Cecilia Gómez acaba de romper su relación con el italiano Marco Vricella, anulando así su boda, prevista para el próximo 26 de octubre. En el último número de ¡HOLA!, la propia bailarina explica los motivos que han precipitado el fin de su noviazgo con el cirujano plástico, exmarido de Sonia Ferrer. Pero dicen que los problemas nunca vienen solos y es algo que está comprobando Cecilia en primera persona. La artista sufre unos problemas de salud, hasta el punto de temer por daños en su médula. De hecho, la artista ha tenido que parar la producción de su próximo espectáculo, en el que había depositado tanta ilusión. “Tenía que estrenar en abril, pero lo hemos tenido que posponer por una lesión”, nos añade la bailarina.
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-¿Qué te sucede?
-Me diagnosticaron tres hernias cervicales. Me hicieron pruebas para ver si estaba dañada la médula o nervios. Afortunadamente, está bastante mejor de lo que en un principio parecía. Espero que, a la vuelta del verano, si sigue bien la rehabilitación, pueda salir al escenario, sin miedo, a finales de año. Mira, eso sí que me daría miedo, salir a medias tintas. Quiero salir segura y fuerte.
-¿Cuándo te aparecieron problemas en las cervicales?
-Llevaba tiempo, como un año, pero sí que he tenido mucha tensión. Siempre que tengo problemas me ha afectado a esta zona. Fue hace un par de meses cuando me hicieron el diagnóstico y me dijeron que parara, que no ensayara. Por lo menos, hasta saber cómo estaba la lesión.
“En mi relación, tenía dos opciones: irme o quedarme”
-Vamos, que se te ha juntado todo.
-Sí… Pero estas cosas te hacen fuerte y hay que darle importancia a las cosas que la tienen. Llevamos un año con todo paralizado, en lo laboral y en lo personal. No sé el número de fallecidos, pero, ¿crees que merece la pena seguir en una situación que no te haga feliz?
-No hay que perder el tiempo, está claro.
-Para nada. He estado encima de un escenario sin poder enterrar a mi padre, a ochocientos kilómetros de distancia. ¿Y no crees que en ese momento no estaba rota? Por supuesto. Pero tienes que salir a un escenario. En la vida, igual. En mi relación, tenía dos opciones: irme o quedarme.
-Si no estás segura, es mejor no casarse. Además, era tu primera vez.
-Claro. Puedes tomarte una boda como una celebración o como una unión. Puedes tener tus creencias, pero, para mí, es mucho más. Es muy importante y es un paso para toda la vida. Por eso, debes tenerlo muy claro. Lo tenía muy claro cuando dije que sí… Para eso está la convivencia, gracias a Dios, para conocerse, y saber de verdad que las cosas no son como al principio te las pintan. En fin, me siento decepcionada, triste… Al final, te queda ese sabor de boca de desconfianza a las personas que puedan venir luego. Pero para adelante. Tengo a mis amigos y mi familia, que no me dejan. Parece que yo estoy sola y él no sabe que tengo a mucha gente pendiente de mí. No me encontró en la calle. No tengo que depender de él. Para nada, ni muchísimo menos. Ahora tengo que trabajar y buscar mi espacio, como lo he tenido siempre.