Ahora la suerte le sonríe a Georgina Rodríguez. Ya sea en el terreno personal como en el profesional, la modelo de 27 años vive una etapa plena que valora enormemente porque la fortuna no siempre ha estado de su lado. Lo cierto es que la vida de la mujer que ha enamorado a Cristiano Ronaldo no ha sido un camino de rosas, pero esas dificultades que ha atravesado han supuesto para ella una gran lección que tiene muy presente en su día a día. Pasar momentos complicados no solo le ha permitido aprender y ser más fuerte sino que gracias a esas vivencias ahora disfruta ayudando a los demás tal y como ha contado en InStyle. "Ahora que puedo, permitirme ayudar a los demás es lo que más me satisface. Yo también sé lo que es empezar desde abajo y llegar justa a final de mes", ha dicho, añadiendo además que son sus orígenes humildes lo que le hace empatizar con la gente.
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Tanto ahora que ataviesa un momento pleno como en esas etapas más complicadas, Gio (así la llaman cariñosamente sus allegados) puede presumir de que siempre ha encontrado la manera de ser feliz. “Es cierto que no siempre he brillado por mi belleza, pero siempre he sido feliz”, asegura. Hay que remontarse a 2016 para situarnos en el punto de inflexión, el momento en el que todo dio un giro radical al recibir la visita de Cristiano Ronaldo en la boutique de moda en la que trabajaba en Madrid. En ese momento ya se quedó impactada con el astro portigués pero fue tiempo después cuando compartieron conversación en un evento de moda en el que Cupido hizo el resto, marcando de esta manera el inicio de su historia de amor.
Gracias al jugador de la Juventus de Turín, por el que sintió un auténtico flechazo, ha recibido el mejor de los regalos: haber formado una preciosa familia. Tal y como ella misma ha contado, tras una vida de sacrificio y trabajo duro el universo le ha recompensado con un hombre que la quiere y unos niños que son la gran alegría de la casa. Cris Jr, Eva, Mateo y Alana Martina son el motor de Georgina y está completamente volcada en ellos, en disfrutar de su evolución, sus rutinas... La modelo no solo cuadra su agenda para poder llevarlos al colegio y comer con ellos, también hace diferentes planes a su lado como paseos por el parque, visitas al hipódromo, jornadas en alta mar...
Tanto Georgina como Cristiano son conscientes de que son privilegiados, pero quieren que sus niños sepan en todo momento que están creciendo rodeados de comodidades gracias al trabajo duro de sus papás. El objetivo de ambos es que los pequeños conozcan la realidad que los rodea y no estén en una burbuja donde todo es fácil. La pareja inculca a sus hijos valores como el sacrificio, la responsabilidad, la disciplina y la gratitud. De hecho, aunque los mellizos y Alana Martina aún son pequeños (tienen tres años) ponen en marcha con ellos diferentes acciones para que vayan poco a poco concienciándose como por ejemplo la donación de juguetes a niños sin recursos.
El caluroso recibimiento a su nuevo proyecto
Georgina ha cumplido su sueño de formar una familia que no descarta seguir ampliando tal y como explicaba en las páginas de !HOLA!, pero también está muy contenta porque no para de encadenar proyectos profesionales en los que se implica en cuerpo y alma. El último de ellos ha sido el lanzamiento de una colección de ropa deportiva llamada Om by G que ha tenido una gran acogida. De hecho las diferentes prendas se han agotado en escasas horas. Un gesto que le ha hecho mucha ilusión y que reafirma que la modelo se ha convertido en todo un icono de estilo. Además, ha demostrado que es una mujer muy polifacética ya que también ha participado últimamente en diferentes espacios como Mask singer o la gala del festival de San Remo, en cuyo escenario bailó un tango.