La primera vez que Amalia Aresu , de treinta y cuatro años, posó para la revista ¡HOLA! fue en 2007. Lo hizo de la mano de su tía la actriz y presentadora Ana Obregón , quien anunciaba orgullosa: “Quiere seguir mis pasos profesionales”. En aquel reportaje, la primera de las dos hijas del exmatrimonio formado por la promotora inmobiliaria Amalia García Obregón y el coreógrafo y productor italiano Giorgio Aresu confesaba que su sueño era convertirse en modelo. Desde aquella puesta de largo mediática, hace catorce años, le ha dado tiempo a hacer muchas cosas: naturalmente, a desfilar, pero también a estudiar dos carreras —Comunicación Audiovisual y Nutrición—, vivir en Catar, mudarse a Estados Unidos, experimentar la maternidad y hasta retirarse de las pasarelas. Amalia nos recibe, en Miami, para mostrarnos cómo es su actual vida como madre de un niño de dos años. El pequeño Marco Alessandro, fruto de su relación con un empresario estadounidense, lleva el nombre de su querido primo Aless Lequio , fallecido hace casi un año y al que recuerda con emoción.
—Llevábamos tiempo sin saber de ti. ¿Qué tal te va todo?
—He estado más de diez años fuera de España. Me fui a vivir a Doha (Catar). Allí, empecé a trabajar de modelo. ¡Fue una gran experiencia! En Miami llevo desde dos mil quince. Entonces, mi padre estaba aquí, lo echaba de menos y me vine. Tengo una vida muy tranquila.
—¿Cómo es tu día a día?
—Tengo un bebé de dos años, así que como el de todas las madres. Me despierto, le doy de desayunar, lo llevo a la guardería, cocino, voy al gimnasio, trabajo y... ¡se me pasa el día volando!
—¿Estás casada?
—No. ¡Tengo mi pareja desde hace seis años!
—¿Quién es él?
—Es estadounidense.
—¿Y cómo se llama?
—No me deja que dé su nombre.
—¿Por qué?
—No quiere saber nada. Es empresario del sector inmobiliario.
—¿Conoce España?
—Sí, le encanta. Dice que es todo muy barato. El año pasado, antes de que cerraran las fronteras españolas, vino a recogernos para volar con el niño y el perro a Estados Unidos. Al final, nos quedamos atrapados en Madrid. Los días se hicieron muy largos.
—Háblanos de tu hijo...
—¡Es muy activo! Me tiene agotada, pero es buenísimo.
—¿A quién se parece?
—Hay quien dice que a mí y hay gente que dice que no. ¡Yo creo que a mí! Tiene hasta el lunar como lo tengo yo, mis labios… ¡Lo tiene todo!
—Se llama Marco Alessandro, ¿le pusiste ese nombre por tu primo?
—Sí. El primer nombre me encantaba desde siempre y el segundo tenía que tener un significado especial. Pensé: “¿Quién es el tío más luchador de todos? Mi primo”.
—¿Cuál fue la reacción de Aless?
—Cuando él nació, Aless no estaba en España. Se encontraba en pleno tratamiento. Me imagino que, obviamente, le hizo ilusión.
—Supongo que estabas unida a él...
—Nos veíamos más en verano. Cuando Aless estudiaba en Estados Unidos, yo no estaba aquí, así que no nos hemos visto tanto. Pero sí cada verano en Mallorca. Y bueno… (se emociona). Está todo un poco reciente.
—¿Qué es lo que más recuerdas de él y cuál crees que es su legado?
—Prefiero no hablar de eso. Creo que no soy yo la que tiene que hacerlo. Es mi primo, lo quiero y lo voy a querer siempre. Como te decía, está todo tan reciente…
—¿Cómo se encuentra tu tía?
—Mi tía se encuentra como estaría cualquiera en su situación. Mal, pero imagino que todo lleva su tiempo. Eso sí, cuenta con el apoyo de la familia.
—¿Seguiste su retransmisión de las Campanadas en TVE?
—Sí, desde Miami. Gracias al cambio de huso horario, fueron las primeras uvas que se tomó mi hijo.
“Mi tía se encuentra como estaría cualquiera en su situación. Mal, pero imagino que todo lleva su tiempo. Eso sí, cuenta con el apoyo de la familia”
—¿Cómo lo viviste?
—Una mezcla de emociones. No iba la tele y nos conectamos cuando faltaban solo dos minutos, así que nos perdimos el trozo de antes. Fue muy rápido todo. Sentí mucha alegría y luego un bajón.
—¿Estás muy unida a ella?
—Hablo con ella a diario. Echo mucho de menos a mis padres y... a ella. La familia y la salud son lo más importante. Y uno se da cuenta con situaciones así. No vivimos juntos, pero estamos en contacto todos los días.
—Tu madre ha sido un pilar fundamental para Ana en estos momentos...
—Sí, la verdad es que están superunidas.
—¿En qué fase se encuentra la creación de la Fundación Aless Lequio?
—Es un proyecto muy bonito. La está creando y va a estar centrada en la investigación del cáncer. Es lo que más ilusión le hace.
—¿Cómo están tus abuelos maternos? Tu abuelo Antonio acaba de cumplir noventa y cinco años...
—Están muy bien y yo, deseando visitarlos. Ojalá pueda ser en verano. Siempre que puedo hago un FaceTime con el niño para que lo vean. Mi abuela solo pregunta por Marco: “¿Dónde está?, ¿cómo está?”.
—Tu padre, Giorgio Aresu, hace bastante que no trabaja en televisión, ¿ha tirado la toalla?
—Ahora está viviendo en España. Ya no quiere hacer nada. No sé si la ha tirado para siempre. Está tranquilito.
—¿Continúas ejerciendo de modelo?
—Me retiré cuando me quedé embarazada. Me dejó de interesar.
—¿Por qué motivo?
—No sé si es la edad, que te hace tener ganas de otras cosas más estables. Además, con el año loco que hemos pasado, te planteas todo. Me puse a trabajar de nutricionista, que era para lo que yo había estudiado, y me salieron cosas interesantes en el sector inmobiliario.
“Mis abuelos están muy bien y yo, deseando visitarlos. Ojalá pueda ser en verano. Siempre que puedo hago un FaceTime con el niño para que lo vean. Mi abuela solo pregunta por Marco: ‘¿Dónde está?, ¿cómo está?’”
—Aparte de cuidar de tu hijo y trabajar, ¿cuáles son tus aficiones?
—Me encanta hacer manualidades con él, pero también voy al gimnasio y estoy empezando a pintar. Es algo que me interesa, pero no tengo tiempo de nada. Ah, me encanta cocinar supersano para el niño y para mí.
—¿Participarías, como tu tía, en MasterChef?
—Sí, ¿por qué no? Siempre se puede aprender algo nuevo. Me gusta porque deben aprender bastante.
—¿Volverás algún día a España?
—De vacaciones, sí; permanentemente, no creo. ¡Pero echo mucho de menos a mi familia y amigos!