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Sabrina Vega es la Gambito de Dama española que venció a Anatoli Kárpov, leyenda viva del ajedrez mundial. O lo que es lo mismo, la mejor representación en nuestro país de Beth Harmon (Anya Taylor-Joy), la protagonista de la exitosa serie de Netflix. Nacida en Gran Canaria el 28 de febrero de 1987, Sabrina es una todoterreno del ajedrez, al igual que Harmon en la ficción. Así lo demuestra su palmarés: alcanzó el grado de Maestra Internacional Femenina, en 2003, el de Gran Maestra Femenina, en 2007, y el de Maestro Internacional, en 2013. También ha ganado siete veces (la última éste 2020) el Campeonato de España femenino, ha sido subcampeona individual de Europa y ha participado en Mundiales y Olimpiadas con el combinado español. Un palmarés al que ahora quiere sumar el título de Gran Maestro Absoluto y que comenzó a labrar en su tierra natal cuando tan sólo tenía ocho años.
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¿Cómo aterrizaste en el mundo del ajedrez?
Pues fue un poco por casualidad, aunque siempre digo que el destino me guio para darle una nota un poco romántica. Mi hermana, Belinda, que es quince años mayor que yo, practicaba gimnasia rítmica después de las clases casi todos los días y, como yo me quedaba, el propio centro escolar me propuso varias actividades extraescolares que se impartían en el mismo. Después de probar y pese a que en mi familia no había precedentes, me decanté por el ajedrez.
¿Cómo viviste esa infancia ligada a este deporte? ¿Era muy sacrificado?
El ajedrez, en mi caso, fue una hermosa herramienta que me ayudó a desarrollar mi personalidad tanto dentro como fuera de los tableros. Todo lo que me proporcionaba eran beneficios. Quizás a lo único que tuve que renunciar fue a compartir mi tiempo de ocio con los amigos y mis compañeros de escuela por los viajes que hacía para competir desde mi primera etapa ajedrecística.
Si no te hubieras podido dedicar al ajedrez, ¿en qué te hubiera gustado destacar?
Pues no lo sé, porque encontré el ajedrez a muy temprana edad y, desde entonces, lo convertí en un estilo de vida. Estudié Derecho, con la idea incluso de preparar unas oposiciones al terminar la carrera, pero finalmente decidí involucrarme más de lleno en lo que es mi pasión.
¿Estaban tus padres conforme con tu decisión de dedicarte profesionalmente a ello?
Para mi uno de los pilares fundamentales cuando proyectas una andadura en cualquier afición o en cualquier faceta de tu vida es el apoyo de los más cercanos. En ese sentido, he tenido la suerte de contar siempre con el apoyo familiar.
¿Podrías explicarme el proceso de entrenamiento de una jugadora de ajedrez? ¿Cuántas horas se dedican al día? ¿También hace falta preparación física?
Nuestro entrenamiento puede equivaler a una jornada laboral y solemos diferencias tres periodos a lo largo del año: el de competición, el de entrenamiento/estudio y el de descanso, que es muy importante porque trabajamos con la mente y tenemos que refrescarla para recuperar la inspiración. Además, no está solo la parte técnica, también está la física. Aunque a veces es desconocida porque este deporte tiene un estereotipo estático y sedentario, la media de las partidas a ritmo clásico es de cinco horas con una máxima concentración y el fondo físico y la resistencia es muy importante. Si te fijas, los primeros del mundo, los que se encuentran en la élite mundial, están muy bien entrenados físicamente.
¿Qué sueles hacer para desconectar de tu día a día?
Me gusta leer, soy muy aficionada a la música y me encanta pasear. De hecho es muy importante, incluso en los momentos de competición, dar un paseo al finalizar el día y mejor aún si es con los compañeros. En este aspecto, tengo la suerte de vivir en una isla preciosa que cuenta con muchas rutas para hacer senderismo y conectar con la naturaleza.
Estás ahora esperando tu primer hijo, ¿el embarazo afecta a tu manera de jugar?
No puedo decírtelo porque, desgraciadamente, estamos en una época donde la actividad ajedrecística ha decaído, pero supongo que algo afectará porque me encuentro más cansada. Será el pequeño el que vaya midiendo un poco los ritmos, pero confío en que pueda mantener el ritmo de la competición oficial.
Cambiando de tema. No hay nadie mejor que tú para explicar el éxito de la serie Gambito de Dama, que se ha convertido en una de las más vistas de la plataforma.
El ajedrez todavía tiene margen de mejora como una importante herramienta educativa, terapéutica o social como deporte, pero una de nuestras grandes lagunas es el campo del marketing para acercar este deporte al gran público. En este sentido, creo que es una gran verdad ese lema de que “lo que no se ve, no existe”. Nosotros tenemos un amplio margen de mejora y nos ha beneficiado que Netflix haya querido tratar el mundo del ajedrez con Gambito de Dama . Yo creo que ni ellos mismos esperaban el boom que ha tenido la serie y el récord de visualizaciones. Han contado una historia que se consume de forma amena y ha logrado acercar este deporte al público. Lo hemos notado en el incremento de la venta de tableros y en el crecimiento de las partidas online.
¿Refleja fielmente vuestro mundo?
Por ese lado estaba tranquila porque Kasparov asesoró a los guionistas en la parte técnica y el ajedrez está, en general, muy bien tratado y con mucho respeto. Hay que tener en cuenta que está ambientada en un momento y escenografía histórica y en un ajedrez más clásico, por lo que habría que adaptarlo a una perspectiva moderna. Actualmente no se juega así, con público asistente en las sillas, los jugadores antes podían fumar o beber, la presencia de muralistas cuando ahora tenemos tableros electrónicos, las partidas aplazadas que ya no existen... Pero en lo único que no se asemeja la serie es en el ritmo de la competición, porque se trata de partidas clásicas y el ajedrecista está acostumbrado a pensar más y gastar más tiempo. A dedicarle más tiempo al cálculo, pero se entiende porque son unas licencias que se han tomado para adaptar el deporte a los ritmos de una serie de televisión. En líneas generales, mi opinión es positiva porque refleja muy bien lo que representa el mundo del ajedrez y sus pilares básicos.