El testimonio de Rocío Carrasco en Rocío, contar la verdad para seguir viva, de Telecinco, ha tenido una enorme repercusión. La hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco contó entre lágrimas el día que tocó fondo; recordó con crudeza el inicio de su relación con Antonio David Flores y habló de sus dos hijos. "Creo que mi hija Rocío piensa que soy mala madre, pero mi hijo David me ama", dijo rota de dolor. También tuvo muy presente a sus padres, quienes, según declaró, no veían con buenos ojos su relación con el entonces Guardia Civil. "Mi madre me decía que me iba a arrepentir, que Antonio David iba a ser mi perdición", recordó. "Mi padre me dijo: 'Te va a arruinar la vida y te va a hacer una barriga porque es lo que quiere'. No se equivocó ninguno de los dos", añadió.
Rocío Carrasco, de 43 años, tampoco pasó por alto la boda de su madre con José Ortega Cano, celebrada el 17 de febrero de 1995. Ella acudió con Antonio David y un año después, el 31 de marzo de 1996, eran ellos los que se daban el 'sí, quiero'. "Yo iba a todo el mundo presentándole a mi novio, él estaba encantado. Fue ver a mi madre vestida de novia y empezar a llorar como una descosida", dijo mientras veía imágenes del enlace. "Como una ola no, como un tsunami, ese día lloré lo indecible. En ese momento viéndola a ella feliz, yo era feliz. Ahí veníamos de que José, meses antes, había sufrido una cogida en Cartagena de Indias, donde estuvo a punto de morir…", relató.
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Fue entonces cuando se sinceró sobre el torero diciendo: "Yo a José siempre le tuve mucho cariño y verlo que estaba bien y que había salido de aquello, era emocionante. Ahora los sentimientos son diferentes". Y afirmó que aquella boda no fue "una decisión acertada" por parte de su madre. "No creo que fuese una decisión acertada desgraciadamente para ella, ella lo decidió así y estaba enamorada, y todo lo que fuera para que estuviera feliz y contenta", aseguró.
Así fue la boda de Rocío Jurado y Ortega Cano
Fue un día inolvidable para Rocío Jurado, José Ortega Cano y los 1.500 invitados que fueron testigos de su enlace. La cantante y el torero se habían conocido tres años antes y esperaron hasta que ella consiguiera la nulidad eclesiástica de su matrimonio con Pedro Carrasco para que tuviera lugar la boda con la que soñaban. Su querida finca de Yerbabuena, en la provincia de Sevilla, se vistió de gala para la ocasión y como en la pequeña ermita sólo había capacidad para 150 personas, el resto tuvo que seguir la emotiva ceremonia desde las distintas carpas que se habían habilitado.
La cita era a las 12:00 horas del 17 de febrero de 1995. Sin embargo, no fue hasta las 13:40 horas cuando Rocío Jurado llegó al templo en un coche de caballos descubierto. Poco antes, había decidido cuál de los cuatro trajes que el modisto colombiano Carlos Alberto Zapata había preparado para ese día iba a lucir. Y Rocío Carrasco, emocionada, decía: "Nunca he visto a mi madre tan guapa y tan feliz".
Toreros, cantantes, aristócratas y políticos asistieron a la celebración. Les cubrieron de pétalos de rosas y arroz a su salida de la ermita y aplaudieron la esperada actuación de la artista en el banquete.
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