Un año después de la muerte de Carlos Falcó, el legado del marqués de Griñón continúa sin repartirse. Mientras los cinco hijos del aristócrata mantienen silencio al respecto, Esther Doña, la viuda, ha desvelado en ¡HOLA! que, doce meses después, los términos del reparto de la herencia siguen negociándose. “Poco a poco parece que se van cumpliendo las voluntades de mi marido”, ha reconocido Doña esta semana en ¡HOLA!. “Mis abogados siguen trabajando en ese tema”, ha añadido, refiriéndose a un acuerdo sobre la sucesión.
“Carlos me dejó como usufructuaria de todos sus bienes”, nos aclaraba la propia Esther en el mes de diciembre. “Estoy contenta con la decisión de mi marido”, decía. Entre esos bienes se encuentra el palacio de El Rincón, una fortaleza ajardinada del siglo XIX en Aldea del Fresno, que fue el hogar de los marqueses y es la joya de la corona inmobiliaria de la familia Falcó; o la finca Quinto Casa de Vaca, situada en tierras de Toledo y rodeada de las vides y olivos con las que se elaboran los famosos vinos y aceites Marqués de Griñón. Además, el noble dejó como legado parte La Barquilla, una finca en Navalmoral de la Mata; o parte del palacio de Mirabel, en Plasencia.
Antes de morir, Falcó estipuló que Esther podía seguir disfrutando de esos sitios de por vida. La marquesa viuda de Griñón solo espera que se cumplan los deseos de su marido. De hecho, en 2018 la propia Esther reveló en ¡HOLA! que antes de casarse había firmado un acuerdo. “Firmé un acuerdo prematrimonial en el que queda claro que nuestra relación está basada en el amor y no en temas materiales“, nos decía.
Heredera forzosa
Para el Código Civil, Esther Doña es considerada heredera forzosa por ley y está “obligada” a recibir su parte (salvo que renuncie): el usufructo de un tercio de la herencia, el destinado a mejora. La ley también prevé otra modalidad para casos como el de la marquesa viuda: “Cuando el cónyuge viudo concurra con hijos solo del causante, podrá exigir que su derecho de usufructo le sea satisfecho, a elección de los hijos, asignándole un capital en dinero o un lote de bienes hereditarios”. En suma, los hijos de Carlos Falcó -Manuel, Xandra, Tamara, Duarte y Aldara- podrían optar por pagarle una mensualidad.
Esther abandonó el año pasado el palacio de El Rincón, que había sido el domicilio conyugal de la pareja, como muestra de buena voluntad. La marquesa viuda se trasladó a su antigua vivienda de soltera, situada a las afueras de Madrid. “Estoy muy feliz con la decisión”, nos decía, porque vivir en Aldea del Fresno sin Carlos “ya no tenía sentido”. El Rincón cuenta con más de treinta habitaciones y está rodeado de más de ciento veinte hectáreas de bosque. Tal como informó ¡HOLA! a mediados del año pasado, los hijos de Falcó ya han puesto a la venta esa propiedad.
Carlos Falcó recibió el palacio como parte de la herencia de su tía Paloma Falcó, que la había recibido en 1967 de su esposo, José Mitjans y Murrieta, cuarto marqués de Manzanedo. Ella fue quien restauró y acondicionó el palacio y los jardines de la finca. El marqués de Griñón fijó su residencia principal allí en 1999. Desde hace unos años parte de sus instalaciones se utilizaban para celebrar eventos. De hecho, Julio José Iglesias se casó allí en 2012. El valor de la propiedad puede variar por la situación del mercado inmobiliario, pero en 2012 un tasador fijó su precio en unos cinco millones de euros.
La marquesa viuda de Griñón no tiene relación con los hijos de su marido, pero ya ha aclarado que eso no es un obstáculo en las negociaciones. “Que no tengamos relación no significa que estemos enfrentados”, decía en ¡HOLA!. “No hay conflictos… estas cosas llevan su tiempo. Siempre he demostrado mi buena voluntad y creo que llegaremos a un acuerdo”, afirmaba. Un año después de la muerte de Carlos Falcó, el reparto de su herencia sigue siendo una cuenta pendiente.