El pasado verano, Vicky Martín Berrocal comenzó una nueva vida en Portugal , país al que se mudó para estar junto su pareja, el empresario João Viegas Soares, con el que ya ha celebrado dos años de amor. “Estoy en paz conmigo misma, me gusta lo que veo de mí y creo que eso lo hacen los cuarenta y ocho años que voy a cumplir. El día a día sigue siendo apasionante. De repente estoy cinco días trabajando sin parar, pero después me paso quince días en Portugal, en la gloria, con una vida tranquila”, nos cuenta, más guapa que nunca, como embajadora de la campaña de Amazon IWD, puesta en marcha con motivo del Día Internacional de la Mujer. La diseñadora es ejemplo de empoderamiento y modelo de emprendimiento femenino. “Exceptuando el momento que estamos viviendo y la situación que tenemos, creo que estoy en uno de los momentos más serenos y más felices de mi vida”.
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—Te trasladaste a Portugal el pasado verano, ¿cómo es tu vida allí?
—Estoy feliz en Portugal, es un país increíble. La calidad de vida es brutal y, como te digo, yo vivo allí pero vengo a España por trabajo. Lo que pasa es que, claro, echo mucho de menos mi país, echo de menos España, echo de menos mis costumbres, mi vida, mis amigos, mis cosas...mi todo. Porque a mí me gusta mucho lo mío. Es por lo único, pero estar, estoy enloquecida allí, muy bien, muy a gusto.
—¿Te costó mudarte o tenías claro que tu lugar estaba al lado de João?
—Para nada. Lo tuve bastante claro desde el primer día que conocí a João. Además, creo que es la mayor locura que he hecho por amor. Jamás hubiese pensado que habría cogido las maletas para trasladarme a otro país. Vale, estamos al lado, pero ¡es otro país! Yo creo que no he tenido algo más claro que estar a su lado.
—¿Cómo suele ser un día tuyo en Estoril?
—Siempre tengo muchas cosas que hacer, y me gusta. Ahora estamos decorando la casa y tengo un largo camino hasta terminarla. Hemos estado de obras. Me despierto, hago deporte, desayuno, hago las cosas de casa, voy al mercado y compro flores, veo revistas de moda y decoración, leo mucho y escucho música. La verdad es que me encanta charlar con mi pareja y pasamos horas hablando de todo. Los cambios siempre son apasionantes, más aún cuando es un país que no conocía. Y sobre todo, cuido mucho de mi novio –ríe-.
—¿Te gustaría volver a casarte? ¿João te lo ha pedido ya o se lo has pedido tú?
—Si, claro que sí. Por supuesto. Es como preguntarme ¿te has pensado dos veces ser embajadora de Amazon en el Día internacional de la Mujer? No. ¿Te pensarías dos veces casarte? No. O sea… mañana mismo, si pudiera. No me lo han pedido, pero vamos, tampoco me importaría pedirlo. Pero bueno, todo llega y yo quiero a João para siempre , así que espero que algún día ocurra.
“Mi mayor ejemplo es la gran mujer que he tenido siempre a mi lado y que me ha dado la vida: mi madre”
—Después de algo más de dos años de relación, ¿cómo es el balance?
—El día que le conocí, supe que era el hombre con el que había soñado toda mi vida y es que no hay un hombre más legal, más cariñoso, sensible, con más personalidad… un hombre íntegro, con el corazón por delante, amigo de sus amigos, generoso. Yo decía siempre “busco un hombre con mayúsculas” y Joao es un hombre con mayúsculas. El balance es brutal, si, eso es.
—¿Qué te aporta en este momento de tu vida?
—Todo. João es mi vida.
—¿Cómo llegó a ti esta iniciativa de Amazon por el Día de la Mujer?
Esta iniciativa llegó hace poquito, unas semanas, y me llenó de orgullo, de alegría… me sentí a la vez muy chica. Cuando me pasan cosas así, me hago muy pequeña y, bueno, es increíble que Amazon haya pensado en mí para celebrar el Día Internacional de la Mujer.
—¿Qué te llevó a decir que sí a convertirte en embajadora?
No podía decir a Amazon que no cuando me busca para un día así, para darle voz a tantísimas mujeres emprendedoras, a mujeres que han peleado por su sueño, que se han sacrificado, que han batallado, como digo yo, por cumplir eso que han soñado. Al final, no me lo pensé dos veces: no había manera de decir que no.
—¿Eres tan fuerte y echada para delante como pareces?
Si, me considero una mujer fuerte, ¡claro que sí! Valiente, sin miedos… Es que no hay que temerle a nada, porque el miedo te limita. ¡Si te caes, te levantas! Y otra vez a empezar de nuevo.
“Mudarme es la mayor locura que he hecho por amor , pero lo tenia muy claro”
—¿Qué mujeres han sido para ti un ejemplo en la vida?
—Hay muchas. Pero sin nombrar a todo el listado, mi mayor ejemplo es la gran mujer que he tenido siempre a mi lado y que me ha dado la vida. Mi madre. Ella me ha enseñado tanto, le debo tantas cosas...
—En estos tiempos que corren, supongo que, como todo, tu negocio también ha sufrido.
—En la vida hay que acoplarse a los tiempos. No ha sido fácil... Me puse inmediatamente a hacer batas y mascarillas para los sanitarios porque se me rompía el alma viéndolos hacerse una bata con bolsas de basura. Después de eso, hemos hecho kimonos, tops, camisas, prendas que no hacíamos... Hay que reinventarse. Porque, al final, todo lo que has hecho durante estos quince años, cinco con Victoria, parece que se queda ahí olvidado. Así que hay que volver con fuerzas, con todas las ganas del mundo y la artillería.
—La venta online habrá sido imprescindible a día de hoy.
—Ha sido fundamental. Cuando tienes las tiendas cerradas dos meses, no hay manera de llegar al cliente final si no es online. Al final, unirme y colaborar con Amazon en esta iniciativa es un lujo.
—Alba y tu sois uña y carne ¿la echarás de menos?
—Es lo más importante que tengo en mi vida, la echo de menos constantemente, siempre. Pero ya es una mujercita, tiene 21 años, y la veo muy a menudo. Y también le encanta lo de vivir sola en Madrid ¡ Pero vamos, si, todo el tiempo que pueda pasar con ella, bendito sea.
—¿Qué te parece que su padre, Manuel Díaz, vuelva a los ruedos?
—Me parece fenomenal. Mientras se tenga ilusión, hay que hacer cosas. Si realmente a él le remueve, le hace ilusión y quiere volver, qué mejor ¿no? Yo le aplaudo, siempre claro.