Tras un año de pandemia, Carolina Cerezuela ha retomado su proyecto musical con Jaime Anglada . Ambos no solo han ofrecido un concierto el pasado 9 en Madrid, que ha sido retransmitido por internet, sino que también han publicado la canción Somos demasiados , con la que el dúo llama a la solidaridad. “Al final, ayudar es lo que nos va a sacar de esta crisis”, nos cuenta Carolina, quien celebra, en julio, su décimo aniversario de casada con el tenista Carlos Moyá.
—¿Cómo has vivido la experiencia de dar un concierto en pandemia?
—Ha sido muy bonito, pero con un sabor agridulce. Al haber sido online, ha faltado el aplauso, el calor del público, el que te pidan una canción...El contacto con la gente, que es lo que nos gusta.
—¿Somos demasiados es el anticipo de un nuevo disco?
—No creo que haya un disco como tal, pero sacaremos singles poco a poco. Antes del verano, habrá otro.
—Hace cinco años que lanzaste tu primer disco con Jaime. ¿Cómo valoras tu carrera musical?
—Para mí, la música es una válvula de escape y me llena de energía. Luego, me encanta estar con el público y la adrenalina del directo. Además, tengo que dar las gracias a José Muro, mi manager, que me ayuda mucho.
—Tus tres hijos parecen haber heredado el talento para la música...
—Carlitos toca la guitarra, el piano, el saxo y le gustaría empezar con la batería. Mi hija Carla toca el clarinete y el piano. Y Daniela, la pequeña, toca el piano. Es bonito porque yo me pongo a cantar con la guitarra y ellos van sacando las melodías. Hemos grabado cosas, pero para tenerlo nosotros.
“Mi hijo Carlitos toca la guitarra, el piano, el saxo… Carla, el clarinete y el piano. Y Daniela, el piano”
—Hace un año del inicio de la pandemia. ¿Cómo lo has vivido?
—Con mucha incertidumbre y preocupación. Ya no solo con la salud, que es obvio, sino también en qué nos está convirtiendo a nivel social: los negocios, con pérdidas de familiares... Creo que nos está castigando mucho. En mi caso, era optimista al principio y pensaba que la pandemia acabaría en tres meses. Conforme se ha ido alargando, me ha pesado más. Pero también veo una parte positiva. A nivel familiar, ha sido un regalo pasar tanto tiempo juntos. Gracias a Dios, no hemos tenido ninguna pérdida.
—En julio, cumplirás diez años de casada con Carlos. ¿Pensáis celebrarlo de alguna manera especial?
—No se puede. Sí me hacía ilusión hacer algo con amigos íntimos, a nivel privado. Pero, con la pandemia, ni me lo planteo.
—¿Qué destacas de Carlos como marido?
—Es más bueno...Me resulta muy difícil intentar resumirlo. Carlos es la persona con la que consulto todo y decido absolutamente todo. Siempre está para apoyar. Es tranquilo y pausado pero divertido. Es la perfección en el equilibrio entre la diversión, responsabilidad y madurez.
—Habrá superado tus expectativas.
—Sí. Carlos ha sacado la mejor versión de mi mejor sueño familiar. Sobre todo, porque es el mismo que los dos queríamos construir. Hemos trabajado en equipo y lo seguimos haciendo juntos.
—Hace unos meses se anunció el rodaje de la película de Camera Café.
—No puedo decirte cuándo por el coronavirus, pero la película se va a rodar.