Espléndida en apariencia, pero rota por dentro, Ana Obregón alcanza una edad redonda, sesenta y cinco años. Pero no habrá tarta ni velas que soplar. “No voy a celebrarlo, no tengo ganas de nada… Todavía estoy de luto”, confiesa, ante su cumpleaños más triste, al otro lado del teléfono.
La vida de Ana se paró el pasado 13 de mayo, cuando su hijo, Álex , nos dejó para siempre, con tan solo veintisiete años. Han pasado diez meses y, en su día a día, la actriz apenas sale de casa. Solo acude, de vez en cuando, al club de golf de La Moraleja, muy cerca de donde vive, para practicar yoga; visita a sus padres y, por supuesto, lleva flores a su hijo, al que tiene cada día presente en su recuerdo. “Cuando tienes un hijo, dejas de necesitar un espejo. Tú eras el espejo donde me miraba para seguir viviendo. Diez meses sin ti”, ha sido el emotivo mensaje que Ana le ha dedicado junto a una preciosa imagen de ella con Álex cuando era un niño.
Ana no está sola. Además de sus hermanas y sus amigos, cuenta con el apoyo incondicional del padre de su hijo, Alessandro Lequio , que está muy pendiente de ella. “Se está portando fenomenal, se preocupa por mí, no me deja sola… Es un sol”, nos comenta, llena de gratitud.
Su único motor en estos momentos es la fundación que ha creado con el nombre de su hijo, la Fundación Aless Lequio , para la investigación contra el cáncer. Ana está totalmente volcada en este proyecto, del que está a punto de registrar el nombre y, lo más importante, con el que se están haciendo grandes progresos en varias áreas de investigación, sobre todo, en el tipo de cáncer que padeció su hijo.
Por otro lado, Ana recibirá, el próximo día 22, un premio a toda su trayectoria profesional en el cine. Se trata del Yago de Honor 2021, el mismo que recibió el año pasado Ángela Molina y que la actriz irá a recoger porque le hace “especial ilusión”, según nos avanza, ya que estos galardones reconocen a los profesionales del cine “olvidados” por la Academia.