Rocío Carrasco y Antonio David Flores se casaron el 31 de marzo de 1996 en la ermita de la Santísima Trinidad -también conocida como Ermita de las Vírgenes- en la dehesa Yerbabuena, de Castilblanco de los Arroyo (Sevilla). La primera boda de la hija de Rocío Jurado generó una gran expectación mediática y anoche recordó este capítulo de su vida. Aunque reconoció que el enlace "no fue una imposición" sí estuvo organizado por "mi tío Amador, mi tía Gloria y mi madre". "Se decidió que nos casábamos en la Yerbabuena, en la capilla de las Vírgenes, que es donde se casó mi madre con José. Se organizó entre mi tío Amador, mi tía Gloria y mi madre… cuando me casé estaba embarazada de tres meses o tres meses y medio, creo… La boda no fue una imposición, fue una guía, un toreo… Era mi deseo, no diré que no quisiera casarme, pero era el deseo de mis padres y de los suyos, al final era como normalizar algo que se tenía que hacer", explicó.
Rocío y Antonio David se dieron el 'sí, quiero' en una ceremonia oficiada por el sacerdote don Jesús Haro (uno de los dos que un año antes habían concelebrado la misa del enlace de Rocío Jurado y Ortega Cano) y ante 500 invitados. "Fue un día muy feliz, lo viví como un cuento", declaró Rocío, antes de analizar con cierta ironía su estilismo nupcial, que fue muy comentado. "Voy a una fiesta, aunque me pusieran aquel manojo de pelos de las indias de no sé dónde que se le ocurrió a Rupert… fue muy criticado el 'look'. Luego yo viéndolo a lo mejor me hubiese sobrado algo… el vestido, que todo el mundo ha criticado mucho, lo diseñé yo, lo que pasa es que el vestido iba con escote halter, solo cuello y sin hombros, pero ahí la Jurado dijo que no partía peras y que yo no entraba a una iglesia a casarme con los brazos descubiertos", añadió entre risas.
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Diseñado por Antonio Ardón, el vestido de novia de Rocío Carrasco en raso de seda natural y chaqueta en seda y algodón, tenía como complementos la pulsera de pedida de oro y brillantes y los pendientes y la cruz que lució Rocío Jurado en sus respectivas bodas con Pedro Carrasco y José Ortega Cano. La había peinado Ruphert y el maquillaje corrió a cargo de Oswaldo Salvaresa.
De aquella boda, Rocío no tiene ningún recuerdo. "No tengo ni fotos, ni alianza, porque la tiré por el váter y tiré de la cisterna. Y se la llevó el agua. No tengo absolutamente nada. No quiero tener nada que ver con esta persona o con este ser", zanjó para dar paso a otros episodios de su vida, como su luna de miel en Isla Mauricio, el nacimiento de su hija Rocío o el momento en el que decidió separarse de Antonio David, en 1999, meses después de la llegada al mundo de su hijo David. Dos años después, llegó el divorcio y en 2007, tras una larga batalla, el Tribunal de la Rota confirmó la nulidad eclesiástica del matrimonio.
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