Lo primero que viene a la mente al ver a las hermanas Hernández-Gil divertirse juntas por las calles de Cáceres es un género de libros y películas, liderado por Mujercitas , que se centra en las aventuras de singulares mujeres unidas por lazos de sangre. Casilda, María y Marta no desmerecen en absoluto a sus míticas protagonistas. Como ellas, están llenas de talento. Casilda, por ejemplo, toca el violín. Marta pinta, y María diseña y está montando su propia firma de moda sostenible , Impatiens. Y la casa familiar cacereña en la que tantos recuerdos atesoran juntas no podría ser un mejor escenario para sus aventuras.
Construida en el siglo XVI (aunque tiene elementos del siglo XIV, como la ventana gótica de la fachada y el escudo) por Ñuflo de Sande, la vivienda tiene 4 plantas, jardín interior y un imponente torreón. “¡Era todo un mundo de posibilidades a la hora de jugar! Y a la vez una pesadilla para mi madre, especialmente cuando se trataba de mí, que era bastante trasto”, bromea Marta, que hoy es una joven promesa en el mundo del arte .
Casilda, aunque estudió agrónomos y trabaja en una empresa de biotecnología, también nació con un talento especial, en su caso para la música, y toca el violín desde muy pequeña. Eso sí, su verdadera pasión es el campo. “Siempre me ha encantado. Supe desde muy pronto que no me veía toda la vida metida en una oficina…”, asegura.
Y tampoco su hermana María, que, tras trabajar unos años en el mundo de la moda , acaba de lanzar su propia firma. “¡Ojalá algún día pueda aportar algo nuevo a ese mundo! De momento lo que quiero es hacer cosas bonitas y atemporales cuidando muchísimo los materiales, los patrones y el proceso de producción”, explica. Un objetivo nada desdeñable que a buen seguro, con sus ganas y el apoyo de sus hermanas, alcanzará muy pronto. Porque no hay nada más poderoso que tres mujeres con un objetivo común.
Los beneficios de pintar
Los beneficios de pintar