Luis Figo vivía, recientemente, momentos de gran tristeza por la pérdida de su madre , Maria Joana Pestana Madeira, fallecida, el pasado 15 de febrero, en el Hospital da Luz, de Lisboa, a causa de una enfermedad degenerativa. El exfutbolista portugués, que estuvo acompañado por su mujer, Helene Svedin , y sus tres hijas — Daniela , de veintiún años; Martina, de dieciocho, y Stella, de dieciséis—, estaba muy unido a su progenitora, a la que dio el último adiós en el cementerio de la ciudad portuguesa de Almada, perteneciente al distrito de Setúbal.
Tras el entierro, el exjugador del Real Madrid encontraba las fuerzas necesarias para rendirle un sentido homenaje a la persona que le dio la vida y a la que ha querido dedicar una emotiva despedida escribiendo: “¡¡¡Amor eterno!!!”. Un cariñoso gesto, después de días muy difíciles, en los que ha sentido el cariño y apoyo de los suyos. Figo, que es hijo único, había visitado a sus padres en varias ocasiones antes del trágico desenlace y ha sido el principal apoyo de su padre, Antonio Cairo Figo, en este momento tan duro.