A menudo pienso en que ojalá nunca perdamos la capacidad de sorprendernos. Y lo cierto es que el 2021 nos lo esta poniendo fácil en ese sentido. Cuando el denominador común de este comienzo de año era el deseo de congelar los contagios, hacer desaparecer este virus tan indecente y recobrar esa ansiada vida pasada, resulta que el estrenado año nos sorprende con una nevada que nos ha dejado congeladas las calles , las pestañas y los planes mas inmediatos. Filomena nos ha sorprendido... y tanto...
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Ha estado teñida de ilusiones contradictorias, empezando por un desatado entusiasmo por perpetuar la gélida estampa con miles de fotos que sin duda servirán para recordar algo verdaderamente único, hasta terminar al tercer día, haciéndonos ver la otra cara de la moneda. Una vida limitada en movilidad física y emocional. La esponjosa vida de frozen con su correspondiente euforia por hacer cientos de bolas de nieve por minuto se convirtió en una auténtica pesadilla. La nieve empezó a colarse por las grietas de nuestra frustración.
Los desastres de Filomena han sumado más crispación a las restricciones que ya veníamos masticando hacía semanas... Y aunque hay que tomarse las cosas en serio, el despliegue de memes que la genialidad de este país propicia nos ha sacado más de una risa en mitad del desconsuelo. El avance lento para recuperar los verdaderos matices de Madrid esta tardando pero como todo... también llegará, solo hay que meterle un poco de paciencia.
Una paciencia que tiene que pelearse con una borrasca y algún terremoto inesperado... por no hablar de los “vacunagetas” que se automedican haciendo uso de su pequeña porción de poder. Y yo, que no quiero perder la capacidad de sorprenderme, me siento, reflexiono y pienso: ahora es cuando llegara algo que por fin nos va a sorprender en positivo. No pierdo la esperanza, aunque lo único que me ha sorprendido en positivo últimamente es que mi perro ya sabe dar la patita cuando se la pides.
“Y yo, que no quiero perder la capacidad de sorprenderme, me siento, reflexiono y pienso: ahora es cuando llegara algo que por fin nos va a sorprender en positivo”
En mitad de estos días inciertos hablaba con un amigo sobre frases célebres que nos ha dejado el cine y le preguntaba que me dijera cual seria su favorita y por qué. Entre el ramillete de frases que me soltó eligió finalmente una que a mi particularmente también me encanta. La frase en cuestión corresponde a una secuencia de la épica y romántica película Gone with the wild. (Lo que el viento se llevó, 1939).
En concreto el momento en el que el protagonista Reth (interpretado por un majestuoso Clark Gable) se dispone a abandonar de forma definitiva a su amada Scarlett O’Hara (Vivien Leigh). Ella corre tras él suplicándole que no lo haga, haciendo uso de su extraordinaria capacidad de manipulación, arrojándole descaradamente una gran dosis de culpa y acusando a su corazón de despiadado por abandonarla. Básicamente ella lo que esconde tras esa actitud es no enfrentarse con ella misma y con el marrón que supone solucionar su vida y las consecuencias de no tenerle a su lado.
En ese momento e instantes antes del portazo final él se vuelve a ella y le dice: “francamente querida me importa un bledo”. La traducción al español, excluye lo del bledo y la expresión se manifiesta con algo más de decoro, pero para el tema que nos ocupa prefiero dejarlo con ese vocabulario algo más ordinario y vulgar. Harto de sucumbir sin éxito a los deseos de la señorita Scarlett, Reth que no era un tipo blando pero que sí manejaba las emociones con cierta coherencia, decidió un día hacer uso del arte de decir “no”. “Hasta aquí”. “Eso no es asunto mío”. “Allá te las apañes”.
Y es que según me explicaba mi amigo, en algunas ocasiones siente una gran incapacidad por decir NO y por mandar al carajo a determinadas personas en determinadas situaciones. Pronunciar esa simple palabra de 2 letras se convierte en todo un reto. Y a pesar de que la voluntad no se opone, existe sin embargo, algún extraño mecanismo neurocognitivo que nos imposibilita verbalizarlo, a sabiendas que el hecho de no decirlo a tiempo nos causa molestia, enfado, fastidio e indignación con nosotros mismos.
“No es fácil decir no. En ocasiones nos vemos presionados por personas insistentes que nos piden hacer cosas que realmente no deseamos hacer”
Reconozco en primera persona que no es fácil decir no. En ocasiones nos vemos presionados por personas insistentes que nos piden hacer cosas que realmente no deseamos hacer y cuando finalmente acabamos cediendo y actuando en contra de nuestros principios, sin respetar nuestros deseos o nuestros objetivos, nos sentimos enfadados con esa persona y con nosotros mismos por no haber sabido decir no.
Todos hemos pasado por ese momento en el que sabemos que debemos decir “NO” a una persona. Incluso anticipamos la conversación que vamos a tener, ensayamos como vamos a decir ese NO, nos preparamos el discurso, y cuando llega el momento y a pesar de seguir escuchando con fuerza a nuestra cabeza decir: dile NO, dile NO. De repente y de forma sorprendente nuestra boca suelta un “Si” bien pomposo y claro. Por supuesto mucho más grande y brillante que nuestra pensada y deseada respuesta. A tomar viento nuestra consistencia.
Y entonces en ese instante es cuando ves a Reth como un genio, como a tú ídolo. ¡Cómo te hubiera gustado soltar esa frase suya así con toda su elocuencia y ese estilo tan sublime y elevado! El problema radica en que hemos sido educados para complacer y agradar a los demás, aunque eso signifique sacrificar nuestros deseos y necesidades. Y sentimos las amenazas de los sentimientos de culpa y/o miedo si apostamos por un “ lo siento pero no”, “gracias pero no”, “lo lamento pero no puedo”, “ lo siento pero creo que debes solucionarlo tú” o “francamente querida me importa un bledo”
Admito que la frase literal de Reth no se corresponde con la asertividad con la que debemos decir no... cierto es que nuestros deseos debemos expresarlos de forma directa pero también amable honesta y educada. Pero no nos engañemos, que esa frase así literal se la hubiéramos soltado a mas de uno/a. Y es que hay situaciones que merecen nuestro NO más altisonante.
“Debemos expresar nuestros deseos de forma directa pero también amable honesta y educada”
A veces son situaciones con poca trascendencia, (por ejemplo un amigo que quiere ir a visitarte justo en un momento donde no te apetece ver a nadie) pero hay otras situaciones que verdaderamente se adhieren a nuestra rutina de forma continuada (esa persona que siempre te empuja a hacerle favores o te impone la forma en la que tienes que quererle). Sea una u otra situación, somos incapaces de dar una negativa por respuesta a pesar de encontrarnos a diario y cara a cara con el deseo de querer hacerlo. Pues bien amigos, el arte de decir NO, nos dota de gran altura emocional y de una gran madurez ante lo que es valioso para nosotros.
Para establecer relaciones sociales sanas hay que utilizar el NO. Es una habilidad muy valiosa. No solo porque crecemos como personas coherentes a nuestros principios, se genera además un aumento de autoestima, sentimos que tenemos el control de nuestra propia vida. Nadie se ha convertido en malo por decir NO. Se siente una especie de incomodidad minutos antes de soltarlo, pero una vez dicho desaparece toda la presión acumulada y sientes una gran liberación constructiva. eso si, los modales son importantes.
Existen varias técnicas muy sencillas y asertivas para conseguir decir NO por si a alguien le sirve de recurso. Hay una en particular que es muy exitosa en terapia y que Efren Martinez @efrenmartinez utiliza mucho. Se trata de grabarse a uno mismo vídeos cortos de 30 segundos donde te hables a ti contándote todos aquellos autoengaños que te dices una y otra vez para terminar cediendo por no soltar un NO cuando corresponde y dejar que pasen ciertas cosas que no queremos que pasen.
“Cuando te rindes y te sometes al autoengaño acabas por impregnar de senderos obtusos tu conciencia”
Cuando estas ante una situación donde sabes que debes poner limites y dar un NO por respuesta asistimos a lo que podríamos llamar “la gran trampa de la mente”. En esos momentos previos a actuar la cabeza funciona al revés y busca diseñar los autoengaños para salir airosa de una situación difícil. Aunque en el momento te haga sentir bien esa mentira que te haces, lo cierto es que es un proceso que acaba haciéndote sentir mal. Cuando te rindes y te sometes al autoengaño acabas por impregnar de senderos obtusos tu conciencia y la voluntad personal, haciéndote víctima no consciente de ella.
Pues bien, cuando estés en un momento donde sabes que debes dar un No como respuesta, rescata esos vídeos, escucha atento como describes tus autoengaños, como te convences a ti mismo de una realidad que es falsa. Eso te hará reflexionar y hará que disminuya el mecanismo de mentirte a ti mismo de nuevo reforzándote en la conducta que realmente deseas tener, te dará la valentía para soltar el NO sin sentirte mal por ello. Funciona.
Te animo desde estas líneas a que te conviertas en Reth y asomes tu determinación para decir no... a esa persona que te pide favores constantemente, a tu hijo cuando impone tu presencia de forma permanente, a tu jefe, a tu madre, a cualquier persona que sabes que está abusando de tu generosidad, o a esas personas que te absorben tu tiempo, tus ganas, y que te exigen aunque sea de forma encubierta un tipo de comportamiento que no quieres tener.
Atrevámonos a decir NO, puesto que lejos de mantenernos en conflicto con los demás, generaremos confianza, aceptación, y respeto.
A mí, queridos, me encantaría que nos atreviéramos, a ver que pasa... porque si decidimos seguir repartiendo “síes” a diestro y siniestro estaremos transportando con nosotros un obligatorio compromiso que no nos pertenece, dejando una y otra vez nuestra voluntad huérfana. Llenaremos nuestros días de estrés, incomodidad, enojo. Y, además, y muy importante, el comportamiento del eterno SI, no nos exime de poder encontrarnos de repente a un exultante Reth ante nosotros que nos de un buen portazo en las narices y nos mande a meditar con un buen NO entre los dientes.
¡Confío en vosotros! Ya me contaréis...
Para más ayuda no dudéis en buscarme a través de https://terapiaunclick.com/ (@terapiaunclick)
¡Salud y amor para todos!