A María Casado no le asustan los retos. De hecho, se atreve incluso con carreras como las Spartan Race, conocidas por su dureza e intensidad. Pero la periodista catalana tiene hoy ante sí uno de los mayores desafíos de su trayectoria profesional: será, junto a Antonio Banderas, la maestra de ceremonias de la primera gala híbrida de los Goya en los treinta y cinco años de historia de los premios del cine español. En su última entrevista en ¡HOLA!, María nos cuenta cómo ha vivido los preparativos de su gran noche.
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–¿Cómo has vivido los días previos a la gala de los Goya? ¿Qué sensaciones tienes, te pueden más los nervios, la ilusión...?
–La ilusión siempre gana a los nervios, al miedo, y a todo lo que se ponga por delante. ¿Los días previos? Lo normal en estos casos: durmiendo poco, trabajando mucho con todo el equipo y soñando con hacer una gala acorde a los tiempos que nos ha tocado vivir. Será distinta pero sin miedos.
–Además, con el hándicap de estar pendientes de la evolución sanitaria. ¿Cómo habéis lidiado con esta situación?
–La pandemia nos obliga a hacer una gala distinta, pero eso no quiere decir que sea peor, simplemente diferente. Con Antonio tuvimos claro desde el primer momento que queremos una gala sobria, elegante... y finalmente, dada la situación, se ha decidido hacer una gala híbrida, con una parte presencial desde el Teatro del Soho de Málaga y parte telemática con los nominados desde sus casas. Más que un problema hay que verlo como una oportunidad.
“La pandemia nos obliga a hacer una gala distinta, pero eso no quiere decir que sea peor, simplemente diferente”
–Desde luego, estos Premios Goya pasarán a la Historia… ¿Sentís Antonio y tú que tenéis más presión, mayor responsabilidad que si fuera una gala en condiciones normales?
–La responsabilidad se lleva puesta de casa. Las circunstancias son una motivación añadida. Sabemos que va a ser la primera gran gala telemática que se haga en nuestro país, y queremos hacerla con todo el cariño del mundo. Este año más que nunca hay que hacer un homenaje público al arte en general, y al cine en particular, por lo mucho y bien que nos están acompañando durante la pandemia.
–Para ti, no puede haber mejor compañero para esta tarea que Antonio… ¿Te da más seguridad presentar la gala con él?
–Antonio ha cambiado mi vida. “Sueña grande, no te pongas límites”, me dijo nada más llegar a Málaga. Es un orgullo tenerle cerca, aprender de él, compartir trabajo, vida y confidencias. Le quiero, le respeto y estoy muy orgullosa de él. Estar a su lado es un regalo que me ha hecho la vida. Solo espero no defraudar... y estar a la altura.
–El año pasado, llevaste un vestido que había pertenecido a Sara Montiel y comentaste que era tu homenaje a una pionera. ¿Este año también quieres enviar algún mensaje con tus elecciones para la gala?
–¡Quién me iba a decir a mi el año pasado, que éste iba a presentar esa gala…! Hay que ver la de giros de guion que tiene la vida. El año pasado, que participé como presidenta de la Academia de la Televisión, quise hacerle el homenaje a Sara Montiel, la primera española que triunfó en Hollywood. Este año solo voy a daros una pista: voy a vestir moda española, otro de los sectores que hay que poner en valor en unos tiempos tan complicados.