estos sentimientos volvieron a aflorar en Sara el pasado 6 de abril. Según Diez Minutos, acudió con Iker Casillas al Juzgado de Pozuelo de Alarcón (Madrid) para firmar su divorcio. Una decisión tomada de manera amistosa que habría facilitado el convenio al que ha llegado la pareja: Sara mantiene la custodia de los dos hijos, Martín y Lucas, pero otorgando un régimen de visitas muy flexible para Iker. Una vez pasados los veinte días de la firma, el matrimonio estaría legalmente disuelto.
Nuevo rumbo
Después de vivir esta montaña rusa de sentimientos, Sara Carbonero decidió poner tierra de por medio y viajar a un destino paradisíaco. Tal y como ya anunciamos, la periodista tomó un avión rumbo a Canarias en compañía de su comadre, la también presentadora almeriense Isabel Jiménez. A esta pequeña escapada se sumaron unos amigos y la familia de Isabel, tanto el ingeniero Álex Cruz, como los dos niños del matrimonio: Hugo, de dos años, que es precisamente ahijado de Sara, y Daniel, que nació el pasado 3 de enero y, que, por tanto, comparte cumpleaños con Martín, el mayor de los hijos de Sara.
Impresionante en traje de baño, la guapa toledana se relajó en el mar y las playas de este territorio casi virgen
Todos ellos disfrutaron de unas plácidas vacaciones en La Graciosa, una paradisíaca isla situada al norte de Lanzarote. Dado que es una isla muy poco habitada —están censadas menos de 800 personas en toda su superficie—, Carbonero y sus amigos pudieron disfrutar de unos días muy tranquilos de sol y playa, ajenos a miradas indiscretas. Con una temperatura de veinte grados, disfrutaron de las vacaciones que la periodista no tuvo el año pasado por culpa de la pandemia y de su situación familiar —no hay que olvidar que el abuelo paterno de Sara falleció a principios de agosto del año pasado—. La localidad de Pedro Barba, situada en la zona noroeste de esta isla casi virgen, con sus características casas de color blanco y azul, situadas en primera línea de playa, fue donde se instaló el grupo.
Sara e Iker habrían firmado un convenio amistoso por el que la periodista mantiene la custodia de sus dos hijos y otorga un régimen de visitas muy flexible para Iker
Allí, Sara disfrutó de su primer chapuzón del año y presumió de su espectacular figura en traje de baño. También Isabel, quien, como decíamos anteriormente, dio a luz a su segundo hijo hace apenas tres meses y ya ha recuperado su silueta. Las dos presentadoras jugaron con los niños de Isabel, aunque fue el mayor de ellos quien más disfrutó en la playa de su madre y de su madrina. Durante su estancia, la pandilla de Sara se desplazó por la isla en todotereno y disfrutó de un paseo en lancha por el mar. La estancia de Sara finalizó antes que la de sus acompañantes, porque el miércoles volvió a reaparecer en la radio, mientras que Isabel alargó sus vacaciones un poco más para disfrutar de su marido y sus niños.
La periodista, que ha recuperado la sonrisa, tiene ante sí un futuro lleno de ilusiones, con su trabajo en la radio y tras haber vendido la firma de moda que creó junto a Isabel
Otros horizontes
De esta forma, Sara pudo recargar pilas para una primavera llena de proyectos y de nuevos horizontes. Y es que la vida vuelve a sonreírle. Tras superar sus últimos problemas de salud, la guapa toledana está muy ilusionada con su programa de radio, Que siga el baile . Además, acaba de cerrar un negocio redondo: ha vendido Slow Love , la firma de moda que fundó, precisamente, junto a Isabel Jiménez, a la empresa Tendam, dueña de Cortefiel, marca para la que llevaban tiempo colaborando y para la que acaban de lanzar además, ejerciendo también como modelos, su nueva colección de primavera-verano. Por último, prepara el lanzamiento de su nueva colección de joyas, que saldrán a la venta las próximas semanas.