hola 4001 cocina con corazon isabel entrecanales pino gil de biedma© JAVIER ALONSO

Cocina con Corazón

Isabel Entrecanales y Pino Gil de Biedma, dos emprendedoras en el gran año de sus vidas: de la maternidad a su proyecto de vida saludable

Plantarse arrancó en enero de 2020 y ya está triunfando, a pesar de la pandemia: “No es la típica ensalada rancia que no te quita el hambre. Es internacional, tenemos tacos, pasta, wrap...”


3 de abril de 2021 - 15:51 CEST

A sus veintisiete años,  Isabel Entrecanales   y   Pino Gil de Biedma  se encuentran sacando adelante un negocio de comida vegana y saludable a domicilio, que comenzaron poco antes de estallar la pandemia y que ya ha cautivado a Tamara Falcó y María Fernández Rubíes . “ Plantarse  es un proyecto de comida sana. Fast food, pero buena”, nos dice la primera, hija de Juan Ignacio Entrecanales, vicepresidente de Acciona. “La gente piensa en vegetariano o vegano y dice: “Qué pereza”. Pero nuestra comida es muy divertida”, añade Pino, quien, además de llevar un apellido reconocible, es vizcondesa de Nava de la Asunción y condesa de Sepúlveda. Pero la pandemia y los negocios no solo han marcado este último año, porque ambas se han casado y han sido madres por primera vez —hace pocas semanas—: Isabel, con Edmund Eggins, y Pino, con Borja de La Rica Entrecanales, que es primo de su socia.

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© JAVIER ALONSO

En la imagen, Isabel y Pino, amigas y dueñas de Plantarse, que arrancó en enero de 2020.

—¿Cómo os conocisteis?

ISABEL.—Con unos dieciséis años. Hemos tenido vidas muy paralelas: tras ir las dos a un colegio francés, yo al Liceo y Pino al Saint Chaumond, estudiamos en CUNEF. Ahí nos picó el gusanillo de emprender y montar algo juntas.

—Isabel, tú trabajaste en banca y también en Carolina Herrera...

I.—Sí. Y Pino, en consultoría digital.

PINO.—Trabajé en Chile y México, donde estuve dos años. La idea de Plantarse surgió allí. Isa me visitó a finales de dos mil dieciocho y vimos que en España había mucha demanda para comer sano y apetecible, pero poca oferta. En México sí había, por su proximidad a Estados Unidos.

I.—Montamos un proyecto de   delivery  justo dos meses antes de la pandemia. No es exclusivo para veganos, sino para gente que se quiera cuidar y que disfrute de comer sano.

“Las dos hicimos un máster en Nutrición Integrada, que está muy reconocido en Estados Unidos y te da el título de ”, nos explica Isabel

—¿Qué dijeron en casa del proyecto?

P.—Cuando hablaba de hostelería y vegana, mi familia y amigos pensaban que me había vuelto chiflada (ríe). Decían que qué futuro tendríamos en Madrid.

I.—Por eso, enfocamos el concepto para todo el mundo: desde gente como nosotras hasta mi marido, que le encantan las hamburguesas y esas guarrerías.

P.—Ahora, a su marido y al mío, que son carnívoros, les chiflan nuestras hamburguesas veganas o el wrap.

—¿Cuál es vuestro plato estrella?

I.—Las pastas y el    risotto  . También el  poke   de quinoa y la hamburguesa de boniato . Es más, acabamos de empezar con una hamburguesa de remolacha.

—¿Qué os interesa de la gastronomía?

P.—La mezcla de ingredientes. Según los que utilices puede salir un plato más o menos apetecible y nutritivo.

I.—Las dos hicimos un máster en Nutrición Integrada, en Institute for Integrative Nutrition, que está muy reconocido en Estados Unidos y te da el título de health coach.

© Javier Alonso

Verde que te quiero verde

—¿Sois veganas o vegetarianas?

P.—Yo soy más flexible que Isa.

I.—Con el embarazo, hemos introducido más alimentos, pero llevamos una dieta     plant based  , basada en plantas. Tampoco tomo lácteos, por intolerancia.

—¿Cuándo os hicisteis veganas?

I.—Siempre hemos comido mucha verdura, pero hace tres o cuatro años.

P.—En mi casa, no comíamos carne desde hace diez años.

—¿Cómo os ha afectado a vuestro embarazo el hecho de ser veganas?

I.—El embarazo es una montaña rusa de sentimientos y hay que escuchar al cuerpo. Es verdad que, por ejemplo, a las dos, en los primeros meses del embarazo, nos daba asco todo lo que era verde (ríe). Solo tomábamos pasta, arroz...

P.—Estábamos las dos en el obrador y no podíamos. Luego, evolucionó y tuvimos antojos. En mi caso, con tofu.

I.—En el mío, los encurtidos. Pero nos ha ido muy bien la dieta vegetal.

—¿Cómo ha sido lanzar un proyecto a las puertas de la pandemia?

P.—Siempre nos dicen “qué mala suerte”, pero ha sido una oportunidad para nosotras. Empezamos en enero tan a tope, sin perfilar algunos detalles... Entonces, este año, nos ha dado tiempo a afinarlos y aprender a adaptarnos.

I.—Ahora tenemos dos cocinas: el obrador, de donde salen nuestros platos, y un espacio físico, dentro del Gong Club de Yoga, en paseo Martínez Campos.

P.—También aprovechamos el tiempo para crear marca y comunidad: subir recetas, escribir nuestro blog...

I.—Ahí se infectó todo el equipo. Pino no, pero yo sí. Entonces, cerramos cinco semanas. Estábamos en la cresta de la ola, así que pasamos de cien a cero.

© JAVIER ALONSO

“Creo que es un concepto muy molón. No es la típica ensalada rancia con la típica lechuga que no te quita el hambre. Además, es internacional, porque tenemos tacos, pasta, ‘wrap’…”, nos dice Pino sobre su proyecto de comida saludable a domicilio

—Poco después, os quedasteis embarazadas. ¿No parece todo una locura?

P.—Visto después, puede, pero no lo vemos así. Y nos casamos en pandemia, aunque tuvimos que anular la boda religiosa.

I.—Sí hubo un momento de agobio, porque teníamos una empresa y las dos estábamos embarazadas, saliendo de cuentas casi a la vez. Ha sido duro ser madres y sacar Plantarse, no vamos a mentir. Por eso, he comprobado el mérito que tenemos las mujeres.

—Tenéis un apellido reconocible.

P.—Por mi tío Jaime —el poeta Gil de Biedma—, que era primo de mi padre.

—A tu familia también pertenecen Esperanza Aguirre y la artista Ouka Lele.

P.—Ouka Lele es tía mía más lejana y me llevo poco. En eventos familiares coincido más con Esperanza Aguirre, que también es tía mía por parte de mi madre y de mi padre.

—¿Os ha influido el apellido en algo?

P.—A veces, negativamente. La gente se piensa que ya lo tenemos todo hecho.

I: Pero quien nos conoce sabe que no somos así.

Brownie vegano y sin gluten

© CEDIDA

Tiempo de preparación: 45 minutos

Ingredientes (para 6 personas):

● 225 g de gotas de chocolate negro ● 95 g de harina sin gluten ● 30 g de cacao puro en polvo ● 1 cdta de levadura en polvo ● 2 cdas de harina de semillas de lino ● 50 g de avellanas tostadas ● 50 g de nueces ● 6 cdas de agua ● 130 g de azúcar de coco ● 10 g de aceite de coco ● 2 cdtas de extracto de vainilla ● 1 cdta de sal

Elaboración

  1. En un bol, mezcla la mita de las gotas de chocolate con el aceite de coco, el azúcar de coco y la vainilla. Caliéntalo al baño María, para que se derrita el chocolate y se mezcle bien, sobre una sartén de agua hirviendo.
  2. En un vaso, mezcla la harina de semilla de lino con las seis cucharadas de agua, para añadirlo a continuación con la pasta de agua, lino y chocolate derretido.
  3. Mezcla la harina, el cacao en polvo y la levadura en otro bol.
  4. Trocea las avellanas y las nueces.
  5. Agrega el chocolate restante y la mitad de las nueces y avellanas a la base del brownie.
  6. Vierte los ingredientes en una bandeja de horno con papel de hornear y presiona las nueces y avellanas restantes en la superficie, para luego espolvorear la sal por encima.
  7. Cocina el brownie durante veinte o treinta minutos en el horno, a 180º C. Cuando esté listo, déjalo enfriar y córtalo en doce trozos.