Tamara Falcó ya es oficialmente marquesa de Griñón, tras recibir la Real Carta de Sucesión con la que el Rey certifica todos los títulos nobiliarios. Así lo confirmó ella misma en el espacio de televisión en el que colabora cada semana, El Hormiguero: “Es algo que me ha dejado mi padre y que me hace mucha ilusión tener”, comentó entusiasmada la hija de Isabel Preysler. “Es el nombre que identificaba a mi padre; si algún día me caso, no puedo pasar mi apellido, pero sí mi título”, añadió con un tono de emoción en su voz. Su padre, Carlos Falcó, falleció el pasado 20 de marzo de 2020 y, entre sus últimas voluntades, se encontraba el deseo de dejar a Tamara el título al que más cariño le tenía. Padre e hija estaban muy unidos y es por eso que este momento es muy especial para la aristócrata.
Tamara está viviendo un momento muy dulce, no solo a nivel profesional, también en el personal, junto a Íñigo Onieva, con el que empezó a salir el pasado mes de septiembre. Desde entonces, se han vuelto inseparables y cada vez comparten más tiempo juntos, sobre todo, en el nuevo piso que la marquesa tiene en el centro de Madrid, por donde es habitual verlos paseando o haciendo la compra.