El de Felipe de Edimburgo ha sido un funeral íntimo, pero con todos los honores. A pesar de que las restricciones derivadas de la pandemia no han dejado que sea multitudinario y ha limitado a 30 los asistentes, han estado todos los que el marido de la Reina quería que le acompañarán en su último adiós, incluída una representación de sus familiares alemanes. Si su familia era un pilar fundamental en su vida, otro era el Ejército, al que sirvió orgulloso durante años consiguiendo importantes logros en la Armada Real, por lo que los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas no podían faltar a su despedida, en la que han tenido un destacado papel que han ensayando durante días en Pirbright, localidad situada en el condado de Surrey. La melodía de las bandas militares ha resonado en el castillo de Windsor para rendir homenaje a un veterano de guerra inolvidable. Descubre, a continuación, las diferentes fuerzas castrenses presentes en el últimos adiós al que fuera uno de sus grandes valedores:
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El motivo por el que los 'royals' no llevan uniforme militar en el funeral
Armada Real
El príncipe Felipe tenía tan solo 18 años cuando ingresó en este cuerpo militar en el que se gradúo como el mejor cadete de su promoción. Fue también en la Armada Real británica donde luchó con gran éxito en la Segunda Guerra Mundial siendo ascendido a primer teniente de navío. Su estrecho vínculo con esta fuerza ha sido recordado con la presencia de una representación de este cuerpo en el cuadrilátero de Windsor, que ha recibido al Land Rover que traslada al féretro con el sonido del tradicional silbato marinero. Al llegar a la puerta del oeste han tocado el llamado 'Still', que es el toque con el que, según sus costumbres, se llama la atención de los marines. Ha sido entonces cuando un grupo de marines, los efectivos de operaciones anfibias de la Armada, han portado el ataúd dentro de la iglesia, para tocar con el silbato marinero el 'Side', que es el saludo ceremonial de los miembros de la Marina a la familia real, seguido de un minuto de silencio.
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Guardias Granaderos
La banda de los Guardias Granaderos ha sido la encargada de encabezar la procesión funeraria. Caracterizado por un uniforme de gala coronado con un llamativo gorro alto de piel de oso, se trata de uno de los cuerpos militares británicos más icónicos y antiguos. Felipe de Edimburgo fue coronel de esta fuerza durante 42 años -cargo que ostentó también el duque de York hasta que se retiró de la vida pública- y será un grupo de efectivos del primer batallón de los Guardias Granaderos los que lleven el féretro desde la capilla privada de la Reina a la entrada del castillo de Windsor, desde donde saldrá el Land Rover que lo trasladará a la capilla de San Jorge. Esta unidad de infantería, creada en 1652, es extremedamente versátil y muchos de sus batallones han prestado servicio en numerosos lugares del mundo, pero una de sus funciones principales es guardar los palacios reales.
Jefes de servicio y el Mayor General
Tras los guardias granaderos, han desfilado ante el ataud el mayor general al mando de Asuntos Domésticos, junto a su ayudante de campo y el brigada mayor, el comandante del Comando Estratégico de Reino Unido, el vicejefe y jefe del Estado Mayor de Defensa y el jefe del Estado Mayor del Aire, el jefe del Estado Mayor de la Armada y el de Asuntos Generales. Con la presencia de los Ejércitos de tierra, már y aire se ha querido subrayar la cercanía del marido de Isabel II con el mundo castrense.
Guardias Fusileros
Una vez que la procesión llegaba al claustro de la herradura, la banda de los Guardias Granaderos dejó de tocar para dejar paso al saludo de la guardia de honor de los Fusileros con el himno nacional. El duque de Edimburgo ha sido coronel en jefe de este cuerpo, el mayor de la infantería británica, desde 1953 hasta 2020, un cargo honorario que ahora ostenta la duquesa de Cornualles. Los Fusileros son una fuerza de combate creada en 2007 principalmente para operar en Irak y Afganistán. El sargento Carter, uno de los efectivos de esta unidad que ha formado parte de la comitiva aseguró: "El funeral es muy imporante para todos los fusileros ya que el duque de Edimburgo nos dio mucho a todos, visitando habitualmente los batallanos antes y después de los despliegues. Se preocupaba de verdad y podíamos ver cómo disfrutaba con los fusileros. Nos sentimos honrados de haber sido elegidos para representar a los fusileros y esperamos que él se sienta orgulloso".
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La caballería
La caballería doméstica también ha estado en el cuadrilátero de Windsor para rendir tributo a Felipe de Edimburgo. Es uno de los cuerpos que forman parte de la Guardia Real, junto con los Guardias Granaderos, la Guardia Escocesa, Irlandesa y Galesa y los Guardias de Coldstream. Está formada por dos regimientos: los Guardias de la Vida y los Azules y Reales. Los primeros forman la unidad más antigua del Ejército británico, participando en operaciones de combate desde 1660, y su uniforme ceremonial consiste en una túnica escarlata con una coraza metálica y un casco que lleva un penacho de plumas blanco en la parte superior llamado llorón. Los Azules y Reales participan activamente en la seguridad diaria de la Reina y sus residencias. A diferencia de los guardias de la vida, su túnica es azul y el llorón rojo. Además de la caballería doméstica, la artillería real a caballo ha sido la encargada de honrar el paso del féretro lanzando disparos al aire cada minuto durante todo el recorrido. Son las tropas del rey y es la unidad ceremonial del regimiento de caballería.
Los Highlanders
Efectivos del cuarto batallón del Regimiento Real de Escocia, conocidos como los Higlanders, flanquearán la procesión junto a los miembros de la Marina Real, la Real Fuerza Aérea y los caballeros militares de Windsor. Felipe de Edimburgo era el coronel en jefe de este cuerpo de infantería desde 1994 hasta su muerte. Su uniforme de gala incluía la tradicional falda escocesa, llamada Kilt.
Fuerza Aérea Real
Miembros de la Fuerza Aérea Real han flanqueado también la procesión hasta la capilla de San Jorge. Conocido como RAF, por sus siglas en inglés, el duque de Edimburgo estaba también muy vinculado a este cuerpo Ejército del aire, del que era mariscal y comodoro en jefe, un cargo honorario que sirve para apadrinar a los cadetes de la formación. Él mismo era piloto, título que obtuvo en 1953, después de servir en la Marina Real.