Faltan tan solo dos meses para que se celebre la boda de Carlos Fitz-James, hijo del duque de Alba, y Belén Corsini. El enlace será el próximo 22 de mayo y tendrá lugar en el palacio de Liria, de Madrid. Ante la inminente fecha, los novios se encuentran muy ajetreados ultimando los detalles. Aunque, para que todo salga perfecto, han contratado los servicios de A-Típica, empresa nupcial que ya se encargó de la organización de la boda de Fernando Fitz-James, hermano del novio, con Sofía Palazuelo, en 2018.
Durante los últimos días, Belén ha sido vista acudiendo al taller de Navascués, la firma favorita de la aristocracia, que será la responsable de vestirla para su gran día. La pareja ya ha elegido también el catering. Según Vanitatis, se trata de Ciboulette, una empresa muy vinculada a la familia Alba y responsable del banquete de Luis Martínez de Irujo, nieto de la fallecida duquesa de Alba y primo de Carlos Fitz-James, con Adriana Marín.
Sin embargo, aunque su vida es más intensa de lo normal, Belén continúa con su rutina. Así lo demostró, hace unos días, cuando, nada más salir de trabajar en la empresa inmobiliaria de su familia, se dejó ver transitando por las céntricas calles de la capital mientras se dedicaba a realizar algunas gestiones pendientes, entre ellas, recoger un elegante vestido color granate de una tintorería. La cuenta atrás ha comenzado.