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rociodavid gtres© Gtresonline

PRIMER EPISODIO DE SU DOCUMENTAL

Rocío Carrasco recuerda con crudeza el inicio de su relación con Antonio David

La hija de Rocío Jurado conoció a su exmarido siendo menor de edad y al cumplir los 18 dejó todo para irse a vivir con él


Actualizado 22 de marzo de 2021 - 10:44 CET

Tras sincerarse acerca del motivo que le ha llevado a hablar tras veinte años alejada de los medios de comunicación, Rocío Carrasco se ha situado en su adolescencia, cuando su camino se cruzó de manera casual con el de Antonio David Flores, al que define como "un ser egocéntrico y diabólico" con el que a lo la largo de estas dos décadas ha mantenido una guerra en los tribunales que, en su mayoría, ha girado en torno a la familia que formaron juntos durante su matrimonio. Pero sus problemas, recuerda, empezaron mucho antes del nacimiento de sus niños. De hecho, ella los sitúa en los inicios de su relación, concretamente cuando ambos convivían en la localidad catalana de Argentona ya que él estaba allí destinado como Guardia Civil tras pasar por Chipiona (donde se conocieron) y por Jerez de la Frontera.

Rocío Carrasco relata con crudeza los inicios con Antonio David© Gtresonline
Rocío Carrasco conoció a Antonio David en la playa de Chipiona, donde él comenzaba su carrera como Guardia Civil. Entonces ella era menor de edad pero al cumplir 18 dejó sus estudios y su vida en Madrid para mudarse a Argentona, donde él estaba desplazado

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Rocío salió a dar una vuelta en moto con una amiga (iba de paquete) y tuvieron un accidente por el que estuvo en el hospital ya que sufrió varias fracturas. Durante los primeros días de recuperación se quedó en casa de su amiga Cristina Cárdenas porque no podía quedarse sola ya que no podía moverse. "En esa casa ya hay algún episodio de agresión verbal de él hacia mí. Recuerdo agresiones verbales de inútil, no sirves para nada, estás gorda... Puede parecer una tontería que te digan eres tonta, es la forma. Él tenía una cara de puertas para dentro, prepotente, y la otra parte que era cuando había cámaras, que era todo maravilloso, todo besos...", recuerda. Comenta que en la intimidad de su casa él decía que la quería y le decía esas cosas por su bien, que qué iba a pensar la gente... "Tú en ese momento no te das cuenta de la gravedad que eso tiene y llega un momento en el que lo normalizas", reconoce.

Rocío Carrasco recuerda con crudeza el inicio de su relación con Antonio David© Mediaset
"Yo estaba sentada en un sofá con una mesa camilla y él me agarra del pelo, me pega un tirón de pelos y me dio con la cabeza en la mesa echándome la culpa de todo lo que le ocurría en ese momento y me dijo que me fuera con mi madre", ha contado de su relación con el padre de sus hijos

Convaleciente de su caída de una Vespa, dice que en el domicilio de su amiga "la cosa pasó a mayores" y detalla un determinado episodio con Antonio David, cuyo nombre evita pronunciar durante el documental: "Yo estaba sentada en un sofá con una mesa camilla y él me agarra del pelo, me pega un tirón de pelos y me dio con la cabeza en la mesa echándome la culpa de todo lo que le ocurría en ese momento y me dijo que me fuera con mi madre". También ha narrado qué pasó tras eso. "Después llega un llanto, un perdóname que estoy nervioso, me están crucificando por algo que no he hecho... Y muchas cosas que una vez más justifico, creo y disculpo". Al recordarlo, Rocío reconoce que "entonces lo veía normal, pero lo veo ahora y pienso que qué poco sabía yo en aquel entonces que iba a ser mi verdugo".

Antonio David Flores con Rocio Jurado y Rocío Carrasco© Cordon Press
En 1999, tres años después de casarse y tener a sus dos hijos, se separaron, aunque ese fin solo fue el inicio de una batalla legal que se extiende a la actualidad

Los momentos clave de su historia de amor

La relación de Rocío y Antonio David continuó. En 1996, dos años después de conocerse en la playa de Chipiona, se convirtieron en marido y mujer, concretamente el 31 de marzo, cuando la ermita Las Vírgenes de la finca Yerbabuena (el mismo lugar que el año anterior había servido como escenario para la boda de su madre y José Ortega Cano) se engalanó para la ocasión. Esta cita en la que los padres de ambos fueron los padrinos (Pedro Carrasco y Luisa Carrasco) congregó a cientos de invitados que desearon a los novios todo lo mejor. Pero esa felicidad duró tan solo tres años y en 1999, cuando ya eran padres, llegaba su separación (aunque no fue hasta 2003 cuando ella obtuvo la nulidad matrimonial) y con ella el inicio de un enfrentamiento en los tribunales que se extiende hasta nuestros días.