Los actores nominados en los Globos de Oro 2021 no han podido recoger su premio en persona, pero tuvieron la oportunidad, como el resto del público, de vivir una experiencia diferente. Por primera vez no se tuvieron que preocupar demasiado por su estilismo, pues al estar en el salón de su casa cada uno mostró su propia personalidad. Hubo estilismos tan cuidados como el de Elle Fanning por ejemplo y otros divertidísimos como la camisa hawaiana de Bill Murray o la chaqueta de punto de Glenn Close, que aprovechó la nieve para poner a enfriar el champán. Se acomodaron en sus sofás, sonriendo a la cámara de su ordenador, y aplaudieron a sus compañeros o brindaron por su triunfo sin ellos. No estaban solos, sin embargo, pues nos regalaron esas imágenes que pocas veces se ven en una entrega de premios: las más familiares. Hace unos días, algunas estrellas revelaban quienes serían sus compañeros en una noche tan diferente e insólita.
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Sus hijos, parejas, amigos cercanos y padres se convirtieron en protagonistas por una vez de los gritos, saltos y la alegría en definitiva cuando se conocía el resultado de las votaciones. Nicole Kidman mostró junto a Keith Urban y sus ya no tan pequeñas Sunday, de doce años, y Faith, de nueve, la estampa de un típico domingo por la tarde en casa. Ellas no celebraron el éxito de su madre en The Undoing, serie en la que por cierto también hicieron una aparición, como sí hicieron los hijos de Mark Ruffalo, cuando se llevó el premio a mejor actor en una miniserie por La innegable verdad. Saltos, palmaditas en la espalda y muchos gritos fueron la banda sonora que escuchó Mark antes de besar a su esposa Sunrise Coigney, junto a la que lleva veinte años, y agradecer su galardón. Sus hijos Keene y Bella estaban tras él, curiosamente vestidos de manera mucho más informal que sus padres.
Ethan Hawke con sus hijas pequeñas
Su entusiasmo fue muy contagioso, tanto que a pesar de haber perdido el premio, los otros nominados en dicha categoría aplaudieron igual de encantados. Uno de ellos Ethan Hawke, que no se ha llevado el Globo por su papel en El pájaro carpintero, ha sentado a sus hijos pequeños frente a la pantalla. Ethan y su mujer Ryan Shawhughes, que llevan una vida discreta, alejada del foco público, se sentaron con Clementina, de 12 años, e Indiana, de 9. Amanda Seyfried no posó con su pequeña Nina, de cuatro años, pero sí confesó que la había ayudado a prepararse. Eso sí, solo dejó que utilizara la brocha en su mano. El ganador a la mejor película extranjera por Minari, el director Lee Isaac Chung, no podía apenas despegarse del abrazo de su hija pequeña, que emocionada se colgaba de su cuello. Sin duda son esas imágenes que quedarán para el recuerdo en la historia de los premios.
Esta ha sido la oportunidad de los pequeños de la casa de unirse, aunque sea por unos minutos, al glamour de Hollywood. Quien sabe si esta experiencia les anime a seguir los pasos de sus padres en la industria. ¿Les veremos en el futuro como nominados? Talento en los genes tienen desde luego.
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