Este es un lugar con mucho significado para ella. Muchos de los recuerdos familiares más entrañables de Ynés Suelves han acontecido dentro de los muros de esta casa, que antiguamente fue un convento, situada a las afueras de Madrid. La Dehesa de Milla ocupa un lugar muy especial en su corazón porque pertenece a una de las mujeres más importantes de su vida: su abuela paterna, Victoria Eugenia Figueroa y Borbón , prima del Rey don Juan Carlos y marquesa viuda de Tamarit, a quien todos llaman cariñosamente Mimi. Ella es uno de los pilares de la familia, un ejemplo para todos, una mujer a quien llevan presente en cada uno de los pasos. A su lado, Ynés nos abre las puertas de esta casa , acompañada también por dos de sus primas, Victoria —hija de María Suelves y Claudio Montes— y María, —hija de Victoria Suelves y Antonio Sainz—, y nos cuenta cómo, desde pequeña, supo que quería ser diseñadora y cómo ha logrado alcanzar ese sueño con su firma de moda y de joyas.
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Descendiente de dos relevantes familias, Ynés, de treinta años, es hija de María Osorio Bertrán de Lis, condesa de Villaumbrosa, y de Juan José Suelves, marqués de Tamarit, pero asegura que sus apellidos ni le han pesado ni le han ayudado a la hora de labrarse su carrera en el mundo de la moda, donde su tía Blanca Suelves fue un referente como modelo. “Lo que realmente me ha ayudado es el trabajo duro”, nos dice la diseñadora, que se formó en Londres.
Su abuela, marquesa viuda de Tamarit, a quien todos llaman cariñosamente Mimi, es prima del Rey don Juan Carlos y una de las mujeres más elegantes de su época
Su madre también es muy relevante en su trabajo: es su socia, “el motor de mi vida creativa” —como ella la define— y quien pinta a mano sus vestidos y diseña los textiles. Y, a la hora de encontrar su inspiración, una de sus mayores fuentes es su abuela Mimi, quien, a sus espectaculares noventa años, mantiene el porte y el glamour con los que destacó en su juventud como una de las mujeres más elegantes de España y, ahora, posa con los diseños de Ynés, por primera vez, acompañada por tres de sus trece nietos.
—¿Desde cuándo pertenece esta casa a tu familia?
—Desde finales del siglo XIX. Es la casa de mi abuela Mimi y su hermana Blanca. Mi abuela siempre me cuenta que fue un antiguo monasterio y que se ha mantenido la distribución y estructura originales.
Ynés se formó como diseñadora de moda en Londres y ha creado su propia firma junto a su madre, María Osorio Bertrán de Lis, condesa de Villaumbrosa
—Nos recibes junto a tu abuela y dos de tus primas, María y Victoria, ¿estáis muy unidas las cuatro?
—Estamos muy unidas, como toda mi familia. Somos una piña. Hemos crecido juntas, hemos compartido la infancia y hemos pasado todos los veranos, Navidades y los momentos más especiales en casa de mi abuela.
“Estamos muy unidas, como toda mi familia. Hemos crecido juntas, hemos compartido la infancia y hemos pasado los momentos más especiales en casa de mi abuela”, dice Ynés sobre sus primas Victoria y María
—¿A qué se dedican tus primas?
—María tiene treinta y un años, es abogada y trabaja en Acciona, y Victoria es paisajista y trabaja en Locus Landscape.
—¿Cuál es el secreto de Mimi para estar así de espectacular?
—Pues yo creo que es su mente y su manera de ver la vida. Es la persona más positiva que conozco, tiene el don de disfrutar de cada detalle y ver siempre lo bueno a todo.
—¿Cómo es tu relación con ella?
—Tengo una relación muy cercana con Mimi. Es una de las figuras más importantes en mi vida y creo que en la vida de todos los miembros de mi familia. Es mi fuente de inspiración, disfruto mucho escuchando sus historias; cada vez que estoy con ella, me sumerge en un mundo único y mágico.
“Mimi es una abuela única. Nos ha mimado mucho y nos ha hecho sentir especiales. Somos trece nietos, una bisnieta recién nacida y dos en camino”, cuenta Ynés sobre su abuela, que posa, orgullosa, con sus diseños
—¿Cómo es Mimi como abuela? ¿Cuántos nietos y bisnietos tiene ya?
—Mimi es una abuela única. Tenemos muchos recuerdos felices con ella. Nos ha mimado mucho y nos ha hecho sentir especiales a cada uno. Somos trece nietos, una bisnieta recién nacida y dos en camino... Mi abuela siempre ha disfrutado mucho de ser abuela, y aunque no conoce a sus bisnietos aún, está muy ilusionada por esta nueva etapa.
—¿Qué lecciones de vida te ha dado?
—Pues creo que la lección que me ha dado con su ejemplo es cuidar y valorar tanto a las personas como las cosas. A no dar nada por hecho y a agradecer de corazón.
—¿Os soléis reunir todo en esta casa?
—Solemos venir aquí en ocasiones especiales. Hemos pasado en esta casa las mejores Nochebuenas, bodas pequeñitas y cumpleaños. Muchas veces venimos a hacer pícnics y a dar grandes paseos a pie o a caballo.
“Los mejores recuerdos que guardo de esta casa son de las Navidades. Mi abuela ponía la casa como un sueño, cuidando cada detalle, con el árbol de Navidad más bonito que podrías imaginar, lleno de regalos”, recuerda la diseñadora
—¿Cómo definirías a tu familia?
—Como una piña, muy unidos siempre. Unidos por el deporte y los veranos en Biarritz.
—¿Cuáles son los mejores recuerdos que guardas de esta casa?
—Sin duda, las Navidades de cuando éramos pequeños. Todas las primas íbamos vestidas con un traje de terciopelo rojo. Mi abuela ponía la casa como un sueño, cuidando cada detalle, esperaba todo el año a que se abrieran las grandes puertas del saloncito donde estaba el árbol de Navidad más bonito que podrías imaginar, lleno de regalos. Estábamos toda la familia, mi madre, mi padre, mis abuelos, primos y tíos... todos.
—¿Cuál es el rincón que más te gusta?
—Me gusta cada rincón... La chimenea con los bancos al lado, donde nos acurrucamos todos en busca de calorcito a contar historias. Los cuartos de baño con suelos antiguos...
“Como estudié en Londres, mis apellidos nunca habían sido relevantes para mis éxitos o fracasos. Son parte de mi identidad, pero lo que de verdad me ha ayudado es el duro trabajo”
—¿Cuándo comenzó tu pasión por la moda?
—Desde que tengo uso de razón. De hecho, recuerdo que, en una de esas Navidades en Milla, cuando recibíamos regalos y a mí me regalaban ropa, ¡no me cabía en la cabeza pensar cómo mis primos preferían juguetes a ropa! Siempre digo que, igual que nací rubia, nací diseñadora.
—¿En tu familia te apoyaron desde el primer momento?
—No solo me han apoyado, me han empujado y animado a hacerlo. Siempre han creído en mí. Sobre todo mi madre, que es también mi socia, y mi padre, que siempre ha creído en mí.
—¿De quién has heredado la vena creativa?
—Sin duda, de mi madre. Es la persona más creativa que conozco, emana arte en todo lo que hace y es el motor de toda mi vida creativa. Ella pinta a mano mis vestidos, diseña los textiles y hace velos bordados únicos.
“Mi madre emana arte en todo lo que hace y es el motor de toda mi vida creativa. Pinta a mano mis vestidos, diseña los textiles y hace velos bordados únicos”
—¿Cómo fue tu experiencia en Londres?
—Irme a Londres ha sido la mejor decisión que he tomado nunca. Me lancé al vacío a luchar por mi sueño. Fui dispuesta a comerme el mundo. Se me abrieron las puertas a un nuevo universo. Estaba en la capital del arte y la creatividad y se percibía en las calles y en el metro. Lo disfruté mucho, estuve en contacto con gente de todas partes del mundo y, sobre todo, curré como nunca pensé que fuera posible. Todo mereció la pena, tanto que acabé ganando el premio a la mejor diseñadora de mi promoción.
—¿Te has inspirado en tu abuela para alguno de tus diseños?
—Me inspiro constantemente en ella. Me he dado cuenta de que mi inspiración siempre acaba por allí, por recuerdos de mi infancia, de cómo se vestían mi abuela, mis tías y mi madre. Todo acaba saliendo de recuerdos que no sabía ni que tenía y de cosas que, desde muy pequeña, admiraba sin darme cuenta.
—¿Alguna vez te han pesado tus apellidos o te han ayudado?
—Como estudié en Londres, mis apellidos nunca habían sido relevantes para mis éxitos o fracasos. Son parte de mi identidad, pero lo que realmente es importante y lo que de verdad me ha ayudado es el duro trabajo.
“Para mis diseños me inspiro constantemente en mi abuela, en recuerdos de mi infancia, de cómo se vestían ella, mis tías y mi madre», cuenta Ynés, sobrina de María y Blanca Suelves”
—¿Cuál es la seña de identidad de tu firma?
—Mi seña de identidad es la fusión creativa entre mi madre y yo. Nuestra firma es una colección ‘continua’, no creemos en la creación de temporadas y grandes colecciones. Queremos rescatar el buen hacer de antes, la elegancia perdida que me inspira tanto mi abuela, hacer cosas con valor. Todo esto aplicado a la mujer de hoy y al mundo de hoy.
—También diseñas joyas, ¿cuándo comenzaste en este sector?
—Justo antes de empezar mi carrera en moda, decidí crear mi propia línea de joyas, ante mi propia necesidad de encontrar una joya sutil, juvenil y elegante. En esa época, solo había en el mercado o joyas de gran valor o bisutería de muy mala calidad. Mi madrina, Victoria de la Calva, es joyera y me lo enseñó todo e hizo que todo fuera posible.