En su 70 cumpleaños: Repasamos la vida de Carmen Martínez-Bordiú a través de sus portadas de ¡HOLA!

El 8 de marzo de 1972 Carmen y Alfonso de Borbón, nieto de Alfonso XIII, duque de Cádiz, contrajeron matrimonio en la capilla del palacio de El Pardo, con mil invitados como testigos. Entre ellos Raniero y Grace de Mónaco, la Begum, los Reyes de Grecia, Víctor Manuel y María Gabriela de Saboya... “Estaba ilusionada con mi boda, pero nunca la vi como el cuento de hadas que decía la gente, aunque sí tomé la decisión de que el vestido de novia me lo tenía que hacer Balenciaga”, desveló Carmen, que tenía 21 años, catorce menos que el novio, tiempo después.

Tras su boda, se instalaron en Suecia, donde Alfonso de Borbón ejercía como embajador de España. Su primer hijo, Francisco de Asís, nació el 2 de noviembre de 1972 en Madrid, donde el matrimonio había regresado tras quedarse Carmen embarazada. Año y medio después, el 25 de abril de 1974, nació su segundo hijo, Luis Alfonso, al que los duques presentaron a la prensa el 11 de mayo.

El 29 de septiembre de 1979 la portada de ¡HOLA! recoge la impactante noticia de la separación del matrimonio. “De repente, mi mujer me dijo que deseaba marcharse y dejar el hogar. Intenté por todos los medios no separarnos, más que por nosotros, por los niños, pero no hubo nada que hacer”, reconocía el duque de Cádiz en las memorias que publicó en nuestra revista en 1982. Los tribunales asignaron a Alfonso de Borbón la custodia de los dos hijos del matrimonio y Carmen se mudó a París. Una decisión que hizo correr ríos de tinta.

Transcurría febrero de 1984. Alfonso y Carmen llevaban separados dos años cuando su hijo Fran moría trágicamente, con tan solo once años, en un accidente de tráfico cuando regresaba de esquiar con su padre y su hermano, Luis Alfonso, que resultó con heridas de consideración. Carmen tenía treinta y tres años. Aquel hecho marcaría su vida y la del duque de Cádiz.

“Cuando tomé la decisión de separarme, aún no conocía a Jean-Marie Rossi, es decir, no fue conocerle un día y decidir por ello separarme”, confesó Carmen a ¡HOLA! sobre su relación con el anticuario francés, veintidós años mayor, que en diciembre de 1984 se convirtió en su segundo marido. Carmen lo dejó todo y se marchó a París por amor. Una ciudad “en la que nunca he sido feliz, ni al principio ni al final, porque echaba mucho de menos a mis hijos”.

Cuatro meses después de su boda con Rossi, el 25 de abril de 1985, nació Cynthia, “la niña de los ojos” de Carmen. Su llegada al mundo fue una gran alegría para sus padres, ya que nació un año después de las terribles muertes de sus hermanos, Fran (el hijo mayor de Carmen) y Mathilde (una de las hijas gemelas de Jean-Marie, que falleció tras ser golpeada por la hélice de una lancha, en las Bahamas en el verano de 1984). “La llegada de mi hija, Cynthia, trajo de nuevo la sonrisa a mi vida”, reconocería Carmen años más tarde.

Su matrimonio con Rossi finalizó en 1994. Ese mismo año, en septiembre, aparecieron las primeras imágenes de Carmen con el arquitecto italiano Roberto Federici en Roma. Se conocieron en una cena que ofreció el príncipe Víctor Manuel de Saboya, en Córcega. Vivieron una intensa historia de amor. El italiano incluso estuvo junto a Carmen en la boda de su hijo Luis Alfonso con Margarita Vargas. Pero nunca llegaron a casarse.

De regreso a España, Carmen compró en 1994 Los Camochos, una finca de trescientas hectáreas, con olivares, ganado, un cortijo y capilla, en la localidad sevillana de Cazalla de la Sierra, que todavía conserva. De hecho, allí pasó los meses del confinamiento. Allí vivió también mientras duró su noviazgo con Federici, de cuya ruptura no salió bien parada. “Intentar salvar esa relación de doce años me produjo una depresión importante”, dijo tiempo después.

Intrépida, curiosa e incansable viajera, Carmen ha conocido los más recóditos rincones del mundo y ¡HOLA! ha sido testigo de varias de sus aventuras. El Ártico, Omán, Indonesia, donde fue a ver los dragones de Komodo, Uganda, donde consiguió observar a los gorilas en su morada… Pero una de sus imágenes más impactantes, fue cuando, al cumplir cuarenta y cuatro años, posó con el traje típico balinés durante unas exóticas vacaciones en el país asiático, una isla que que había conocido un cuarto de siglo antes en su luna de miel con el duque de Cádiz.

El 28 marzo 1996, Carmen comienza a escribir sus memorias en ¡HOLA! Una de las frases inolvidables de su relato fue: “De mi se había dicho de todo. Que era guapa y que era fea, que era lista y que era tonta, que me conformaba con poco... y que soñaba con ser Reina de España. Pero lo único que verdaderamente me duele es que se dijera que había abandonado a mis hijos”.

Ocho meses después de su ruptura de Roberto Federici, en agosto de 2005, aparecieron las primeras fotografías de la actual duquesa de Franco con el empresario cántabro José Campos, que la ayudó a olvidarse de los problemas de su vida. Carmen volvía a cambiar de rumbo, trasladándose a una casa frente al mar, en la playa de El Sardinero.

El 18 de junio de 2006, en la capilla de la finca Las Almentas, vecina a la suya de Cazalla de la Sierra (Sevilla), Carmen se casó con José Campos. La novia, estaba radiante con un diseño de Christian Lacroix, de estilo imperio, confeccionado en muselina blanca, con un lazo azul bordado a mano en el corsé y adornado con rosas bordadas en cristal. Este tercer matrimonio terminó en febrero de 2013, cuando el empresario Luis Miguel Rodríguez entró en la vida de Carmen.

En septiembre de 2010, Carmen, a la que Luis Alfonso ya había hecho abuela con el nacimiento de su primogénita, Eugenia, asiste orgullosa al bautizo de sus nietos mellizos, Luis y Alfonso, en la basílica de San Pedro del Vaticano. El cardenal Angelo Comatri, arzobispo y vicario general de Su Santidad, ofició la ceremonia en la que los pequeños fueron bautizados como Sus Al-tezas Reales el príncipe Luis y el príncipe Alfonso .

A finales del año 2014, Carmen nos abre por primera vez las puertas de su mundo privado, su casa de Madrid, donde se mudó desde que dejó Santander, y donde comenzó sola, sentimentalmente hablando, una nueva etapa tras poner fin a su romance con Luis Miguel Rodríguez, del que confesó haber estado muy enamorada.

Es una de las últimas portadas de Carmen, que en diciembre de 2015 asistió sin poder ocultar su orgullo a la boda de “la niña de sus ojos” con el cirujano Benjamin Rouget en París. “Estoy muy contenta porque veo a mi hija muy feliz, y para mí eso es lo más importante”, declaró en ese momento la madre de la novia. Depués, tras la muerte de su madre, Carmen Franco, la duquesa de Franco decidió retirarse en Portugal y, como nos decía recientemente, “vivir esta etapa de mi vida como quiero”.