A sus treinta años, Jessica Bueno está disfrutando de un momento muy especial. La modelo se encuentra embarazada de su tercer hijo, que nacerá en julio y se llamará Alejandro . Será su segundo hijo con el futbolista gallego Jota Peleteiro , que juega actualmente en el Deportivo Alavés y con el que celebrará su sexto aniversario de casada un mes antes de dar a luz. Jessica ya es madre con el futbolista del pequeño Jota, Jr., que acaba de cumplir cinco años, y de Fran, fruto de su relación con Kiko Rivera. Todos ellos regresaron a Bilbao el pasado mes de octubre, después de estar viviendo tres años en Inglaterra. En concreto, se instalaron en un impresionante chalet, situado en plena Naturaleza, que dispone de cuatro habitaciones, tres cuartos de baño y un aseo de cortesía, además de un amplio salón y cocina. En su hogar, de diseño vanguardista, Jessica y Jota Peleteiro reciben a ¡HOLA!, mientras esperan la llegada del nuevo miembro de la familia para el verano y planifican el futuro del futbolista, para la próxima temporada.
—¿Cómo estás viviendo la espera de este tercer hijo?
—Muy bien. Me siento más madura, así que soy más consciente del embarazo, disfrutándolo más. Desde hacía un año, estábamos planteándonos ampliar la familia, y hemos aprovechado nuestra vuelta a España para lanzarnos a formar una numerosa (ríe). Estoy muy ilusionada.
—¿Está siendo un embarazo distinto a los anteriores?
—Me estoy cuidando más. Hago deporte tres veces a la semana con un entrenador personal de Bilbao, XST, que recomiendo mucho. Estoy encantada porque puedo seguir tonificando mi cuerpo sabiendo que todo está supervisado. Además, una vez a la semana, me hacen un programa de drenaje con LPG y presoterapia en las piernas, para la retención de líquidos. También, estoy siendo mucho más consciente de la alimentación. Como ves, he dejado de lado los mitos del embarazo sobre el reposo constante y comer por dos (ríe). Me encuentro muy bien física y mentalmente.
—Tu tercer hijo se llamará Alejandro, ¿por qué habéis elegido este nombre?
—Buscábamos un nombre con personalidad, contundente, y Alejandro nos parecía bonito y elegante.
Un verano movidito
—¿Cuándo sales de cuentas?
—A mediados de julio, en pleno verano. Hemos decidido que daré a luz en Sevilla, para que podamos disfrutar el verano en el sur, como cada año.
—¿Tienes ya preparado algo para la llegada del bebé?
—Aún no tengo preparada la habitación, ya que, al coincidir en verano, mis hijos estarán en sus vacaciones escolares. Lo prepararemos todo en Sevilla , cuando podamos ir, que será en junio, más o menos. Lo bueno de ser el tercero es que ya es pan comido y no surgen esos agobios por tenerlo todo a punto desde el principio (ríe).
—¿Cómo están viviendo Fran y Jota la llegada de un hermanito?
—Están muy felices con la llegada de otro compañero de juegos a la familia . Mi hijo pequeño siempre pregunta cómo va avanzando el bebé y le habla a la tripa como si le hablase directamente a su hermanito.
—¿Jota es el más curioso de tus dos hijos?
—Ambos están muy interesados por el tema ‘embarazo’ y en cómo es la llegada del bebé. Es un tema un poco peliagudo, pero hablo mucho con ellos y les explico la etapa que estamos viviendo y cómo se esta formando su hermano dentro de mi tripa.
“Nuestro hijo nacerá a mediados de julio. Daré a luz en Sevilla, para que podamos disfrutar el verano en el sur, como cada año”, nos adelanta Jessica
—¿Te has quedado con las ganas de tener la niña o te planteas seguir aumentando la familia?
—No te voy a engañar, es cierto que ya me apetecía descubrir cómo es ser mamá de una niña, pero, al final, lo que más preocupa a una madre es que el bebé venga sano y todo salga bien. Somos jóvenes aún y no me importaría un cuarto hijo. Siempre hemos querido formar una familia numerosa. La idea de tener una casa en el campo llena de vida, con nuestros hijos y nuestros animales, es un sueño que tenemos ambos.
—Este verano celebras tu sexto aniversario de casada con Jota. ¿Qué balance haces de estos años tan movidos, por la profesión de tu marido?
—¡Parece mentira que ya llevemos ocho años juntos y seis de casados! A pesar de haber tenido que mudarnos de ciudad en varias ocasiones, llevamos una vida muy estable, con unas rutinas muy marcadas. Nuestro día a día siempre será el mismo, estemos donde estemos. Estos años nos han fortalecido y unido como pareja. Somos un equipo, con las mismas aspiraciones y la misma creencia de familia. Ambos hemos madurado y fortalecido mentalmente, sobre todo, en estos últimos años en los que hemos vivido en Inglaterra, alejados de nuestro entorno. Siempre intento tener una mentalidad fuerte y ser independiente. Suelo adaptarme bien a las nuevas circunstancias y tomar las riendas de nuestro hogar.
—Creo que no habéis compartido nunca cómo os conocisteis….
—Pues chico conoce a chica y nunca más pudieron volver a separarse (ríe). Se podría decir que fue amor a primera vista, porque todo surgió muy fácil y con una unión muy fuerte. El destino nos unió para hacernos personas más felices. Él y yo somos la recompensa de todas las cosas buenas que hicimos.
El corazón ‘enorme’ de Jota
—¿Cómo es Jota como compañero de vida?
—Es una persona con un corazón enorme, generoso y que se preocupa por todo el mundo. Siempre intenta ayudar a los demás, colabora con muchas causas, aportando su granito de arena. Tiene una mentalidad muy fuerte y lucha cada día por cumplir sus sueños, a pesar de los contratiempos que pueda encontrarse por el camino. Él nunca se desvía de su objetivo. Es fiel a sus principios, una persona muy leal consigo misma y conmigo. Es honesto y me transmite confianza y serenidad.
—Está tan enamorado que te lleva grabado, literalmente, pegado al corazón. ¿Cómo reaccionaste cuando se tatuó tu cara en su pecho?
—¡Eso mismo le dije yo cuando me lo enseñó! (Ríe). “Oye, si hiciste esto, entonces será que me quieres mucho, ¿no?” (ríe). ¡No me lo podía creer! Pero lo sorprendente es que, desde el primer mes de conocernos, ya me decía que algún día se tatuaría mi cara en su pecho.
—¿Cómo habéis vivido la vuelta a España y cómo se han adaptado los niños?
—Muy emocionados por el cambio y, sobre todo, por volver al País Vasco, que nos encanta. Por suerte, los pequeños son niños muy sociables. Además, teníamos muy claro que irían a un colegio inglés, para mantener su metodología de estudio y para que siguieran hablando el mismo idioma con sus profesores y compañeros de clase. Aparte, como he comentado antes, tenemos unas rutinas muy marcadas, por lo que vivamos donde vivamos, su día a día siempre seguirá siendo el mismo.
“Buscábamos un nombre con personalidad, contundente… Y Alejandro nos parecía bonito y elegante”, nos dice sobre la elección del nombre para el bebé que espera
—¿Por qué vivís cerca de Bilbao y no por Vitoria, que es donde entrena tu marido y está a una hora en coche?
—A pesar de que Vitoria nos parece una ciudad preciosa y nos acogió muy bien, decidimos volver a Bilbao, donde nació el pequeño Jota. Para los niños, el cambio sería menor. Sobre todo, el mayor, que tenía cinco años cuando nos marchamos de Bilbao. Además, era más cómodo volver a una ciudad que ya conocíamos. A mi marido le viene a recoger un chófer, para que él no conduzca y no se canse en el trayecto.
Así es su casa
—¿Cómo es la casa? ¿Cómo defines el estilo de tu nuevo hogar?
—Muy moderna, muy arquitectónica y artística. Pero el primer día ya nos pusimos manos a la obra para adaptarla a los niños. Cuando entras en casa, a pesar de ser muy moderna, la sientes hogar y lo mismo te encuentras una canasta de baloncesto en el salón o una mesa de pimpón en la oficina.
—¿Cuál es tu rincón favorito?
—El salón, ya que tiene unas vistas panorámicas al exterior. La casa se encuentra sumergida en la Naturaleza . Transmite tranquilidad y libertad.
—En vuestra nueva etapa en Bilbao, tenéis un caballo, que tus hijos lo adoran.
—Realmente, tenemos tres, porque mi marido es un fanático de los caballos , pero dos se encuentran en Madrid. Son caballos de carrera y compiten a nivel nacional e internacional. Uno de ellos tuvo que dejar de competir y nos lo trajimos a un establo de aquí para que estuviera cerca de nosotros. Algún día cumpliremos nuestro sueño de vivir en una casa en el campo con un establo, para que nuestros caballos puedan formar parte de nuestra familia.
—¿Echas algo de menos de tu vida en Inglaterra?
—A las personas a las que dejé allí, a las familias españolas. También a las profesoras del colegio de mis hijos y las mamás de sus compañeros, que tan bien nos acogieron. Lo que más me gustaba de vivir en Reino Unido, aparte de ofrecerles a mis hijos la posibilidad de aprender un nuevo idioma desde muy pequeños, era la privacidad con la que contaban y sentir que podíamos hacer una vida completamente normal. Ellos viven en una burbuja y una de mis preocupaciones al volver era un poco el miedo de que eso cambiase, pero, por suerte, seguimos llevando una vida muy tranquila.
—¿Qué proyectos tenéis a la vista?
—Todavía no sabemos qué pasará con exactitud cuando termine esta temporada, no lo hemos decidido. En esta ocasión, las dos opciones que estamos valorando se encuentran en ciudades que nos gustan y cumplen con los requisitos familiares, así que la decisión final será la que Jota sienta que sea buena para su futuro futbolístico. En lo que a mí respecta, lo que sí tengo claro es que estaré completamente dedicada a Alejandro, poder disfrutar de su etapa de bebé y disfrutar de mis tres hijos. Si siguiéramos en España, quizá, podría volver a la moda de forma esporádica, si surgen oportunidades que merezcan la pena.
—¿Echas de menos trabajar como modelo?
—No voy a decir que no, ya que aquí me tienes superilusionada haciendo estas fotos. Hace unos años, decidí alejarme para dedicarme al cien por cien a mi familia y comencé a estudiar una carrera, pero la moda siempre ha seguido presente en mi vida.
“Cuando Jota tatuó mi cara en su pecho, no lo podía creer. Pero, desde el primer mes de conocernos, ya me decía que algún día se la tatuaría”
—¿Cuándo terminas tu grado en Protocolo y Organización de Eventos?
—Me encuentro en mi último año. Acabo de hacer los últimos exámenes y ya solo nos queda centrarnos en el Trabajo de Fin de Grado. Si Dios quiere, antes de que nazca Alejandro ya me habré graduado.
—¿Cómo estás compaginando tu día a día con tus estudios y el embarazo?
—El comienzo de curso fue difícil, ya que me entraba un sueño terrible al ponerme a estudiar… No consigo concentrarme igual. Pero mi fuerza de superación y soñar con el día de la graduación, en junio, no me han dejado tirar la toalla ni este año ni ninguno de los tres anteriores. Aprobé Selectividad en Bilbao, justo antes de mudarnos a Birmingham, y comencé la carrera a la misma vez que llegábamos a ese nuevo país. Aprovechaba para estudiar y hacer los trabajos de las asignaturas mientras Fran estaba en el colegio y Jota, hijo, en la guardería. También me quedaba estudiando muchas noches después de que se quedasen dormidos. Tengo un sentimiento de compromiso muy fuerte. A pesar de que muchas veces he sentido que estaba agotada mentalmente, mi corazón no me ha dejado tirar la toalla.
“Es cierto que me apetecía descubrir cómo es ser mamá de una niña. Somos jóvenes aún y no me importaría un cuarto hijo. Siempre hemos querido una familia numerosa”
Su futuro profesional
—¿Cómo esperas enfocar tu futuro cuando acabes tus estudios?
—Me voy a tomar un año para centrarme en mis hijos y que ellos sean mi única responsabilidad. Después, me gustaría trabajar en una empresa de organización de eventos, ya consolidada y con proyectos importantes de moda, como desfiles, lanzamientos de productos… O formar parte de la creación de conciertos de música, eventos deportivos… A largo plazo, me gustaría poder tener mi propia agencia de producción de eventos. Me veo capaz de dirigir a un equipo de profesionales.
—¿Cómo estás viviendo la pandemia?
—Lo que más me preocupa es que mis hijos no puedan ver a sus amigos con normalidad, no poder hacer planes de ocio con ellos, no poder ver a nuestra familia más a menudo y, sobre todo, sentir esa preocupación constante y esa responsabilidad de no contagiarme y no contagiar a nadie. En general, intento mantener una mentalidad positiva y pienso que todo terminará pronto. Somos bastantes caseros, así que, en ese aspecto, lo llevamos bien.
“Me voy a tomar un año para centrarme en mis hijos. Después, en algún momento me gustaría poder trabajar en una empresa de organización de eventos”
—¿Habéis pasado el coronavirus en casa?
—Afortunadamente, no. Siempre nos hemos cuidado mucho, además de cumplir con todas las normas, en Inglaterra y España. Es cierto que no tenemos contacto directo con familiares mayores ahora, pero debemos cuidarnos mucho por la profesión de mi marido. Es importante que pueda seguir yendo a entrenar. Además, por mi estado, preferimos no arriesgar.
—¿Has tenido que lamentar alguna pérdida?
—Gracias a Dios, no. Pero sí hemos oído las historias de multitud de familias y nos da mucha pena todo el sufrimiento que ha traído consigo el coronavirus.