¡El sueño de cualquier niño! Sin salir de su propia casa, los hijos de Kim Kardashian pueden ir de compras, ir a una cafetería e incluso visitar un parque de bomberos y jugar en un castillo gigante de Lego. Así es el impresionante mundo que la reina de los realities ha construido para sus cuatro pequeños: North, de siete años; Saint, de cinco; Chicago, de tres, y Psalm, que cumple dos años en mayo. Bajo el nombre Lil Hidden Hills (pequeño Hidden Hills, el nombre de su vecindario), ha construido, en un rincón de su mansión, una calle rodeada de comercios, entre los que se encuentran incluso una réplica en miniatura de su tienda de cosméticos, KKW Beauty, y un Starbucks. Una ciudad en miniatura donde los hijos que tiene junto a Kanye West pueden jugar a ser adultos.
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Kim atraviesa un momento difícil, ya que se encuentra en pleno proceso de divorcio del rapero —lo solicitó en febrero—, y se ha volcado en el cuidado de los niños y en su trabajo. Su madre, Kris Jenner, contaba hace unos días, en el programa de Ellen DeGeneres, que “está bien y centrada en su carrera de abogada, que estudia”.