El 26 de febrero de 2015 la vida de Desirée Vila cambió radicalmente para siempre. Tras comenzar su carrera en la gimnasia acrobática de un modo más que prometedor (Campeona de Galicia en su primer año, Campeona de Galicia y de España en el tercero), estaba a las puertas del Europeo cuando una caída entrenando le produjo una grave fractura en su pierna derecha. Trasladada al hospital, nada hacía presagiar que su rotura de tibia y peroné terminaría en una amputación debido a una negligencia médica. Por aquel entonces tenía dieciséis años. Hoy, a sus veintidós, es un ejemplo de lucha y superación y una de las protagonistas de Palabra de mujer, la iniciativa lanzada por National Geographic, buscando inspirar a nuevas generaciones de mujeres.
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Desirée estaba acostumbrada a pelear: después de una dura rehabilitación comenzó de cero en un nuevo deporte, proclamándose Campeona de España en 100 metros libres y salto de longitud, títulos que revalidó en 2019, en la modalidad de Atletismo Adaptado, donde tiene el récord en las tres categorías en las que participa (además de las dos anteriores, los 60 metros). Autora del libro Lo único incurable son las ganas de vivir , frase que lleva tatuada como un lema de vida, la deportista, que estudia tercero de Relaciones Internacionales, nos cuenta su inspiradora historia mientras se prepara para participar en los Juegos de Tokio. Así se convierten los obstáculos en oportunidades.
Desirée, ¿qué fue lo que te pasó?
Pues, era un día normal y un entrenamiento como cualquier otro. Salvo que me lesioné. Cuando vives el deporte de élite eres consciente de que las lesiones pueden llegar en cualquier momento, tienes que estar preparada mentalmente para ello, y más en mi disciplina, porque pones tu cuerpo al límite, y raro es el deportista que no se haya lesionado haciendo alguna acrobacia. En mi caso fue una lesión complicada, una hiper flexión de la rodilla a la recepción de un mortal.
¿Estabas entrenando en ese momento?
Sí. Me llevaron al hospital que correspondía por el seguro de mi club. Me dijeron que tenía rotos la tibia y el peroné. Yo sabía que algo no iba bien porque dejé de sentir el pie casi al minuto, no solo estaba morado, es que lo tocaban y no lo notaba. Al día siguiente me hicieron una resonancia y ahí se dieron cuenta de que la circulación era mala, algo muy preocupante.
Yo sabía que algo no iba bien porque dejé de sentir el pie casi al minuto, no solo estaba morado, es que lo tocaban y no lo notaba”
¿Qué sucedió entonces?
Cuando tienes los huesos rotos, te operan en cualquier momento, pero cuando hay un problema de circulación, el tiempo juega en tu contra. Y jugó en mi contra, porque al día siguiente ya no había nada que hacer. Se cometió una negligencia médica porque, aparte de detectar tarde la necrosis, una vez que tuvieron la información no actuaron con la rapidez suficiente. De hecho mi vida corría peligro. Cuando me amputaron la pierna, tenía una infección en todo mi cuerpo ya. Podía haber muerto y eso es lo que muchas veces me hace pensar en lo afortunada que soy.
¿Cómo se le da la vuelta a algo tan duro, Desirée? ¿Cuál es el punto de inflexión?
Hay varios puntos de inflexión pero esto es un proceso y aun hoy sigo aceptando ciertas cosas. También hay momentos en que crees que lo tienes superado y de repente, por algo en concreto, te das cuenta de que todavía tienes bastantes traumas, o un día sin venir a cuento te acuerdas de ese momento y lloras…pero no creo que esa sea un razón para sentir que no lo tengo superado. Lo que cuenta es que tengo más días felices que infelices, no siento que me haya pasado algo malo, sino que simplemente he vuelto a nacer y tengo una vida diferente a la que tenía antes, y no por ello ni mejor ni peor.
Hablas de que hay momentos en que te das cuenta de que todavía tienes traumas.
Pero por ejemplo, cuando volví al deporte, habían pasado tres años de mi accidente, había trabajado con la psicóloga y habíamos hecho grandes avances a nivel de aceptación, pero nos dimos cuenta de que una de las partes fundamentales del trauma que yo viví no lo habíamos trabajado, y era el miedo a las lesiones.
Acepté mi cuerpo, acepté la discapacidad, conviví con lo que me había pasado, pero le cogí mucho miedo al deporte porque me lesioné entrenando”
Y para mí este miedo es una barrera enorme, porque yo amo el deporte, para mí lo es todo y sabía que tarde o temprano iba a volver a ser deportista. Así que cuando empecé el atletismo y vi que esto me estaba frenando y no me dejaba avanzar, tuve que volver al psicólogo. Pensaba que lo tenía superado, pero aún había una parte de mí que tenía mucho miedo y no por ello me frustré. Todo lo contrario. Simplemente había algunos aspectos de mi vida que no habíamos trabajado lo suficiente y los teníamos que trabajar, ya está.
¿Quién ha sido tu mayor apoyo en este proceso Desirée? Tu familia sufriría mucho también.
Muchas personas. Mi familia por supuesto. Mis padres, además, son muy jóvenes y me ayudaron a entender la discapacidad sin prejuicios, sin tabúes, sin connotación negativa. Ellos fueron los que me animaron a enseñar la prótesis en público, a volver al deporte, son quienes, cuando voy a las competiciones de atletismo, están pegados a la televisión para ver mis resultados. Lógicamente mis padres fueron un apoyo fundamental. También mis amigos.
Cuando volví al colegio mis amigos no sabían muy bien cómo tratarme, si hablar del tema, si obviarlo… Y me hicieron una pregunta que se me quedó grabada “Desi ¿tú cómo quieres que te tratemos?”
Esto es una cosa bastante curiosa, porque tal vez a los quince o dieciséis años todavía no tienes tu grupo de amigos bastante identificado. A lo largo de la vida vas haciendo diferentes amistades. Pero me demostraron que estaban ahí, porque cuando volví al colegio ellos no sabían muy bien cómo tratarme, o cómo llevar la situación, si hablar del tema, si obviarlo… Y me hicieron una pregunta que se me quedó grabada “Desi ¿tú cómo quieres que te tratemos?”. Me llamó mucho la atención y les dije que quería que me tratasen exactamente igual que antes, porque había cambiado mi físico pero yo seguía siendo la misma Desi que se reía de las mismas chorradas, que le gustaba hacer las mismas tonterías, en definitiva, la misma persona. Para mí fue un gesto de humildad, no sabían cómo tratarme porque no son psicólogos y nadie les había enseñado y me preguntaron, hicieron lo que había que hacer, y me demostraron que realmente querían estar ahí y apoyarme.
¿Qué te hace más feliz de participar en una campaña como Palabra de Mujer de National Geographic?
Me hace feliz que me consideren una persona capaz de inspirar a otras. Que con todo lo que he vivido y la manera en que se ha transformado mi vida, puedo ayudar a otras mujeres a sentirse identificadas y ayudarlas a fortalecer su propia manera de ver las cosas. Para mí ha sido una campaña muy bonita y muy profunda. Formar parte de ella junto a otras dos mujeres y además, siendo la más joven, me hace sentir especial, a la vez que sentía un poco de presión por hacerlo bien, porque realmente tuviese sentido lo que yo contase. Y si lo tiene, creo que los jóvenes podemos decir mucho.
Tienes veintidós años y la vida te ha hecho madurar muy rápido.
Sí, efectivamente. También ha sido por el deporte. Ya cuando hacía gimnasia tenía las ideas muy claras y una disciplina que no tenían mis compañeros de clase. Sabía claramente qué quería conseguir y lo que me iba a costar conseguirlo, que iba a haber ciertas cosas que no podría hacer, como por ejemplo ir a las excursiones del colegio o a los cumpleaños de mis amigos, pero estaba dispuesta a renunciar a todo eso por conseguir mis objetivos. Así que desde pequeña sabía lo que era el esfuerzo y la perseverancia y después, evidentemente, el accidente y todo lo que conlleva, me hizo aprender ciertas cosas de golpe. Además me fui a vivir a Inglaterra yo sola, poco después de adquirir mi discapacidad, y eso también me hizo espabilar, porque allí no tenía a mis padres, no tenía ninguna seguridad, nadie que cuidara de mí…
Sigues vinculada de alguna manera a la gimnasia acrobática, cambiaste de deporte para competir y en poco tiempo has sido campeona de atletismo, has batido récord… Eres la demostración de que no hay obstáculo que no se pueda superar.
Es verdad que he seguido vinculada a la gimnasia, me saqué el título y fui entrenadora del club de mi pueblo. Ahora estoy centrada en el atletismo, y no tengo tanto tiempo, pero me gusta mucho practicar deportes en general: snow, surf, gimnasia, patinaje… El atletismo, sí, ha estado lleno de éxitos. Pero hay que decir que en España hay muy pocos deportistas con discapacidad compitiendo, principalmente porque hay una barrera económica muy grande.
Fue difícil la adaptación a la prótesis, fue difícil empezar un deporte desde cero...pero la cabeza del deportista, está ahí”
Las prótesis son muy caras y no las cubre la Federación, ni la Seguridad Social, hay muchos jóvenes que podrían estar mi misma situación, pero no se lo pueden permitir. Intento dar a conocer esto para que un futuro todos puedan tener los mismos derechos que yo. Fue difícil la adaptación a la prótesis, fue difícil empezar un deporte desde cero, porque hasta ese momento no lo había practicado. Pero la cabeza del deportista, está ahí. Aunque cambies de deporte sigue siendo esa fortaleza mental la que te hace darlo todo en los entrenamientos y mejorar.
Contabas que al principio no querías enseñar la pierna, ni compartir fotos…pero ahora la cambias de color, dorada, roja, azul, lleva purpurina...
Tenía 16 años y es una edad muy crítica en cuanto a que tienes muchas inseguridades. Tuve que empezar a quererme sin una pierna, y eso no es sencillo. Con esos años intentas pasar desapercibida, tienes en mente la imagen de cómo debe ser el cuerpo de una mujer y no quieres salirte de eso porque piensas que no le vas a gustar a ningún chico. Yo creía que nunca iba a tener novio por hecho de tener una prótesis…y con el tiempo te das cuenta de que debes potenciar esa diferencia porque es lo que llama la atención. No solo de los chicos, que no es realmente lo importante, hablo de la gente en general. Si tu transmites buena energía con tu forma de vestir, de darte a conocer al mundo, eso llega a los demás. Y yo cambié mi forma de mostrarme al mundo.
Al principio creía que nunca iba a tener novio por hecho de tener una prótesis…y con el tiempo te das cuenta de que debes potenciar esa diferencia porque es lo que llama la atención. No tengo que esconderla, es una parte de mi cuerpo y estoy orgullosa de ella”
Al principio era como “quiero pasar desapercibida, que nadie sepa que tengo una discapacidad, quiero que la prótesis sea de color carne para que se parezca lo más posible a mi pierna izquierda” y ahora me gusta llamar la atención, si puedo voy en pantalones cortos, estoy deseando que sea, corto la pernera derecha de mis pantalones largos para que se me vea la prótesis… en fin, todo lo contrario porque cambió mi percepción. Ahora es algo que me gusta enseñar. Como decía en el vídeo de National Geographic, no es algo que tenga que esconder, es una parte de mi cuerpo que tengo que potenciar porque es bonita y estoy orgullosa de ella.
¿Los Juegos Olímpicos de Tokio siguen adelante?
En principio estoy clasificada, estamos entrenando muy fuerte y la semana que viene empiezo ya las competiciones. La información que nos llega es que se van llevar a cabo sin público. Nos harán PCR, si se puede nos vacunarán a los deportistas, pero en principio sí se van a hacer. De hecho todos los internacionales que teníamos previstos van a celebrarse. El europeo y todos, así que nos estamos preparando como si se fuesen a hacer.
Eres un modelo a seguir para muchas personas, eres capaz de inspirar ¿Quién te inspira a ti?
En el mundo del deporte hay muchas personas que me han inspirado y me han hecho seguir sus pasos. Soy de las que piensan que debemos alegrarnos por los éxitos de los demás, porque la envidia es muy mala, y pensar cómo puedo hacer yo eso para alcanzar este objetivo o incluso llegar más lejos. Tengo la suerte de vivir en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) con deportistas de alto nivel, entre ellos Alfonso Cabello, que es un deportista de ciclismo adaptado; admiro a Almudena Cid, por su historia de superación, de haber sabido adaptarse al cambio; tuvo que vivir situaciones complicadas seguía practicando gimnasia a cierta edad y tuvo que aguantar muchos comentarios y ella siguió luchando y consiguió su sueño. Y después, cuando se tuvo que retirar, buscó la manera de seguir vinculada a la gimnasia a través de sus libros y de todo lo que hace en sus redes sociales.
Irene Villa, ha sido un referente, se involucró mucho en mi caso, vino a Galicia a conocerme, me dio muchos consejos y me hizo ver que yo también iba a llevar una vida plena como la suya”
Y luego, por ejemplo, Irene Villa, fue un referente, además ella se involucró mucho en mi caso, vino a Galicia a conocerme, me dio muchos consejos y me hizo ver que yo también iba a llevar una vida plena como la suya. Me veo reflejada en su forma de ver las cosas. Mi familia en general. Mi madre es también una mujer muy luchadora. Se quedó embarazada de mí con dieciséis años, me tuvo con diecisiete…Al final intento coger lo mejor de cada uno de los que me rodean y aprender de lo mejor; me parece importante fijarte en las personas que alcanzan sus sueños y tienen éxito para aprender y para intentar seguir sus pasos, es lo que intento hacer yo.
¿Cuáles son tus próximos retos?
A nivel deportivo los Juegos, no hay otra cosa en mi mente, estoy en concentración máxima para poder estar allí y hacerlo bien. No solo como deportista sino como Team España, Hay que hacerlo bien para dar ese ejemplo. Y a nivel profesional, me siento muy afortunada, están saliendo proyectos muy chulos como este de National Geographic. A la hora de dar a conocer la discapacidad soy conferenciante con la Fundación Adecco y bueno, pues continuar con mis estudios. No siempre es fácil compaginarlos con el deporte, pero creo que son una parte fundamental en mi carrera y me gustaría en un futuro poder dedicarme a lo que estoy estudiando, y compaginarlo con el deporte. Tengo veintidós años, no sé muy bien dónde verme en un futuro cercano, así que lejano...