A Jota Peleteiro , marido de la modelo sevillana Jessica Bueno , siempre le ha gustado ayudar y estar activo en iniciativas solidarias, pero tenía ganas de implicarse más en algún proyecto. Por eso, cuando conoció de primera mano la Fundación Pequeño Deseo (www.fpdeseo.org), que este año celebra su vigésimo aniversario y tiene la misión de cumplir los deseos de niños gravemente enfermos para apoyarlos en su lucha y lograr su bienestar, no se lo pensó. Ese fue el motivo que llevó al jugador del Deportivo Alavés a convertirse a finales del año pasado en Embajador de la asociación, donde el centrocampista ha encontrado su lugar y los más pequeños a su particular ‘genio de la lámpara’: “La verdad es que estoy súper contento por esta oportunidad que me han brindado en la Fundación. Me he encontrado con un personal increíble, unas personas maravillosas que quieren hacer felices a todos esos niños”, afirma el deportista.
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¿Por qué te fijaste en esta asociación? ¿Cuál fue el motivo?
Empecé a informarme y, desde que tuvimos la primera conversación y me explicaron todo lo que hacían, me sentí muy a gusto, muy ilusionado y con ganas de poder aportar mi granito de arena.
El ser padre ¿te hizo sentirte más involucrado con la infancia?
Posiblemente me haya hecho más delicado en ese aspecto. Cuando veo todas las cosas que pasan en el mundo y, sobre todo, en la infancia, creo que todos debemos poner de nuestra parte para ayudar o intentar mejorar la infancia de los niños.
“Cuando veo todas las cosas que pasan en el mundo y sobre todo, en la infancia, creo que todos debemos poner de nuestra parte para ayudar
¿Cuándo uno tiene hijos sanos se da cuenta de lo que debe sufrir un padre con un hijo malito?
Cuando tienes hijos te das cuenta que lo único que importa verdaderamente en la vida es que puedan ser felices y estén sanos. Por eso ver a muchos padres sufrir es algo muy doloroso. Su lucha diaria los convierte en superhéroes porque, a pesar de todo los que le toca vivir, nunca se rinden. Tienen toda mi admiración.
¿Crees que las personas conocidas tienen, por el eco de sus acciones, mayor responsabilidad u obligación de apoyar las causas en las que creen?
No, yo creo que todas las personas tenemos la misma responsabilidad en este aspecto. No por ser más o menos conocido, o tener más o menos dinero, se tiene que tener más responsabilidad, nos tenemos que concienciar que esto depende de todos nosotros. Yo, personalmente, siempre he pensado que cuanto más me esfuerce y mejor me vaya, más tendré y más podré ayudar.
¿Cuál es tu cometido como embajador de Pequeño Deseo?
Como cualquier otro miembro de la Fundación, intentar poner mi granito de arena y que la gente siga ayudando para que todas esas personas maravillosas puedan seguir cumpliendo los sueños de todos los niños y de las familias que no están pasando un buen momento.
¿Qué objetivos te marcas?
El único objetivo es seguir llevando sonrisas a todos esos niños para que sigan luchando, aunque son tan fuertes que la mayoría de las ocasiones te sacan ellos la sonrisa a ti.
¿Qué es lo más satisfactorio y lo más duro?
Lo más satisfactorio es que lo niños se olviden por un rato de todo lo que están viviendo y verles la sonrisa en la cara. Duro siempre es porque te metes en la piel de todo lo que está pasando la familia y el niño, pero al final te das cuenta de la fortaleza de unos y de otros. Por eso compartir algunos momentos con ellos es inolvidable.
Tu primera tarea fue cumplir el deseo de Nora, una niña de Bilbao de ocho años que se ha enfrentado a un cáncer y quería conocer a Aduriz. ¿Qué sentiste cuando se lo hiciste realidad?
Con todo lo que está pasando con el Covid, todo el equipo de la Fundación trabajó mucho para que Nora pudiera conocer a Aduriz, aunque no fuera en persona debido a la pandemia. Ver su sonrisa y su ilusión es algo que no se me olvidará en la vida. También quiero darle las gracias a Aduriz porque, desde el primer momento que contacté con él, hizo todo lo posible para poder ayudarnos.
¿Cuesta contener la emoción?
Sí, porque al final son muchas mezclas de emociones.
También organizaste una subasta solidaria con camisetas de compañeros tuyos.
La verdad que fue muy bonito porque mucha gente se sumó a la causa y quiso pujar por las camisetas y todos mis compañeros tanto de equipo como otros de la profesión también se volcaron. Estoy súper agradecido.
¿Qué otras iniciativas tienes puestas en marcha?
Intento siempre apoyar todo tipo de iniciativas. Lo hago con un orfanato en Ucrania, con quienes intento varias veces al año hablar para saber qué necesitan y poder ayudar porque faltan muchas ayudas. Y siempre estoy pensando nuevas iniciativas e informándome de otras para poder seguir aportando mi granito de arena.
¿Tu mujer también colabora?
Sí, Jessica es una persona que le gusta también involucrarse y hace todo lo posible para que podamos seguir ayudando.
¿Cómo se puede concienciar a una persona anónima y cómo puede aportar su grano de arena en esta Fundación?
Hay que sacar el pensamiento de la sociedad de “aunque yo haga esto, no voy a cambiar el mundo“. Está claro que una persona no va a cambiar solo el mundo, pero creo que todos debemos coger esa responsabilidad de ayudar a otras personas que no están en nuestra posición. Si lo hacemos juntos, sí que se puede cambiar el mundo.