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Nunca es tarde si la dicha es buena. El cantante Damon Albarn, voz y líder de Blur y Gorillaz, acaba de aprobar el carnet de conducir a los 53 años y se ha comprado un Range Rover Sport valorado en más de 75.000 euros, con el que se ha convertido en la envidia de sus principiantes compañeros de autoescuela.
Con un patrimonio valorado en más de 12 millones de euros, el intérprete decidió aprender a conducir para poder desplazarse más fácilmente entre su residencia del oeste de Londres y su gran casa en el campo situada en el condado de Devon, al suroeste de Inglaterra, donde permaneció durante todo el confinamiento. “ A Damon le encantaba estar en Devon y le encantaría pasar mucho más tiempo allí. Sin embargo, trasladarse hasta este lugar en transporte público sería una pesadilla, por lo que decidió dar el paso y finalmente aprender a conducir por sí mismo" ha declarado un amigo del cantante al diario Mail on Sunday.
Esta residencia rural, que se encuentra en medio de la nada, se ha convertido en el mejor refugio para el que fuera uno de los ídolos y sex symbol del pop británico de mediados de los 90. “Es un escondite maravilloso. Aquí conozco a la gente local: el carnicero, el tendero, el pescadero. Aquí es donde me veo a mí mismo ahora” ha confesado el artista.
Damon, que aprovechó el aislamiento impuesto por la pandemia para perfeccionar su conducción e incluso para construirse un estudio de grabación, mantiene una relación sentimental desde hace veinticuatro años con Suzi Winstanley, con quien tiene a su hija Missy, de 21 años.
El cantante, que amenizó a sus seguidores con un concierto en streaming durante el aislamiento interpuesto por la pandemia el año pasado, ha relatado cómo sobrellevó él este confinamiento: "Realmente lo entendí como una forma de existir, con sus inevitables trampas, como cualquier otra forma de existencia. Pero si tienes un poco de autodisciplina, puedes ser increíblemente productivo" afirmaba el cantante, quien recientemente hablaba de un posible reencuentro de Blur, tras su desintegración en 2003. "Amo esos conciertos, son geniales, pero no es algo que necesite hacer. Solamente lo hago por la felicidad que me dan. No puedo esperar para cantar Parklife nuevamente" decía el cantante el año pasado tras serle preguntado sobre una reunión del mitíco grupo, cuyos competidores directos fueron la también banda británica Oasis.
