Dos días después de despedirse del Hogar Don Orione, donde había desarrollado labores de voluntariado durante casi dos años, entre abrazos y aplausos, Iñaki Urdangarin llega a Vitoria, acompañado por su hermana. Comienza una nueva etapa para el marido de la infanta Cristina después de que Instituciones Penitenciarias aprobasen su traslado a la cárcel alavesa de Zaballa, muy cerca de donde reside su madre, Claire Liebaert y sus hermanas, tras serle concedido el tercer grado. Su nuevo régimen le permite trabajar y disponer de los fines de semana libres. El marido de la infanta Cristina llegaba en la parte de atrás de un vehículo, en el que también viajaba su hermana en el asiento del copiloto.
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De la prisión de Brieva a Álava, así han sido los años más complicados de Iñaki Urdangarin
Tras pasar menos de un mes en el centro de inserción social de Alcalá de Henares, que le permitió abandonar la prisión abulense de Brieva y suavizar su condena, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla y León aprobó concederle el tercer grado penitenciario, un régimen de semilibertad que pasará cerca de su familia en Vitoria, su destino habitual cuando disponía de algún permiso, y estrenando un nuevo trabajo remunerado. Según ha explicado su abogado, Mario Pascual Vives, a Europa Press, trabajará como consultor en un despacho de abogados, aunque aseguraba no conocer más detalles sobre el puesto ni cuando se incorporará exactamente.
En la sección abierta de la cárcel de Zaballa tendrá que asistir a cursos especiales para delincuentes económicos. El Juez ha condicionado su tercer grado a que "el interno realice el programa Pideco, de reciente creación y destinado precisamente a delincuentes económicos como el señor Urdangarin, por entender que como instrumento tendente a su reinserción y reeducación resulta beneficioso y le servirá para forzar su tratamiento penitenciario. Igualmente y en el mismo sentido, consideramos que el otorgamiento del tercer grado debe quedar también condicionado al mantenimiento de su actividad labora en el centro Don Orione".
Además, podrá reunirse con los suyos cada sábado y domingo. Desde que se le flexibilizó la condena a principios de este año ya diponía de dos fines de semana libres al mes y los aprovechaba con la familia. En las últimas semanas, le hemos visto disfrutar de una jornada de compras por Madrid junto a Cristina de Borbón-Dos Silicias, prima de su mujer, y también ha podido aprovechar para pasar tiempo con su hijo Pablo, que llegaba este viernes a la capital desde Barcelona para verle. La primera vez que pudo reunirse con su familia fuera de la cárcel fue en las navidades de 2019. Después de un año y medio en prisión, Urdangarin disfrutaba de la primera Navidad en familia. En Vitoria, donde se reunió con su esposa, sus hijos y su madre, Claire Liebaert, le vimos paseando de la mano de la infanta Cristina, yendo a una terraza, en definitiva, aprovechando cada minuto de los cuatro días que le habían concedido. Después, en febrero de 2020 consiguió un segundo permiso de seis días, pero poco después, la pandemia le confinaría -como a todo el mundo- pero en su caso por partida doble.
El exjugador de balonmano fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión por delito continuado de prevaricación, fraude a la Administración Pública, tráfico de influencias y dos delitos contra la Hacienda Pública en el marco del caso Noos. Durante este año, su objetivo ha sido conseguir este régimen de semilibertad que llega cuando ha cumplido dos años y siete meses de su pena, algo menos de la mitad.