Tras casarse por sorpresa el 11 de febrero con Emiliano Suárez , coincidiendo con su quinto aniversario de novios, Carola Baleztena se prepara para la llegada su primera hija en común, prevista para finales de abril. La bebé se sumará a la gran familia que ya ha formado la actriz con Emiliano, pues cada uno aporta dos niños de relaciones anteriores. Además, Carola nos comparte una receta que le trae muchos recuerdos familiares.
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—¿Cómo llevas el embarazo?
—Físicamente, muy bien. Psicológicamente, hasta que me han hecho la ecografía definitiva y he superado la barrera de los seis meses, bastante asustada, la verdad.
—Por eso, no lo anunciasteis hasta el sexto mes.
—No queríamos volver a pasar lo mismo. Por mí, lo hubiera dicho más tarde incluso, por precaución, por si salía mal otra vez.
—¿Cómo están viviendo vuestros hijos la espera?
—Con mucha ilusión. Mi hija Valentina me dice todos los días que quiere que nazca ya la bebé. Encima, nos mudamos ahora.
“No se ha dado ningún caso que haya afectado al bebé. Por protocolo nos hacen más pruebas a las embarazadas, así que todo está más controlado”
—¿Una mudanza con un embarazo y en plena pandemia?
—(Ríe) En esta casa ya no cabemos. Mis hermanas dicen que es tradición. En los embarazos de mis dos hijas, me mudé las dos veces.
—¿Ya tenéis elegido el nombre?
—No, de verdad. Tenemos mucha gente en casa opinando (ríe). Con el embarazo anterior lo teníamos claro: íbamos a llamarla Lola en homenaje a la madre de Emiliano y a una de mis hermanas. Ahora no nos ponemos de acuerdo.
Sus dos sorpresas
—Tras vuestra reciente boda, esta hija pone el broche a una relación de cinco años.
—Cuando pasó lo del año pasado —se refiere a la pérdida de su bebé—, pensamos en no intentarlo más, porque ya teníamos cuatro hijos, estábamos fenomenal y más que servidos. Justo en septiembre, cuando me había quitado de la cabeza la idea, me enteré de que estaba embarazada. ¡Y aquí estamos!
—¿Y la idea de casaros casi el Día de San Valentín?
—Lo teníamos pendiente desde que hicimos nuestra ceremonia de compromiso el siete de julio de dos mil dieciséis. Lo único que nos faltaba eran los papeles del registro y lo fuimos dejando. En dos mil diecinueve empezamos con el proceso y luego se paralizó todo por la pandemia. Al final, la fecha que podía el notario coincidió con San Valentín y nuestro quinto aniversario.
—Aun así, vaya sorpresa.
—No pensábamos contar nada, porque no era más que una firma notarial. En su momento, nos casamos solos y fue superromántico. De hecho, lo más romántico que he hecho nunca. Los dos nos sentíamos casados desde entonces.
Sobre su boda sorpresa, nos dice: “Lo único que nos faltaba eran los papeles del registro y lo fuimos dejando. Al final, coincidió con San Valentín y nuestro quinto aniversario”
—¿Y el vestido?
—La falda me la regaló la madre de Emiliano y no la había estrenado porque pensaba que no me cabría por la tripa. Me apañé con un jersey de cashmere y unos pendientes que también me regaló ella por mi cuarenta cumpleaños. Todo en el último momento.
—¿Cómo han afectado la pandemia a tus proyectos?
—Hemos centrado todo nuestro esfuerzo en Garaje Lola, un espacio multicultural. Nació durante el confinamiento y tras un periodo de interminables tormentas de ideas de Emiliano. Un agitador cultural en plena pandemia es algo insólito y revolucionario. Además, Ópera Garage y sus representaciones de ópera en espacios alternativos volverá en primavera después de más de un año. Comenzamos nueva gira con nuestras producciones de Boheme y Lucia di Lammermoor, y estrenaremos la nueva producción de Rigoletto a finales de año.
—Con tanto hijo, ¿ha llegado el coronavirus a casa?
—La única de la familia que lo ha pasado he sido yo, en enero. Para proteger a los niños y Emiliano, que es asmático, he estado aislada y ninguno se ha contagiado.
—¿Ha afectado al embarazo?
—Cuando di positivo me asusté, pero mi ginecóloga me transmitió mucha tranquilidad. No se ha conocido ningún caso que haya afectado al bebé. Por protocolo nos hacen más pruebas a las embarazadas que lo han pasado, así que, por esa parte, todo está más controlado.
Sus años en televisión
—Hace veinticinco años que debutaste en televisión. ¿Cómo recuerdas esa etapa?
—¿Tanto tiempo? Madre mía, ¡parece que fue ayer! Fue todo mágico, era tan joven… Fueron muchos años de grandes éxitos profesionales y de mucho esfuerzo. Aprendí muchísimas cosas. Fue una época maravillosa.
“No pensábamos contar nada, porque no era más que una firma notarial. En su momento, nos casamos solos y fue lo más romántico que he hecho nunca”, añade sobre el enlace
—¿Te siguen reconociendo?
—Es muy curioso que, durante un tiempo, a la gente, le sonaba mi cara, pero no sabían de qué… Me preguntaban si tenía una prima en tal pueblo (ríe). Ahora con las redes te vuelven a tener muy presente. Y sí, mucha gente se acuerda de Nada es para siempre, Al salir de clase o Luna negra. Actué en más de diez series e hice cuatro películas. Algo queda, como es normal.