No ha sido un año fácil para Anna Ferrer y, sin embargo, su sonrisa es de las que iluminan, y también su buen humor y su energía. Igual que su madre, Paz Padilla , ella es una de esas personas capaces de disfrutar incluso de los momentos difíciles, porque de todo se aprende, y así se crece y se convierte una en una mujer fuerte que sabe mirar de frente a las adversidades y también abrazar y agradecer los regalos de la vida.
Hemos pasado un par de días de sol y emociones en su tierra gaditana —Anna se siente mitad de Madrid, mitad de Barcelona y muy de Cádiz—, recorriendo las plazas y playas de Zahara de los Atunes, donde pasa los veranos desde niña y donde nació No Ni Ná , que empezó siendo solo una tienda y ahora es ya una marca joven, de las de followers y fans. La propia Anna cuenta con 650.000 seguidores en Instagram, 130.000 en YouTube y sigue creciendo.
A veces, esta joven empresaria, que estudió Economía y ahora cursa un máster en Creación y Dirección de Marcas de Moda, se siente más madre que su propia madre . Ella es la que pone sensatez y cordura en la casa de Paz. Tener una madre gamberra, artista, cariñosa, divertida y humana hasta el límite ha sido para Anna la mejor escuela de inteligencia emocional. Porque no hay mejor maestra que la que predica con el ejemplo. Y eso, este año, el de la despedida a Antonio —el amor y el humor de la vida de Paz—, ha sido la más dura lección, la más desgarradora y, a la vez, la más llena de esperanza y consuelo, que pueda aprenderse en este mundo.
“Mi madre ha sido un ejemplo de fortaleza para todos. Cuando yo la veía en esa situación tan dura, cuando Antonio ya estaba mal, y cómo ella era capaz de encontrar esa alegría, esas fuerzas, esas bromas, aunque luego se daba la vuelta y se ponía a llorar en la intimidad, me ha hecho darme cuenta de que quiero ser así, como ella”
—Cuéntanos qué es No Ni Ná.
—No Ni Ná, para mí, significa Zahara, que es un sitio de desconexión, de refugio cuando no puedes más y necesitas desconectar. Es vacaciones, relax, es buen rollo, alegría, color y familia.
—¿Pero qué significa esa expresión tan andaluza, para los que no son del sur?
—Bueno, los que no conozcan el sur están tardando. No, ni ná significa ‘no, qué va’. Sirve un poco de advertencia.
—Lo curioso es que primero abristeis la tienda y a partir de ahí se fue formando la marca, ¿verdad? Al contrario de lo que suele suceder.
—Sí. Nosotras empezamos de casualidad, porque se nos presentó la oportunidad de abrir una tienda en Zahara de los Atunes. A las dos nos gustaba la moda y la idea fue surgiendo poco a poco. Luego, la gente empezó a pedirnos camisetas en las que pusiera No Ni Ná para llevárselas de recuerdo. Y a partir de ahí fuimos teniendo la idea de hacer camisetas y sudaderas, pero ahora ya queremos hacer algo un poco más especial y con mucha personalidad.
“Yo siempre digo que soy la madre de las dos. Pero por eso creo que hacemos tan buen equipo, porque ella trae esa locura, esa alegría, ese toque canalla, y yo soy la que frena a veces, la que va más despacio, la que dice ‘todavía no’”
—Estudiaste ADE y ahora te estás formando más específicamente para este proyecto, ¿verdad?
—Claro, estudié Economía y, desde que acabé la carrera, he estado trabajando y buscando mi motivación. Ahora que he dado con esto, que me gusta mucho, decidí que lo mejor era formarme y hacer un máster, que me está encantando. Es de Dirección y Creación de Marcas de Moda, en una escuela online, y me está encantando porque es, literalmente, la mejor ayuda que podría recibir para montar la marca. Ahora puedo decir que sé lo que quiero hacer con mi vida, que es algo que normalmente no puedes decir al acabar la carrera porque sales perdida. Ahora las cosas ya no son como antes. Hay muchas más opciones y cuando tienes que salir al mercado laboral te das cuenta de que hay muchas opciones en las que no te habías fijado o que no sabías ni siquiera que existían y te encantan.
—¿Y tú no tienes novio ni ‘ná’?
—¡Yo sí! Mi Iván. Llevamos ya dos años, es mi apoyo absoluto y es, además, muy artista. Está feliz con la interpretación y yo lo apoyo muchísimo también. Cuando alguien encuentra lo que le gusta hacer se nota tanto… que hay que apoyarlo y fomentarlo, y hacer que la gente crezca y persiga sus sueños. Yo hoy me siento exactamente así, como cumpliendo mis sueños.
“Estudié Economía y, desde que acabé la carrera, he estado trabajando y buscando mi motivación. Ahora puedo decir que sé lo que quiero hacer con mi vida: la creación y dirección de una marca de moda es mi sueño”
—¿Qué tal llevas que tu madre sea tan famosa?
—Bueno, yo llevo conviviendo con su fama toda la vida. Hay gente que pensará que para mí era difícil, pero para mí era lo normal. Cuando era pequeña, yo lo que no entendía era que las madres de mis amigos no fueran conocidas. ¡Que mi madre saliera en la televisión para mí era lo más normal! Me acuerdo de un día que me cambió el chip y me di cuenta de que, efectivamente, mi madre era famosa. Pero ella es una mujer tan auténtica… No se le ha subido en absoluto la fama a la cabeza. Tiene los amigos de siempre y ha seguido con su vida de siempre. Y yo también.
—Aunque este año ha sido muy difícil…
—Sí, la verdad es que sí. Pero me ha servido para vivir de otra manera, para disfrutar cada segundo de la familia y de lo que hay. El sol ya me pone feliz, cualquier cosa.
—Habéis tenido que superar la pérdida de Antonio, el marido de tu madre, que para ti era muy querido.
—Sí... Mi madre y él estuvieron juntos antes de que yo naciera, pero no lo conocí hasta que, muchos años después, volvieron a ser amigos, a verse más. Y sí, estábamos muy unidos, la verdad. Lo echo mucho de menos todos los días.
“¡Yo sí tengo novio! Mi Iván. Llevamos ya dos años, es mi apoyo absoluto y es, además, muy artista. Está feliz con la interpretación y yo lo apoyo muchísimo también”
—Y tu madre ha sido muy fuerte…
—Ha sido un ejemplo para todos. Cuando yo la veía en esa situación tan dura, cuando Antonio ya estaba mal, y cómo ella era capaz de encontrar esa alegría, esas fuerzas, esas bromas, aunque luego se daba la vuelta y se ponía a llorar en la intimidad, ha sido un ejemplo de fortaleza para yo darme cuenta de que quiero ser así, como ella. Y ahora, que va a lanzar su libro, creo que la gente lo va a poder entender y le va a venir muy bien a todo el mundo. El libro se llama El humor de mi vida , y es que el título es perfecto, me encanta.
—Tu madre y tú estáis superunidas.
—Sí. Trabajar con tu madre es como una montaña rusa porque piensas que algo va a salir mal, que no vamos a coincidir, pero es al revés. Sorprendentemente, nos estamos entendiendo superbién, que era algo que me daba miedo al principio.
—Hay cosas en las que tú eres más madre que ella.
—Sí, yo siempre digo que soy la madre de las dos. Pero por eso creo que hacemos tan buen equipo, porque ella trae esa locura, esa alegría, ese toque canalla, y yo soy la que frena a veces, la que va más despacio, la que dice “todavía no”.
“Cuando era pequeña, yo lo que no entendía era que las madres de mis amigos no fueran conocidas. Mi madre es una mujer tan auténtica… No se le ha subido en absoluto la fama a la cabeza. Tiene los amigos de siempre y ha seguido con su vida de siempre. Y yo también”
—Háblanos de vuestra colección de bolsos.
—Queríamos hacer algo muy nuestro, que representara todo lo que te cuento, y qué mejor que ir a Ubrique, que es Cádiz, y que tiene esa tradición y trabajan tan bien la piel. Hacen verdaderas obras de arte. Decidimos ir ahí, buscar un diseñador para los bolsos y estamos muy contentas con el resultado. Los hacen en un taller de treinta personas, todo a mano y es una maravilla. Yo el día que vi cómo lo hacían lloré de lo increíble que era el trato de cada pieza y cómo la construían con las manos solamente.