El último hijo de Kim Kardashian le debe su nombre a su tía Kylie Jenner, como reveló la estrella de televisión en uno de sus episodios: "Originalmente íbamos a llamarle Ye, pero a Kanye no le terminó de convencer porque básicamente no significa nada (...). Decidimos que lo mejor era buscar en la Biblia todos los nombres que tuvieran Ye al principio, pero el único que existía era Yehezkel. Menos mal que Kylie nos llamó en el último segundo antes de que tuviéramos que inscribirle y nos sugirió Psalm porque pegaba mucho con Saint, el de su hermano mayor". Ahora, casi dos años después de su nacimiento a través de gestación subrogada, el bebé ya empieza a convertirse en todo un hombrecito, eligiendo sus juguetes favoritos y caminando erguido. ¿Quieres ver su gran cambio? Dale al play y no te lo pierdas.
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