Instituciones Penitenciarias ha autorizado que Iñaki Urdangarin cumpla el resto de su condena en régimen de semilibertad en la sección abierta de la prisión de Zaballa, en Álava, según ha adelantado ABC y confirmado Europa Press. De esta manera podrá disfrutar los fines de semana libres en Vitoria, donde vive su madre, y dejará su trabajo en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón para comenzar en un nuevo empleo que ya ha encontrado. Además, en la prisión vasca se someterá al programa de tratamiento para delincuentes económicos.
- El juez concede el tercer grado a Iñaki Urdangarin
Desde enero, cuando el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla y León concedió a Iñaki Urdangarin el tercer grado penitenciario, el marido de la infanta Cristina solo tiene que volver a dormir al centro de inserción de Alcalá de Henares, algo que ahora hará en la sección abierta de Zaballa. Hasta entonces, y conforme al principio de flexibilidad del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, se le había permitido un regimen más abierto gracias al cual podía disfrutar de un permiso al mes para pasar varias jornadas fuera de la cárcel. En estos pasados fines de semana, en los que por su nuevo régimen de semilibertad ya no tenía que regresar a la prisión de Brieva y tenía tres días libres a la semana, le hemos visto disfrutar de una jornada de compras por Madrid junto a Cristina de Borbón-Dos Silicias, prima de su mujer, y también ha podido aprovechar para pasar tiempo con su hijo Pablo, que llegaba este viernes a la capital desde Barcelona para verle.
Desde septiembre de 2019, Iñaki Urdangarin realiza su trabajo de voluntariado en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón, que se vio interrumpido por el confinamiento y posteriormente por un brote de covid-19 en el centro. A finales de enero se encontró al salir de dichas instalaciones con dos hombres que le esperaban con la intención de que el exdeportista les firmase un autógrafo y se sacara fotos con ellos.
En su primer permiso penitenciario, en diciembre de 2019, Iñaki Urdangarin se desplazó hasta Vitoria para pasar cuatro días en familia, junto a su mujer, su madre y sus hijos. Se les vio pasear, ir a misa, tomar algo en una cafetería... siempre todos juntos, en actitud relajada y divertida. Se cogían de la mano o se abrazaban, aparentemente ajenos a las miradas de los viandantes. Solo le dio tiempo a disfrutar de un segundo fin de semana cuando llegó la pandemia y perdió el derecho a las salidas, también las de voluntariado, hasta el mes de julio de 2020. Las últimas navidades pudo pasarlas de nuevo en el País Vasco y fue entonces cuando conoció que no tendría que volver a Ávila y se quedaría en el centro Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares, en Madrid.