Lydia Lozano ha recibido el alta tras ser operada de una dolencia en sus cervicales. La colaboradora de Sálvame ha abandonado el hospital por su propio pie y acompañada de su marido, Carlos García-San Miguel, al que cariñosamente llama Charly. Lydia iba protegida con una mascarilla FFP2 y muy abrigada, y su pareja, con la que lleva casada más de 30 años, se ha encargado de llevar su maleta y las flores que ha recibido durante el tiempo que ha estado ingresada. "Como la operación te la hacen boca abajo, con pesas y tal, pues tengo mucho dolor en la espalda. Pero muy contenta, ¿no me veis más alta?", ha bromeado ante la prensa.
La periodista anunció el pasado lunes que iba a pasar por quirófano. "Me da mucho miedo", reconoció, pero los médicos habían tomado esta decisión porque sus problemas se habían agravado en los últimos meses. "Tengo las manos dormidas, al principio piensas que es por una mala postura, pero al coger un libro para leer yo notaba que no sentía el libro", explicó. La intervención se llevó a cabo el martes y fue más larga de lo previsto. Según contaron en Sálvame, Lydia estuvo en la mesa de operaciones desde las 10:00 horas las 14:30 horas. "La cirugía ha sido delicada porque la zona estaba peor de lo que esperaban", dijeron.
La colaboradora se ha puesto en manos del cirujano Manuel José de la Torre para corregir su dolencia. "Me ha enseñado el antes y el después en radiografías y la verdad es que no doy crédito, el médico no entendía cómo aguantaba los dolores. Mis cervicales estaban todas pegadas y me han metido cosas, centímetro y medio, una a una", contó ayer durante una llamada telefónica a Sálvame, revelando también que la incisión solo le había dejado un punto de sutura en la parte delantera del cuello.
Lydia se enfrenta ahora a una dolorosa recuperación, pero no descarta volver al trabajo cuanto antes, ya que los médicos le han recomendado que haga vida normal. "Yo en cuanto pueda vuelvo, ya me conozco, para estar sentada en mi casa pues prefiero estar ahí", aseguró.
Charly, el mejor apoyo de la periodista
Charly no se ha separado de Lydia durante su ingreso hospitalario. “No podía faltar. En lo bueno y en lo malo, en la salud y la enfermedad", declaró la periodista cuando ingresó en la clínica. Hoy ha vuelto a casa sin soltarse de su brazo, demostrando que su amor, a pesar de los años, sigue intacto. La pareja se casó en 1990 y en 2015 celebraron las bodas de plata en una ceremonia balinesa que tuvo lugar en Madrid. Lydia también estuvo con Charly hace ya dos años, cuando el arquitecto fue intervenido de una hernia discal.
La espalda, el punto débil de Lydia Lozano
La espalda ha sido siempre el punto débil de Lydia Lozano, quien, a sus 60 años, está viviendo uno de sus mejores momentos personales y profesionales. La periodista ha contado que sufrió un accidente de coche en su juventud que fue el comienzo de una serie de problemas que se han ido agravando con aparatosas caídas, algunas de las cuales ocurrieron en Sálvame. "Las cervicales, del accidente, las tengo fatal", confesó.
En 2019 sufrió una caída en directo mientras los colaboradores realizaban una carrera disfrazados de gusanos, la misma prueba que habían hecho el día anterior los concursantes de Gran Hermano VIP. Acabó en el hospital y explicó que había sufrido una distensión en el cuello y una contusión en la parrilla costal: "Me he llevado un susto enorme, la espalda es mi punto débil", dijo entonces. Cinco años antes se había caído durante una guerra de agua también en el programa, lo que le produjo una contusión en espalda y coxis.