En el sexto programa de Dos parejas y un destino, tras la experiencia del cambio de equipos en Sevilla, volvían los grupos originales del formato: Jesulín de Ubrique y Chenoa, y La Terremoto de Alcorcón y Pedro Delgado. Los cuatro ponían rumbo a la capital para descubrir sus dos caras: el Madrid rural y el castizo. Por separado, los cuatro viajeros acudían a la ciudad que nunca duerme para disfrutar, no solo de la fama y el glamour que todos conocen, sino también de sus pueblos y sus tradiciones. Además, disfrutaban de un cocido madrileño de verdad, aunque en dos versiones muy diferentes: una elaborada con la receta tradicional y una versión moderna diseñada por Paco Roncero, uno de los mejores chefs de la capital. Y no solo eso también se vestían para la ocasión y eran de uno los protagonistas de un famosísimo cuadro de Goya. Pero lo más reseñable de la noche era la confesión del marido de María José Campanario en la que decía los motivos por los que decidía dedicarse a su profesión: "Yo comencé a torear con tal solo 7 años y me retiré a los 7 y medio. He sido torero gracias a una artista", explicaba.
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"Mi padre era empresario y contrataba artistas para cantar. Contrató al Fary, a Lolita, Manolo Escobar, a Rocío Jurado... Y yo iba con él y con el hombre que pega los carteles. ¿Pero sabes por qué fui torero?", preguntaba el diestro a Chenoa ante su asombro. "Lo hice para pagarle los honorarios de Rocío Jurado. Cuando la contrató en una de las ferias, que fue una de las últimas que él montó, el espectáculo principal era ella y tenía un caché. En ese momento se pedían préstamos y me acuerdo que mi padre puso en venta el campo que teníamos y yo al preguntarle porqué tenía que venderlo me dijo que no lo iba a entender", explicaba a la cantante. "Entonces le pregunté si él quería que fuese torero y me dijo que si me atrevía. Lo hice para que no lo vendiera y así tiró el cartel. Entonces lo primero que gané fue para pagar ese dinero que se había pedido al banco para la madre de Rocío Carrasco. Y a partir de ahí empecé con mi profesión", continuaba emocionado.
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"He sido torero gracias a una artista. Pero vamos, hubiera sido un gran portero porque hasta jugaba en la Federación Española de Fútbol. Hubiera sido un crack, un fenómeno porque estaba convencido. Si de algo estaba convencido de verdad es que iba a ser un máquina", comentaba el diestro a la intérprete de Cuando tú vas. También expresaba que durante sus primeras veces frente a un toro lo pasaba muy mal, tenía mucho miedo y todo eso le provocaba náuseas. "Tengo algunos vídeos del principio que se me ve hasta con ganas de vomitar", confesaba el andaluz. Además, el torero confesaba que con tal solo 22 años tuvo que hacer un parón para coger el timón de su carera: "Tuve que poner un punto y seguido, aunque era un punto y final para poner orden en mi vida", explicaba en el programa de Televisión Española.