Son muchos los frentes que Rocío Carrasco mantiene abiertos desde que se separó de Antonio David Flores en 1999. Problemas familiares a los que nunca ha querido contestar en público, hasta ahora. Telecinco acaba de anunciar una serie de documentales en los que la hija de Rocío Jurado hablará por primera de los temas más espinosos de su vida, Rocío, contar la verdad para seguir viva. En el aire muchas preguntas que por fin podrían tener respuesta: ¿cuándo acabará la batalla judicial con su ex?¿qué ocurrió realmente el día que rompió su relación con su hija Rocío? ¿qué provocó el distanciamiento con la familia de su madre?
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- 25 años de la boda de Rocío Carrasco y Antonio David Flores: del amor a los juzgados
Batalla judicial con Antonio David Flores
A pesar de que la pareja se separó en 1999, los problemas no hicieron nada más que empezar y se han tenido que reencontrar desde entonces y en diversas ocasiones en los juzgados. En 2005 comenzaron las demandas por las distintas declaraciones de Antonio David en medios de comunicación. Rocío le ha interpuesto una decena de demandas por vulneración de derecho al honor, pero también por desvelar detalles sobre la herencia de Rocío Jurado.
La custodia de sus hijos ha sido otro de los puntos que más ha enfrentado judicialmente a la expareja. Después de tomar caminos separados, Flores tenía que pagar a su exmujer 841 euros en concepto de pensión de alimentos para sus dos hijos, Rocío y David, cantidad que se redujo a 540 euros al conseguir en 2003 la custodia compartida. Sin embargo, en 2010 Rocío Flores demandaba al colaborador de Sálvame por no hacer frente a esta obligación económica y le pedía una indemnización de 16.000 euros y una pena de 24 meses de multa. El juez no vio relevancia penal al impago de alimentos, y absolvió a Antonio David. A igual conclusión llegaba la Audiencia Provincial al resolver el recurso de apelación presentado por Rocío Carrasco, puesto que este acuerdo se había establecido por la expareja en un documento privado y sin presencia de alguna autoridad. En 2016, su hijo pequeño decidía trasladarse a vivir al hogar de Antonio David, donde ya residía su hermana mayor, sin embargo y al ser todavía menor de edad, también suscitó diferentes disputas en los tribunales, puesto que además coincidía con el enlace entre Rocío Carrasco y Fidel Albiac.
- Rocío Carrasco presenta una demanda contra Antonio David Flores
En marzo de 2017, Rocío Carrasco acudió al Juzgado de Violencia de Género para ratificar ante la juez encargada del caso la querella interpuesta contra Antonio David, en la que se le imputaban los delitos de supuestas “lesiones psicológicas y “quebrantamiento de los derechos de custodia”. Rocío alegó que había sufrido daños psicológicos continuados por parte de su exmarido y aportó como pruebas las declaraciones de Antonio David, desde que se separaron, y una serie de informes médicos para demostrar los hechos que denunciaba. Los peritos judiciales del propio juzgado de violencia de género aseguraron en extensos informes que se cometieron los delitos, estando compuesto el equipo de valoración judicial por:psicólogo, forense y trabajador social. Sin embargo, sobre este punto, la sala consideró que el informe forense, aunque era “exhaustivo”, también era “incompleto” al haber entrevistado solo a la demandante y contemplar, también solamente “su versión como perjudicada”. Un año y medio después, el juez de la Audiencia Provincial de Madrid decidió archivar la causa, pero y tal y como publicaba ¡HOLA!, Rocío decidió no rendirse y agotar todas las vías judiciales en España y, si fuera necesario, acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Relación rota con sus hijos Rocío y David
Desde la separación matrimonial de Rocío Carrasco y David Flores, los dos hijos de la pareja se han visto envueltos, directa o indirectamente, en las batallas judiciales de sus padres. Primero al convertirse en protagonistas del duro proceso judicial por su custodia cuando eran menores - fue compartida durante muchos años - y después al ser testigos de las continuas visitas a los tribunales de sus progenitores.
Pero si hay un interrogante al que no se ha conseguido dar respuesta durante todos estos años es el motivo que provocó el distanciamiento entre madre e hijos y que propició que se fueran a vivir con su padre cuando cumplieron la mayoría de edad. Se ha hablado y se ha escrito mucho sobre una fuerte disputa entre Rocío Carrasco y Rocío Flores que tuvo lugar en el verano de 2012, pero ninguna de las dos implicadas ha querido pronunciarse. Prueba inequívoca de que los vínculos familiares estaban muy daños fue la ausencia de Rocío y David Flores en la boda de su madre con Fidel Albiac hace cinco años.
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"Quiero a mi padre tanto como a mi madre, a pesar de la distancia. Es real. Me encantaría que lo estuviese viendo. Me encantaría tener una relación buena con ella. ¿Que no puede ser? Pues no puede ser, pero me encantaría. Nunca lo he negado", aseguraba la nieta de “la más grande” el año pasado durante su participación en “Supervivientes”, desde entonces no ha habido ningún paso que demuestre que ambas han acercado posturas.
Enfado con sus hermanos y con la familia de su madre
La relación de Rocío Carrasco con la familia de su madre, Rocío Jurado, siempre ha estado en entredicho desde que la intérprete de Chipiona falleciera el 1 de junio de 2006. Han sido muchos los que han comentado cómo la única hija de La más grande se ha alejado de su entorno familiar, pero fue Gloria Camila, quien habló por primera vez en marzo de 2014 del lazo de unión con su hermana mayor. "¿Qué hermana? ¿Con la que llevo tres años sin hablar?", decía hace siete años mientras la familia no atravesaba uno de sus mejores momentos. A principios de 2020, la hija de José Ortega Cano se sinceraba en Volverte a ver: "Cuando yo era pequeña la relación era buena. No sé qué pudo pasar para que, de repente, desapareciese". A pesar de este distanciamiento, la joven, que ha debutado como actriz en la serie Dos vidas, si que mantiene un estrecho vínculo con sus sobrinos, Rocío y David.
Por su parte, la inexistente relación con los Mohedano se hacía evidente no solo en los grandes eventos familiares, como la tradicional procesión de la Virgen de Regla -de la que su madre era gran devota-, sino también por las discrepancias por el proyecto del museo de Rocío Jurado en Chipiona. En 2014, Amador Mohedano aseguraba que la relación con su sobrina estaba rota: "No tengo ninguna relación con Rocío. Yo siempre he mostrado mi interés por ella, la he llamado, le he felicitado la Navidad…pero llegó un momento en el que me di cuenta de que yo no era correspondido y ya me he cansado". Pero, sin duda, fueron las palabras de Gloria Mohedano en Sálvame las que dejaron en evidencia la mala situación: “Es insoportable para mí escuchar a los amigos de mi sobrina decir que no habla porque no quiere hacer daño a sus hijos". La hermana de Rocío Jurado decía estar 'al límite' y echar mucho de menos a su sobrina, aunque no veía una posible solución.
El último en hablar de Rocío Carrasco fue José Ortega Cano, que también vertía unas durísimas declaraciones en Viva la vida en 2020 al asegurar que ya no sentía lo mismo por la primera hija de Rocío Jurado: "Ya no quiero a Rocío Carrasco. Tampoco la odio pero no existe ese cariño ni la relación que hubo en sus tiempos".
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