Desde su ático de California, Isabel Allende repasa su vida de novela y nos habla de su último libroMujeres del alma mía (Plaza & Janés), al tiempo que nos da cinco claves para “triunfar” en la literatura.
Desde la experiencia de sus 78 años de vida, la lucha que no admite rendición, la valentía ante la tragedia, la falta absoluta de miedo y una pasión por la vida arrolladora, la autora comparte sus tips con los lectores de ¡HOLA!... Sin olvidar que “me ha costado décadas obtener el reconocimiento”.
1. “El mejor consejo que he recibido al respecto se lo escuché a Elisabeth Gilbert. La autora de Come, reza, ama . ‘No esperes que la escritura te de fama ni dinero, ni siquiera esperes ser publicado. Escribe porque amas el proceso’. Entonces yo le diría a esa persona: ama el proceso”.
2. “El proceso es lento y requiere disciplina. Es como entrenarse para el deporte, si no te ejercitas no tienes el músculo para poder competir. Lo mismo pasa con la escritura. Escribe, escribe, escribe cartas, escribe cuentos, participa en concursos, escribe ensayos, toma notas, lee, lee mucho. Lee los autores que te gustan y fíjate cómo lo hacen. Como pasan de un párrafo a otro y de una idea a otra, estúdialos”.
“No esperes que la escritura te de fama ni dinero, ni siquiera esperes ser publicado”
3. “Carmen Balcells, mi agente, decía: ‘Todo el mundo tiene una buena novela dentro. La primera. El escritor se prueba en la segunda y en las siguientes’. La primera novela es todo lo que uno es. Todo lo que uno ha vivido, toda la experiencia propia, toda la memoria, toda la imaginación. Ponlo todo, no ahorres nada. No dejes nada para después, ponlo”.
4. “Es más fácil si te gusta más un género determinado. Digamos que te gusta la novela policial: entonces estudia cómo se hace una novela policial. Hay normas para eso. Cuando no hay un género, como es el caso mío, es mucho más difícil porque cada novela requiere inventarlo todo de nuevo”.
5. La autora reconoce, también, que “el ocio puede ser tierra fértil donde florece la creatividad”; y, que ya no se atormenta con un exceso de disciplina como antes. “Escribo por el placer de contar una historia”.
‘La musa me traiciona’
En su libro, Mujeres del alma mía, Isabel Allende apunta a que “no confío en ‘el talento’ que se me atribuye, porque la musa literaria es caprichosa y a cada rato me traiciona, prefiero confiar en la constancia y la paciencia: presentarme diariamente frente a mi computadora y crear, palabra a palabra, el espacio necesario para que los personajes hablen y actúen por sí mismos”.
En esta última obra publicada confiesa, además, que su estilo ha cambiado y que vivir en California (y en inglés) “ha influido mucho en mi forma de pensar, de expresarme y escribir. Mis frases son más cortas, uso menos adjetivos, soy más directa… cada libro es distinto y no hay fórmulas para esto”.
A veces el héroe es buena persona, pero si se pone muy romántico debe morir para evitar el final feliz de una novela rosa
El romance, un desafío
En cuanto al amor, también muy presente en Mujeres del alma mía y, aún siendo una romántica empedernida, también tiene su propia opinión sobre cómo abordarlo en la ficción. “El romance en la literatura es un tremendo desafío para mí. Llevo muchos años escribiendo sin haber desarrollado el talento de las maestras de la novela rosa y sé que nunca lo alcanzaré.… No conozco a nadie que pudiera servirme de modelo cuando trato de imaginar el amante deseado”. Y, si lo consigue (crear un amante de película) explica que “siempre resulta ser peligroso y escurridizo. Por eso y porque “su atractivo sería fatal para mi personaje femenino”, suele acabar muerto hacia la mitad de la novela. Y termina el párrafo: “A veces el héroe es buena persona, pero si se pone muy romántico debe morir para evitar el final feliz de una novela rosa”.
Escribe en silencio
Isabel Allende escribe en silencio. “Yo vivo en silencio. En mi trabajo se necesita mucho silencio. Hay gente que escribe con música. A mí la música me distrae tanto que no puedo escribir”. Y, por supuesto, se arregla cada mañana como si fuera a salir de casa antes de sentarse al ordenador. “Nadie me ve, pero yo me veo a mí misma”, como decía mi madre filosóficamente, sin referirse solo al físico, sino también a aspectos profundos del carácter y la conducta».
La escritora de 78 años es la autora viva más leída del mundo en español, ha vendido más de 70 millones de ejemplares y atesora 60 premios internacionales, aunque nadie de los suyos seguirá sus pasos. “Yo también soy un fenómeno raro. Porque en mi familia prácticamente no hay ningún escritor, había buenos lectores, pero ningún escritor.