En el último capítulo de su documental, Rocío Carrasco abordó uno de los momentos más tristes y difíciles de su vida: la muerte de su padre, Pedro Carrasco. El famoso boxeador falleció en enero de 2001 y, poco después, trascendió que Carrasco estaba distanciado de su hija en esos momentos . Veinte años después, la propia Rocío ha querido aclarar cómo estaba la relación con su padre antes de que este falleciera de un infarto.
La noticia de la muerte de Carrasco pilló a Rocío de viaje con su pareja , Fidel Albiac, en Sevilla. “Yo salí a hacer unas compras y, cuando llegué, Fidel me dijo que a mi padre le había dado un infarto. Yo le contesté que no pasaba nada, porque estaba con Raquel (Mosquera) y que nosotros iríamos al día siguiente al hospital. Entonces, él me miró y movió la cabeza, y yo ya entendí que estaba muerto. Con él, se fue una parte de mí”, explicó la hija de Rocío Jurado.
También ha asegurado que habló con su padre días antes de que falleciera y que esa conversación acabó en reconciliación y con el boxeador pidiéndole perdón tanto a ella como a Fidel Albiac y diciéndole: “Te quiero”. Pero, además, ha desvelado que no se hicieron las cosas bien “en muerte”.
“¿Has recibido todo lo que a tu padre le gustaría que tuvieras?”, le preguntó la periodista y ella negó: “Qué va, para nada”. Incluso abordó la pelea que tuvo con Raquel Mosquera, viuda de su padre, por un reloj de oro. “Quien me conoce sabe perfectamente cómo soy y sabe que no soy ni interesada ni materialista en absoluto. Lo quería porque era el reloj que siempre llevaba él y se lo regalaron con una inscripción en la parte de atrás: el día que se casó con mi madre. No lo quería por nada más”.
La respuesta de Raquel Mosquera no se hizo esperar. La peluquera ha dicho que no consentirá “que nada ni nadie manche su imagen pública [la de Pedro Carrasco], ya que fue una bellísima persona y un gran señor, en todos los aspectos y sentidos”. Además, ha desmentido algunas declaraciones de Rocío Carrasco.
“Si hubiese tenido que pedir perdón, lo hubiese pedido, porque era muy grande y un gran señor de los pies a la cabeza”, declaró Mosquera. “Más bien le tendrían que haber pedido perdón a él”. Además, apuntó que no hubo reconciliación entre Pedro Carrasco y su hija en su último encuentro. “Pedro y yo nos fuimos sin poder ver a los niños y darle sus regalos de Reyes, que para eso pensábamos que íbamos”, dijo Raquel.
El documental ha vuelto a abrir heridas que, veinte años después, siguen doliendo mucho en la familia Carrasco Mohedano.