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Este pasado jueves 1 ha sido una fecha especial para los Barroso Silva: Felipe, el menor de los tres hijos que tuvo el empresario Pepe Barroso durante su matrimonio con Mónica Silva, ha cumplido dieciocho años. Sin duda, se trata de un momento muy importante para Fil —así le llaman cariñosamente en casa—, que se prepara para el gran cambio de su vida.
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Según ha podido saber ¡HOLA!, Felipe quiere enfocar su futuro profesional al mundo de los negocios. Por ello, viajará el próximo curso a Estados Unidos, donde comenzará su etapa universitaria. Su intención es estudiar Business con especialidad en finanzas y en el sector deportivo. Es una elección parecida a la de su hermano mediano, Jaime, que está realizando la carrera de Business con Dirección Deportiva, en la Universidad de Seton Hill, situada en Pittsburg.
Queda claro que el olfato empresarial es algo que viene sellado en su ADN familiar. No hay que olvidar que su padre fundó la firma de ropa Don Algodón y la discográfica Pep’s Records, allá por los noventa. Tampoco que, en 2018, su hermano mayor, Pepe, Jr., se graduó en Administración y Dirección de Empresas y Relaciones Internacionales por la Universidad de UCLA, aunque terminara dedicándose profesionalmente a la moda y la interpretación.
Al igual que los demás Barroso Silva, Felipe es un enamorado de los deportes: del esquí, de montar a caballo y, sobre todo, del fútbol. En concreto, es forofo del Atlético de Madrid, equipo en el que sus dos hermanos mayores llegaron a jugar en categorías inferiores. Por otro lado, el benjamín es el que más ha heredado de su padre la pasión por la música. Como decíamos anteriormente, este creó el sello en el que Malú y Gemeliers empezaron sus carreras artísticas.
Además, Felipe es un chico muy cariñoso que siente adoración por su familia. Tal y como lo ha definido Pepe Barroso en alguna ocasión, tiene “enorme corazón y nobleza, bueno y con carácter”. La prueba es que ha estado involucrado en causas solidarias. Por ejemplo, ha participado en alguna tómbola benéfica organizada por la Parroquia de San Agustín, en Madrid, al igual que ha colaborado con la Fundación Proyecto Persona, que busca la integración social de personas con discapacidad intelectual y en riesgo de exclusión social.